La jefe de la oposición birmana Aung San Suu Kyi prometió el miércoles ayudar a los emigrantes de su país instalados en Tailandia, a menudo en condiciones difíciles, en su primer discurso pronunciado fuera de Birmania desde hace 24 años, constató la AFP.
"Puedo hacer una promesa: haré lo mejor que pueda por ustedes", declaró la galardonada con el premio Nobel de la paz delante de cientos de compatriotas que llegaron a Mahachai, en la provincia de Samut Sakhon (sur de Bangkok) para escucharla.
Cientos de inmigrados habían esperado desde la madrugada, en una estrecha callejuela de un barrio de la ciudad Mahachai, a la que representa desde hace casi un cuarto de siglo la aspiración de todo un pueblo a la democracia.
Muchos de ellos llevaban fotos de Suu Kyi y pancartas donde podía leerse "Birmania libre" y "Queremos volver a casa".
Aung San Suu Kyi reservó así a sus compatriotas su primera intervención pública en el extranjero desde su liberación de la asignación a residencia y su elección al Parlamento.
"Venir aquí, es un poco como volver a Birmania", declaró a algunos periodistas justo antes de su breve discurso. "Creí que había vuelto a Rangún".
Los birmanos representan un 80% de los dos millones de inmigrados registrados en Tailandia, cuya economía es muy dependiente de los trabajadores emigrados, legales o ilegales.
Suu Kyi viajara esta semana al norte de Tailandia, donde en una decena de campos de refugiados viven desde hace años unos 100.000 birmanos, expulsados de su país por los combates entre el ejército y los rebeldes de las minoría étnicas.
"Puedo hacer una promesa: haré lo mejor que pueda por ustedes", declaró la galardonada con el premio Nobel de la paz delante de cientos de compatriotas que llegaron a Mahachai, en la provincia de Samut Sakhon (sur de Bangkok) para escucharla.
Cientos de inmigrados habían esperado desde la madrugada, en una estrecha callejuela de un barrio de la ciudad Mahachai, a la que representa desde hace casi un cuarto de siglo la aspiración de todo un pueblo a la democracia.
Muchos de ellos llevaban fotos de Suu Kyi y pancartas donde podía leerse "Birmania libre" y "Queremos volver a casa".
Aung San Suu Kyi reservó así a sus compatriotas su primera intervención pública en el extranjero desde su liberación de la asignación a residencia y su elección al Parlamento.
"Venir aquí, es un poco como volver a Birmania", declaró a algunos periodistas justo antes de su breve discurso. "Creí que había vuelto a Rangún".
Los birmanos representan un 80% de los dos millones de inmigrados registrados en Tailandia, cuya economía es muy dependiente de los trabajadores emigrados, legales o ilegales.
Suu Kyi viajara esta semana al norte de Tailandia, donde en una decena de campos de refugiados viven desde hace años unos 100.000 birmanos, expulsados de su país por los combates entre el ejército y los rebeldes de las minoría étnicas.
Visto en Terra.
0 comentarios:
Publicar un comentario