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Por primera vez, Birmania celebra públicamente el Año Nuevo

lunes, 31 de diciembre de 2012

Birmania celebrará por primera vez -en casi 50 años de gobierno militar- el Año Nuevo, con una exhibición pública de fuegos artificiales.

Se trata de la medida más reciente que pone de manifiesto cómo las autoridades están reduciendo el control político.

Las reuniones públicas estaban prohibidas por el gobierno.

Se espera que decenas de miles de personas se congreguen en Rangún, la ciudad más grande del país, para disfrutar del espectáculo.

Los fuegos artificiales tendrán como telón de fondo el complejo religioso Shwedagon, el sitio más sagrado de Birmania.

Birmania, al igual que Tailandia, Camboya y Laos, países de mayoría budista, celebran el Año Nuevo tradicional a mediados de abril, aunque desde que por motivos mercantiles adoptaron el calendario gregoriano, festejan también el que se usa de forma oficial en casi todo el mundo.

Visto en BBC.

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La arriesgada transformación de Aung San Suu Kyi

El 1 de abril de 2012 tuvieron lugar elecciones parciales en Birmania. Por primera vez en más de 20 años Aung San Suu Kyi y su Liga Nacional por la Democracia pudieron hacer campaña electoral en libertad. Los resultados fueron apabullantes: de 46 escaños en ambas cámaras del Parlamento que se disputaban, la LND conquistó 41, dos fueron para otros dos partidos y los tres restantes quedaron vacantes. Pero en política toda victoria tiene su lado oscuro. Ahora Aung San Suu Kyi debe realizar uno de los ejercicios políticos más complicados que hay: pasar de ser un símbolo nacional a ser una líder política más.

Durante 20 años Aung San Suu Kyi fue el símbolo de la democracia y la libertad en Birmania. Pagó ese simbolismo con su libertad: estuvo detenida durante más de 15 años, la mayor parte del tiempo sometida a arresto domiciliario y en la última etapa con sus contactos con el exterior muy restringidos. Era una situación peligrosa que exigía mucho coraje y Aung San Suu Kyi lo tuvo. Pero también era una situación poco complicada, una situación de blancos y negros, donde los mensajes y los objetivos estaban claros. Ahora que Birmania está en plena transición y tiene un Presidente que no es un demócrata, pero tampoco es un dictador, Aung San Suu Kyi debe moverse en un terreno lleno de grises. Es decir, tiene que convertirse en una política al uso con lo que eso implica de componendas, de bandearse en situaciones donde todo no es enteramente bueno ni malo, de estrechar la mano de tipos infumables, pero que puede que estén defendiendo coyunturalmente lo mismo que tú… La pregunta es: ¿está logrando Aung San Suu Kyu realizar esa arriesgada transformación en líder política? ¿O está haciendo eso que hacen los políticos tan a menudo: cagarla?

Yo diría que en términos generales está pasando el examen con nota alta, aunque ocasionalmente la cague. Eso sí, ya querría yo que nuestros políticos tuviesen cagadas de la magnitud y frecuencia de las suyas.

Su primer acierto fue aceptar la mano que le tendía el Presidente Thein Sein y reunirse con él en agosto del año pasado. Dadas sus experiencias con la anterior junta militar, Aung San Suu Kyi hubiera estado autorizada a cerrarse en banda, pero optó por darle un voto de confianza. Al término de su encuentro, Aung San Suu Kyi declaró que Thein Sein quería un cambio positivo y real. Es decir, optó por confiar en el Presidente y puso su prestigio en juego para contribuir a los cambios que Thein Sein estaba introduciendo en el país. No es casualidad que poco después de esa entrevista, durante el otoño de 2011 los países occidentales comenzasen a enviar delegaciones de alto nivel al país.

El Presidente Thein Sein convocó elecciones parciales para el 1 de abril de 2012. Aung San Suu Kyi hubiera podido enrocarse, recordando que ella había ganado abrumadoramente las elecciones de 1990, cuyos resultados el régimen no respetó, o sacando a colación las irregularidades que acompañaron a las elecciones de noviembre de 2010. La apuesta era arriesgada: participando, confería legitimidad a las elecciones e incluso ponía en peligro la unidad de su partido, porque no todos los veían tan claro. Optó por creer en Thein Sein, renunciar a la legitimidad que le daba su victoria de 1990 e integrarse en el nuevo juego político. La apuesta le salió bien.

Tras las elecciones parciales de abril, se ha convertido en la líder del principal partido de la oposición y, por el momento, es la persona con más probabilidades de ganar las elecciones previstas para 2015. Prometedor. Pero tiene que caminar por el filo de la navaja. Muchos siguen viendo en ella al símbolo, sin darse cuenta de que ha tenido que bajar al terreno sucio de la política. No pocos de éstos quedarán defraudados. La propia Aung San Suu Kyi, que durante tantos años tuvo claro quién era el enemigo, descubrirá pronto que en política los amigos son más peligrosos que los enemigos. El desafío ahora para ella es mantener su capital de simpatía tan intacto como pueda hasta 2015.

En los meses que han pasado desde las elecciones parciales, Aung San Suu Kyi ha dado muestras de prudencia y de realismo, así como de su disposición a colaborar con el Presidente Thein Sein para sacar adelante las reformas. En septiembre de 2012 viajó a Washington, abogó por el levantamiento de las sanciones y no dudó en reconocer los méritos del Presidente Thein Sein y del Ministro de la Presidencia Aung Min. Asimismo ha procurado desarrollar buenas relaciones con el Presidente de la Cámara Baja, Shwe Mann y se ha mostrado dispuesta a trabajar con él.

En el lado de las cagadas, la principal, que ha sido apuntada por todos, ha sido la manera en que se la ha cogido con papel de fumar en la cuestión de los rohingyas. Aquí la Aung San Suu Kyi birmana y que responde a un electorado birmano, ha podido con la Aung San Suu Kyi defensora de los Derechos Humanos. La primera muestra de que Aung San Suu Kyi está dejando de ser un símbolo para convertirse en una política. Para bien y para mal. 

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Birmania permitirá circulación de periódicos privados

domingo, 30 de diciembre de 2012

El gobierno birmano anunció que permitirá la circulación de periódicos privados a partir de abril por primera vez en casi 50 años.

La medida, que sigue a la abolición de la censura de los medios de comunicación que provenga directamente desde el gobierno, aprobada en abril de este año, forma parte del proceso de implementación de reformas democráticas en el país.

El Ministerio de Información señaló en su sitio en internet que cualquier ciudadano birmano que desee crear un periódico puede presentar una solicitud a partir de febrero, y que se permitirán periódicos en cualquier idioma a partir de abril.

Visto en BBC.

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Venden suéter tejido por Suu Kyi en 49.000 dólares

Un suéter de lana tejido a mano por la premio Nobel birmana Aung San Suu Kyi fue subastado en 49.000 dólares en Mianmar.

Una radiodifusora local ganó una guerra de pujas por la prenda el jueves por la noche durante una subasta efectuada por la Liga Nacional para la Democracia, el partido opositor de Suu Kyi. Las ofertas comenzaron a partir de los 6.000 dólares.

Suu Kyi, de 67 años, tejió el suéter -de color rojo, verde y azul con cuello en V- hace casi 30 años cuando vivía en Inglaterra y criaba a sus dos hijos, dijo Ko Ni, un asesor cercano.

"Lo hizo cuando estaba ocupada trabajando, estudiando y criando a sus hijos", dijo Ko Ni a The Associated Press el viernes. "Ella desea enviar el mensaje de que la gente no debe estar ociosa sino ser diligente".

Suu Kyi, ex presa política y ganadora del premio Nobel de la Paz en 1991, se ha convertido en la mayor celebridad de Mianmar en momentos en que el país se encuentra en un proceso de transición tras medio siglo de gobierno militar. Esta empobrecida nación del sureste asiático también es conocida como Birmania.

La activista, graduada en Oxford, criaba a dos hijos pequeños junto con su esposo británico cuando regresó a Mianmar en 1988 para atender a su madre, que se estaba muriendo. Como hija del general Aung San -héroe de la independencia del país, asesinado en 1947 cuando ella tenía apenas 2 años- Suu Kyi se vio inmersa en la vanguardia de las protestas contra el régimen militar para exigirle democracia.

Durante las siguientes dos décadas, se convirtió en la prisionera política más famosa del mundo y se granjeó el amor de su pueblo, que la llama "Amay Suu" ("Madre Suu"), en parte porque decidió quedarse en el país a pesar de que sus hijos estaban en Inglaterra. Rechazó las oportunidades de salir de Mianmar ante el temor de que no le permitieran el reingreso.

Desde que fue puesta en libertad de su arresto domiciliario en 2010, Suu Kyi se reunió con sus hijos y completó una sorprendente trayectoria en la que pasó de ser ama de casa a presa política, y después líder opositora en el Parlamento.

La orgullosa nueva propietaria del suéter dijo que vale el precio que pagó por la prensa.

"Es invaluable porque el suéter lo hizo mi propia 'Amay'", dijo Daw Nan Mauk Lao Sai, presidenta de la radiodifusora Shwe FM, e indicó que lo colgará en la oficina para que todo el personal lo vea.

La subasta formó parte de un concierto organizado por la Liga Nacional para la Democracia de Suu Kyi con el fin de recaudar dinero destinado a la educación de los niños pobres en Mianmar.

No-Noticia vista en El nuevo herald, Yahoo, AFP, La crónica, Pulso y Terra.
En la mayoría de estos medios la noticia fue publicada el 28 de diciembre (día de los Santos Inocentes en España, muy dado a gastar bromas) pero con fecha de 27 de diciembre por lo que, mucho nos tememos, NO es una broma.
Definitivamente: estamos MUY tooooontos :(

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Ofensiva aérea sobre la guerrilla kachin en el norte de Birmania

sábado, 29 de diciembre de 2012

El Ejército lanzó hoy una ofensiva aérea sobre la guerrilla de la etnia kachin en el norte de Birmania (Myanmar), dos semanas después de que al menos 60 militares muriesen combatiendo a estos rebeldes.

"Cuatro aviones atacaron nuestras posiciones en Laya Yang", denunció por teléfono un portavoz de la Organización para la Independencia Kachin.

El rebelde señaló que el ataque empezó por la mañana e insistió en que en esta ocasión utilizaron cazas, en lugar de los helicópteros de combate empleados en otros enfrentamientos anteriores.

El Ejército de Independencia Kachin defiende un emplazamiento militar de importante valor estratégico en Lajayang, una aldea a unos 10 kilómetros de la ciudad de Laiza, fronteriza con China y donde tiene su cuartel general.

Hace dos semanas, unos 400 soldados apoyados por cinco helicópteros intentaron expulsar a los insurgentes de Lajayang, con el resultado de al menos 60 soldados muertos, según denunció en su día el Frente Democrático de Todos los Estudiantes, un grupo armado que lucha en el estado Kachin.

La guerrilla kachin, formada por unos 8.000 combatientes, rompió en 2010 el alto el fuego que había firmado con el Gobierno 16 años antes, al negarse a transformarse en un fuerza fronteriza bajo el mando del Ejército birmano.

El pasado junio, el Ejército intensificó sus ataques contra los rebeldes y desde entonces los enfrentamientos han causado cerca de 100.000 desplazados.

A pesar de los enfrentamientos, el Gobierno negocia la paz con la Organización para la Independencia Kachin, el brazo político.

Después de 49 años de regímenes militares, la última Junta se disolvió y traspasó el poder a un gobierno civil en 2011.

Desde entonces, las autoridades han buscado la paz con las distintas minorías étnicas en armas, al tiempo que aplicaban reformas políticas y económicas que han permitido el reconocimiento de la oposición democrática, los sindicatos y las manifestaciones, al tiempo que eliminaban la censura y se excarcelaban presos políticos, entre otras cosas.

Las etnias birmanas, que incluyen a los shan, karen, rakhine, mon, kachin, chin o kayah, suponen más del 30 por ciento de los 50 millones de habitantes del país.

Visto en Ideal.

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La tercera fase de reformas en Birmania combatirá la corrupción

El presidente de Birmania (Myanmar), Thein Sein, anunció hoy la tercera fase de reformas en el país, que se centrará en combatir la corrupción y restablecer el buen gobierno.

Thein Sein señaló en un discurso emitido a toda la nación por televisión y radio que la corrupción acampa entre los funcionarios y hace falta erradicarla para que el país prospere, según el medio "Irrawaddy".

"La tercera fase de reformas para el desarrollo del país se ocupará de las agencias gubernamentales", dijo el mandatario, quien requirió la ayuda de la población para acabar con sobornos, malversaciones y otras practicas corruptas.

Thein Sein reconoció que "el buen gobierno aún es muy débil en Myanmar, según los estándares internacionales", y apuntó que "hay que hacer reformas desde la base" en la Administración, porque se ha dejado de atender a la ciudadanía y se actúa sin transparencia.

El dirigente recordó que la primera fase de reformas, que comenzó en 2011 cuando fue investido jefe de Estado por el Parlamento, abordó los cambios políticos y la reconciliación nacional; y la segunda el desarrollo económico, promulgando la Ley de inversiones extranjeras.

Thein Sein admitió que, pese a los avances, la economía nacional todavía anda muy rezagada en comparación con las de los países de su entorno.

Birmania estuvo sometida a regímenes militares desde el golpe de 1962 hasta 2011, cuando la última Junta traspasó el poder a un gobierno civil afín.

Thein Sein, primer ministro del régimen anterior, ocupó la presidencia y comenzó a dirigir un programa de reformas que ha merecido el reconocimiento de la comunidad internacional, con la retirada de la mayor parte de las sanciones que pesaban sobre el país desde hacía años.


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Myanmar: el CICR está preparado para reanudar las visitas a detenidos

Tras el anuncio del gobierno de Myanmar de que el CICR (Comité Internacional de la Cruz Roja) reanudará sus visitas a lugares de detención, Alain Aeschlimann, jefe de actividades operacionales del CICR para Asia Oriental. Asia Sudoriental y el Pacífico explica los alcances de esta decisión.

En noviembre, el gobierno de Myanmar anunció en un comunicado de prensa que el CICR reanudaría sus visitas a los detenidos. ¿Es correcta esta información?

Sí. Las autoridades de Myanmar anunciaron su decisión en una reunión bilateral celebrada en Nay Pyi Taw. Naturalmente, esta novedad nos complace mucho y esperamos con interés visitar las cárceles y otros lugares de detención en Myanmar. Durante esas visitas, el CICR evaluará el bienestar y las condiciones de vida de los reclusos y encarará diversas cuestiones relativas a la gestión penitenciaria, en particular el sistema de salud.

¿Cómo pondrán en práctica esta decisión?
Tenemos previsto comenzar las visitas a detenidos lo antes posible, en lugar de quedarnos en las oficinas deliberando sobre el tema. Hemos acordado con las autoridades que empezaremos nuestra actividad con una visita piloto, durante la cual aplicaremos los métodos y procedimientos habituales que el CICR utiliza en todo el mundo. Nuestra intención es que esta visita inicial fortalezca el entendimiento entre el gobierno de Myanmar y el CICR acerca de los beneficios que dimanan de las visitas del CICR a los lugares de detención. Tras la visita piloto, planificaremos el modo de extender nuestras visitas al resto del país. En esta operación de planificación se determinará, en particular, los recursos humanos y económicos que necesitaremos para esta importante tarea.

¿Significa esto que el CICR adaptará sus procedimientos a la situación en Myanmar?
No. Los procedimientos del CICR para las visitas a detenidos son los mismas en todos lados. Sin embargo, siempre adaptamos nuestra respuesta y nuestros servicios a las necesidades objetivas de cada contexto; de este modo, colaboramos con las autoridades y les ayudamos a mejorar el trato que reciben los detenidos y las condiciones de detención.

¿Han trabajado en las cárceles en Myanmar durante los últimos meses?
En 2011 y 2012, llevamos a cabo algunos proyectos de infraestructura. Esto no es lo mismo que realizar nuestras visitas normales, durante las cuales hablamos con los reclusos en privado y evaluamos el funcionamiento general de un lugar de detención. Durante este período, el CICR reemplazó los sistemas de abastecimiento de agua y de saneamiento en siete lugares de detención, mejorando considerablemente las condiciones de vida de los detenidos.

Además, aunque el CICR no realizaba las visitas habituales a los detenidos, siguió facilitando las visitas de familiares a personas que se hallan detenidas lejos de su lugar de origen.

¿Cuáles son las actividades del CICR en el resto del país, especialmente en el estado de Rakhine?
El CICR estableció una presencia permanente en Sittwe en junio de 2012, inmediatamente después del brote de violencia en esa zona. Junto con la Cruz Roja de Myanmar, proporcionamos una asistencia básica pero vital a los enfermos, los heridos y los desplazados de cualquier origen. Ambas instituciones evacuan a pacientes que no pueden llegar hasta los centros de salud por su propia cuenta y prestan servicios de primeros auxilios a los heridos. Además, renovamos las instalaciones de saneamiento y suministramos agua en los campamentos para personas desplazadas. Tras el último estallido de violencia, que tuvo lugar en octubre, estamos examinando la posibilidad de fortalecer nuestra intervención.

En otras partes del país, prestamos apoyo a cuatro talleres de rehabilitación para personas amputadas, que dirigen la Cruz Roja de Myanmar o el Ministerio de Salud. Además, estamos aguardando la autorización para llevar a cabo misiones de evaluación en las zonas fronterizas de Kahin y Kayin, y estaríamos dispuestos a realizar actividades médicas en estas regiones afectadas por el conflicto.

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Dos muertos y 11 heridos en accidente de avión en Birmania

Dos personas han muerto y 11 han resultado heridas en Birmania cuando un avión en el que viajaban 65 pasajeros, incluyendo turistas, se estrelló en el estado de Shan (este), indicaron las autoridades y la aerolínea.

Air Bagan ha indicado que el aparato, un viejo Fokker-100, se vio obligado a efectuar un aterrizaje forzoso a tres kilómetros del aeropuerto de Heho, punto de acceso al destino turístico del Lago Inle.

Los pasajeros fueron evacuados pero "uno que faltaba fue hallado muerto dentro del avión. Estamos intentando identificarlo", dijo la compañía en un comunicado colgado en su página de Facebook.

La víctima es un niño de 11 años, según el ministerio de Información, que añadió que había cuatro extranjeros entre los heridos.

El ministerio señaló que una segunda persona murió cuando el avión chocó con una motocicleta en una carretera cerca del aeropuerto.

Las circunstancias exactas del incidente no están de momento muy claras. Según un funcionario, hubo un incendio en uno de los motores cuando el aparato se acercaba al aeropuerto de Heho..

"A causa del aterrizaje forzoso cerca del aeropuerto, el avión se partió por la mitad", dijo el funcionario a la agencia AFP, añadiendo que los pasajeros fueron evacuados.

Según un guía turístico local presente en el lugar del accidente, el fuego devoró luego "casi todo el avión".

Un representante de la aerolínea birmana Air Bagan le informó a la BBC que el piloto del avión que hizo un aterrizaje de emergencia en el estado de Shan, en el centro del país, probablemente confundió la carretera con la pista de aterrizaje debido a la niebla.

La cadena de noticias japonesa NHK indicó que las dos alas del avión fueron destruidas en el aterrizaje, y que según la versión del piloto uno de los dos motores explotó justo antes del percance.

El resto de los pasajeros, en su mayoría turistas, serán trasladados más tarde a la ciudad de Yangon.

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Myanmar dice que el programa nuclear será pacífico

El jefe militar de Myanmar dice que el país planea utilizar la tecnología nuclear con fines de investigación médica, y energía, pero no desarrollará armas atómicas.

Los breves comentarios realizados en el estado de los medios de comunicación llegó el sábado al mes después de que el gobierno dijo que declarar cualquier material nuclear en el país.

El Vice general Senior Min Aung Hlaing hizo estas declaraciones en la ceremonia de graduación de la Academia Médica del Ejército.

Se refirió a la necesidad de más equipos de radiación y de investigación en el área de isótopos radiactivos para tratar el cáncer. Y añadió: “Los militares no desarrollarán tecnología nuclear para producir armas de destrucción masiva”.

Desde hace tiempo ha habido especulación, alentado por informes de desertores, que Myanmar se puede desarrollar en secreto un programa nuclear de algún tipo con la ayuda de Corea del Norte.

Visto en Noticias hoy.

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Los rohingyas (y 3)

La Constitución de 1974 constituyó el Estado Rakhine, que englobaba toda la provincia de Arakan. No es que en la dictadura de Ne Win los estados de la Unión gozasen de mucha autonomía. Con su creación, Ne Win les pasaba la mano por el lomo a los rakhines y, de paso, supeditaba a los rohingyas del norte de Arakan a Sittwe.

La Constitución de 1974 sólo fue el comienzo. La Emergency Immigration Act del mismo año exigió que todos los birmanos tuvieran un certificado de registro nacional, pero a los rohingyas se les dotó únicamente de cartas de registro de extranjeros que muchos empleadores no aceptaban y que les vedaban el acceso a algunos servicios.

En 1978 Ne Win lanzó la Operación Naga Min para expulsar a los inmigrantes ilegales de Arakan. El ACNUR estimó en más de 200.000 las personas que fueron expulsadas a Bangladesh, ciudadanos y no ciudadanos confundidos, que Ne Win no se detenía en esas minucias. Es más, en un ejercicio de cinismo que habría sonrojado al propio Goebbels, el Gobierno birmano afirmó que “19.457 bengalíes huyeron para escapar al examen, ya que no tenían los papeles de registro adecuados. Manda huevos: dividen la cifra de expulsados por diez y les niegan su identidad.

Bangladesh, que bastante tiene con sus propios problemas de superpoblación, denegó los alimentos a los refugiados a ver si así se volvían a Birmania. Un informe del ACNUR dice que hubo más de 12.000 personas que murieron de hambre. Muchos de los expulsados fueron repatriados a la fuerza a Birmania.

En 1982 Ne Win promulgó una nueva Ley de Nacionalidad muy estricta. Para ser birmano debía pertenecerse a un grupo étnico que se hubiese asentado en el territorio birmano antes de 1823. El Estado se arrogaba el derecho de determinar qué grupos étnicos tendrían la consideración de nacionales. La Ley distinguía entre ciudadanos, ciudadanos asociados y ciudadanos por naturalización. Los ciudadanos eran aquéllos cuyos antepasados estaban en Birmania antes de 1823; los ciudadanos asociados, aquéllos que habían adquirido la nacionalidad en virtud de la Ley de Nacionalidad de la Unión de 1948 y los ciudadanos por naturalización quienes la adquiriesen a partir de ese momento. La Ley es muy enrevesada y deja muchísimo margen al arbitrio del administrador de turno. Uno puede preguntarse cuántos birmanos, sobre todo de los pertenecientes a las minorías étnicas, estaban en condiciones de entender la Ley y de aportar los documentos necesarios. En todo caso el Gobierno birmano dejó claro que los rohingyas no entraban dentro de la categoría de los grupos étnicos nacionales. Y para dar una vuelta de tuerca más, el Gobierno realizó un censo al año siguiente en el que no contó a los rohingyas, privándoles de nacionalidad por la vía de hecho.

En 1991 se produjeron nuevas expulsiones de rohingyas. Entre 250.000 y 300.000 fueron los afectados en esta ocasión. Las fuerzas del Ejército birmano se comportaron con bastante brutalidad, quemando aldeas y cometiendo asesinatos. Bangladesh puso la misma cara de culo que en 1978. Estableció unos raquíticos campos de refugiados que más que para alojarlos estaban para mandarles el mensaje de que no eran bienvenidos y que se volvieran.

Quitando a unos 20.000 que se quedaron en los campos, el resto fueron repatriados por las buenas o por las malas en los años siguientes. En 1994 el ACNUR estableció una pequeña presencia en Arakan, tras lo cual a los retornados se les empezaron a expedir Carnés de Registro Temporal, que concedían derechos de empleo y de circulación limitados en Arakan Norte. No fueron sólo el empleo y el movimiento los que se les dificultaron; también se les pusieron trabas al matrimonio. Un rohingya necesita tantos costosos papeleos para contraer, que encontrar a su media naranja es el menor de sus problemas a la hora de casarse.

La dictadura militar podía no sentir ningún cariño por los rohingyas. Lo preocupante es que el movimiento prodemocrático birmano como poco los ignoraba. Ya fuera por los prejuicios históricos que habían existido o porque la propaganda antirohingya del régimen había calado, el caso es que los derechos de los rohingyas nunca figuraron en la agenda de los opositores al régimen.

Desde marzo del año pasado Birmania ha iniciado una esperanzadora transición hacia la democracia. Sin embargo, no sólo esto no se ha traducido en beneficios para los rohingyas, sino que han visto cómo la naciente libertad de expresión se utilizaba para difundir mensajes xenófobos y racistas en su contra. Tin Hamhung Htoo, director del Canadian Friends of Burma, declaró que los rohingyas eran los restos del movimiento muyahidin del oeste de Birmania que habían intentado obtener la nacionalidad después de que fracasase su jihad; en honor a la verdad hay que reconocer que su organización le obligó a retractarse. El Burma Democratic Concern, basado en el Reino Unido, afirmaba en su página web que había que desplegar tropas en el norte de Arakan para “proteger las vidas de la minoría arakanesa budista birmana que está viviendo en medio de los bárbaros que se autodefinen como musulmanes bengalíes rohingyas. Dos de los medios más populares en la nueva Birmania son el “Weekly Eleven” y el “The Voice Weekly” han hecho cualquier cosa menos informar de la cuestión con objetividad. Sus fuentes de información son unilaterales, siempre rakhines budistas y la visión que presentan del conflicto es la de musulmanes bengalíes agrediendo a indefensos rakhines budistas y albergando siniestras intenciones yihadistas y secesionistas.

Que la prensa utilice de esta manera torticera la recién recuperada libertad de expresión es triste. Pero todavía lo es más la actitud que algunos líderes democráticos han adoptado frente a la cuestión rohingya. El líder estudiantil Ko Ko Gyi ha pasado los últimos cuatro años y medio en la cárcel, de la que fue liberado el pasado enero. Refiriéndose a la situación en Arakan, Ko Ko Gyi se refiere a los rohingyas como a bengalíes que deberían ser expulsados y dice que son los rakhines budistas los acosados y los que se están viendo obligados a abandonar sus hogares. Hasta Aung San Suu Kyi, Premio Nóbel de la Paz y todo un símbolo de la democracia, ha hablado del conflicto con una tibieza decepcionante en una persona caracterizada por su coraje. Más que la Aung San Suu Kyi de toda la vida, parecía un político español cogiéndosela con papel de fumar para hablar de la corrupción.

Los últimos sufrimientos de los rohingyas se iniciaron el pasado junio, después de que la violación y asesinato de una mujer budista por musulmanes hubiera desencadenado las tensiones comunales en Arakan. Ha habido asesinatos, poblados quemados y al menos 75.000 personas desplazadas, en su mayoría rohingyas. En esta ocasión los ataques antimusulmanes incluso han alcanzado a los kaman que, a diferencia de los rohingyas, sí que son considerados como una etnia nacional.

A diferencia del pasado, el Gobierno birmano en esta ocasión ha adoptado una actitud más moderada y no ha atizado las llamas del resentimiento anti-rohingya, aunque en todo momento ha dado la sensación de estar desbordado por la situación. El Gobierno estableció en agosto una comisión de investigación con un amplio mandato para estudiar las causas de la violencia y realizar recomendaciones para frenarla. La composición de la comisión es muy amplia. Incluye a líderes religiosos musulmanes, cristianos, hindúes y budistas, a académicos, a opositores como Ko Ko Gyi, pero, irónicamente, no incluya a ningún rohingya.

Lo irónico es que las mismas reformas liberalizadoras que está propulsando el Presidente Thein Sein puede que hagan más difícil gestionar la crisis rohingya que en el pasado. Imponer sus soluciones por la vía de la fuerza como hacía Ne Win, ya no es una opción. Lo malo es que el sentimiento mayoritario entre la mayoría birmana y entre los rakhines budistas es que habría que expulsar a los rohingyas que son meros inmigrantes bengalíes. Peor todavía es que, en un momento en el que Birmania necesita toda la ayuda que pueda allegar de la comunidad internacional para salir de la crisis humanitaria en la que le dejó la junta militar, la Organización para la Cooperación Islámica ha puesto a Birmania en el punto de mira por el tratamiento dado a los rohingyas.

Continuará, me temo...

Tercera y, de momento, última parte de un extenso e interesante artículo de Tiburcio Samsa en su blog, Asia, Buda y rollitos de privamera.
También hemos publicado la primera y segunda partes.

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Los rohingyas (2)

Tras la I Guerra Mundial, la situación en el Raj británico empezó a agitarse. Resultaba evidente que el viejo orden colonial era insostenible. En 1935 se introdujeron importantes cambios en la administración colonial. El principal para los birmanos es que la administración de Birmania se separó de la de la India en 1937. La Government of Burma Act de 1935 dividía Birmania en la Birmania propiamente dicha, donde las nuevas autoridades provinciales ejercerían sus poderes plenamente, y determinadas regiones donde etnias no birmanas eran mayoritarias y que en general estaban menos desarrolladas, en las cuales las autoridades locales gozarían de algunos poderes específicos. Una de esas regiones era la parte interior y montañosa de Arakan, denominada en la Ley Arakan Hill Tract.

En algunas páginas web que simpatizan con los rohingyas, se afirma que hubo protestas en Arakan ante los cambios en la administración colonial, ya que no querían incorporarse a Birmania, sino a la India. Tengo mis dudas de que hubiese estas protestas. Si las hubo, no debieron de tener mucho alcance. Estudios más académicos y, en principio, imparciales no las mencionan. Por otra parte, existió un proyecto denominado Crown Colonial Scheme que trató de corregir el perjuicio que la nueva delimitación fronteriza entre la India y Birmana ocasionaría a algunas minorías étnicas. Pues bien, sus defensores tenían en mente a las etnias chin, kachin y naga y para nada a los rohingyas o a los rakhine.

En cambio, de lo que sí eran conscientes los británicos era de que la inmigración india a Birmania había causado muchísima animadversión. En 1939 el Gobernador de Birmania designó una Comisión de Investigación para que estudiase la cuestión a la vista de los disturbios entre las dos comunidades que se habían producido el año anterior.

La Comisión constató que los birmanos tenían serios recelos de la inmigración india a la que responsabilizaban de su situación de desempleo o subempleo. Resulta interesante que el informe de la Comisión en ningún momento menciona a los rohingyas, limitándose a decir que “había una comunidad musulmana arakanesa asentada desde hacía tanto tiempo en el Distrito Akyab (Sittwe) que debía considerarse a todos los efectos como una raza indígena.” El informe también señala que los arakaneses estaban inquietos por la penetración de gentes de Chittagong, de la que recelaban tanto ellos mismos como los propios chitagongios que vivían en Arakan. El informe concluía que la inmigración desde Chittagong debía frenarse, ya que podía ser el germen de futuros conflictos comunitarios y proponía que se controlase la frontera entre Chittagong y Arakan.

Los censos de 1911 y 1921 y el informe de la Comisión de Investigación llevan a la conclusión de que para los británicos no existía una etnia rohingya como tal. Eran conscientes de que había comunidades musulmanas establecidas en Arakan, que estaban emparentadas con las que vivían en Chittagong. Parecería que tenían cierta dificultad para determinar si debían de ser consideradas como indias o birmanas, aunque se inclinaban más bien por lo primero.

En 1942 Japón conquistó Birmania. El movimiento nacionalista birmano cuyo principal líder era Aung San, el padre de Aung San Suu Kyi, era aliado de los japoneses y desprendía un cierto tufillo o más bien un hedor a fascismo. Apenas se hubieron ido los británicos, los birmanos empezaron a acosar a los indios. Amitav Ghosh ha contado en su novela “El Palacio de Cristallas penalidades que los indios tuvieron que sufrir.

Las tensiones intercomunitarias también se extendieron a Arakan, donde adquirieron tintes dramáticos. Las cifras que veo más repetidas son que en las matanzas que se produjeron a finales de marzo de 1942 murieron 100.000 rohingyas, es decir, aproximadamente la mitad de la comunidad, y que 80.000 tuvieron que huir a Chittagong. 294 pueblos rohingyas habrían quedado totalmente arrasados. Aunque la cifra de 100.000 la he visto repetida en muchísimos sitios, tengo la sospecha de que está bastante inflada. Si diésemos por buena esa cifra y el hecho de que representaba la mitad de la comunidad, eso supondría que los rohingyas se habrían multiplicado por ocho (hoy se calcula que son unos 800.000) en los setenta años que han pasado desde entonces. Mucha reproducción a lo conejo me parece ésa. Es cierto que hubo matanzas y muertos, pero los números habría que reducirlos bastantes. Y además señalar que también hubo arakaneses muertos a manos de bengalíes. En la Historia de Birmania nunca nadie es enteramente bueno ni malo.

Lo sucedido en Arakan al menos benefició a alguien: a los británicos. El frente con los japoneses más o menos pasaba por la separación entre Arakan y Bengala y tenían la ventaja que del lado japonés de la separación contaban con simpatizantes, los musulmanes arakaneses, mientras que los japoneses no contaban con una quinta columna equivalente. Dentro de las muchas promesas incumplidas e incumplibles que los británicos formularon durante la guerra, estuvo la que les hicieron a los rohingyas de que crearían un Área Nacional Musulmana en el norte de Arakan. Cuando el final de la guerra empezó a vislumbrarse en el horizonte, se olvidaron de esa promesa.

La II Guerra Mundial dejó muchas heridas en las relaciones interétnicas en toda Birmania, no sólo en Arakan. La mayoría étnica birmana mostró lo que puede dar de sí el nacionalismo cuando se tiñe de xenofobia, etnicismo y unas cuantas gotas de fascismo. Sin embargo, los británicos al reconquistar Birmania de los japoneses comprendieron que no podían ponerse a la contra al grupo que representaba los dos tercios de la población y prepararon la vía hacia la independencia de una Birmania unida en la que inevitablemente los birmanos serían los que mandasen.

El líder de la independencia Aung San era el único líder birmano en el que las minorías confiaban algo. En febrero de 1947 Aung San, que presidía el gobierno birmano que debía conducir el país a la independencia, firmó el Acuerdo de Panglong con las minorías shan, kachin y chin, por el que se les reconocía la autonomía en la gestión de sus asuntos. Era un acuerdo que sentaba las bases de una Birmania plural y que se ajustaba con realismo a la realidad étnica del país. Desgraciadamente nunca sabremos lo que habría podido dar de sí, porque Aung San fue asesinado cinco meses después, antes de la declaración de independencia, y no tuvo ocasión de aplicarlo. Cuando Birmania alcanzó la independencia el 4 de enero de 1948, casi inmediatamente estallaron en sus fronteras insurgencias de las minorías étnicas que no veían nada claro eso de integrarse en un Estado dominado por la mayoría birmana

Ya antes de la independencia y al igual que otras etnias, los rohingyas, que aún no se habían identificado con ese apelativo, constituyeron en 1946 bajo el liderazgo de Jaffar Kawal la Organización de Liberación Musulmana, que dos años después cambió su nombre por el de Partido Mujahid. Los musulmanes originarios de Chittagong, por su parte, organizaron la Liga Musulmana del Norte de Arakan y pidieron su inclusión en el futuro Pakistán. Ali Jinnah que ya tenía bastantes problemas lidiando con la India, no quiso tener un dolor de cabeza adicional y les dijo que muy bien, que encantado de haberles conocido, pero que su sitio estaba en Birmania.

En junio de 1948 el recién redenominado Partido Mujahid dirigió una carta al gobierno birmano en la que enumeró sus demandas. Quería que se constituyese un Hogar Nacional Musulmán en el norte de Arakan y que el urdu se reconociese como el idioma nacional de los musulmanes arakaneses y se enseñase en las escuelas. Esta segunda petición resultaba bastante descabellada: el urdu era el idioma oficial de Pakistán y muy pocos lo hablaban tanto en la región como en la vecina Bengala. También pedían que los musulmanes de Arakan fueran reconocidos como una de las nacionalidades del país, su partido reconocido legalmente y se concediera una amnistía a sus militantes detenidos. Leyendo sus demandas, parecería que en aquel momento los rohingyas, término que todavía no se había generalizado, no tenían clara su identidad étnica. Lo que primaba era su condición de musulmanes y muchos se sentían más próximos a los bengalíes que a sus compatriotas birmanos.

Como en muchas otras regiones fronterizas de Birmania, estalló la insurrección. La situación era tan confusa que el Partido Mujahid estableció un acuerdo con un grupo de rebeldes rakhines para dividirse la región una vez que hubieran expulsado al ejército birmano. El Partido Mujahid en todo caso no consiguió el apoyo de todos los musulmanes de la región. Militarmente no fue una amenaza demasiado seria. Si la insurgencia no fue definitivamente aplastada hasta 1954 no fue tanto por su fortaleza como por el hecho de que las fuerzas armadas birmanas habían estado demasiado ocupadas luchando contra otras insurgencias en otras partes del país. Los insurgentes derrotados o bien huyeron a Bengala o bien se dedicaron al bandidaje y al contrabando.

Muchos piensan que fue la insurgencia de 1948-1954 la que hizo que finalmente emergiera una identidad rohingya. Un poco como ocurrió en Yugoslavia, donde el apelativo “bosnio” designaba simplemente al serbio de religión musulmana y apenas tenía una connotación étnica, algo que cambió como consecuencia de la guerra de Bosnia. Tras la insurgencia, hasta los musulmanes más moderados pedían que se concediese la autonomía a los distritos de Maungdaw y Butidaung y se les permitiese tratar directamente con Rangún, sin pasar por las autoridades provinciales de Arakan.

En la segunda mitad de los 50, la suerte de los rohingyas cambió. En la compleja política de esos años, el Primer Ministro U Nu se encontró con que necesitaba los votos de los diputados musulmanes para sobrevivir en un momento en el que los diputados rakhines se habían alineado con la oposición. Prometió que concedería la nacionalidad birmana a los “musulmanes bengalíes” en Birmania, concedió una amnistía a los insurgentes mujahids que dejasen las armas y creó el Área de la Administración Fronteriza de Mayu, una región administrativa especial que cubría los distritos de Maungdaw, Buthidaung y Rathidaung Occidental y que era gobernada directamente desde Rangún, puenteando a las autoridades provinciales de Sittwe. Se trataba de un gobierno militar ad hoc, no de un gobierno autónomo, pero los musulmanes del distrito preferían eso a ser gobernados por sus vecinos rakhines. Además se reconoció a los rohingyas como etnia nacional del país y en 1961 había un servicio de noticias en rohingya en la radio oficial.

Pero en la tumultuosa Birmania democrática de finales de los cincuenta, las buenas noticias nunca duraban mucho. En 1962 el General Ne Win dio un golpe de estado y se terminaron las buenas noticias para los rohingyas. Ne Win tenía una idea unitaria del Estado y la base ideológica que escogió para su régimen fue una mezcla de socialismo y nacionalismo birmano con el recurso regular al budismo theravada para taparse las vergüenzas. Evidentemente, en este esquema no había sitio para los rohingyas. Por cierto que en este punto hay que reconocer que al resto de los birmanos, incluidos aquéllos opuestos a Ne Win, les importaba muy poco lo que pudiera pasarles a los rohingyas.

Segunda parte de un extenso e interesante artículo de Tiburcio Samsa en su blog, Asia, Buda y rollitos de primavera.
También hemos publicado la primera y tercera partes.

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Los rohingyas (1)

Los bangladeshis no tienen buena prensa en Asia. Se les ve como atrasados, buenos sólo para realizar los trabajos más pesados y que necesitan menos cualificación y además todo bangladeshi es un inmigrante ilegal en potencia. Qué amarga tiene que ser la situación de una etnia para que esos mismos bangladeshis les miren por encima del hombro y no quieran saber nada de ellos. Esa etnia son los rohingyas del suroeste de Birmania.

El origen de los rohingyas es discutido. En el siglo VIII la franja costera que hoy constituye el estado birmano de Rakhine más la parte que va hasta Chittagong, hoy en Bangladesh, estaban gobernados por la dinastía chandra. Étnicamente los habitantes del reino serían bengalíes y practicarían el hinduismo y el budismo. Culturalmente pertenecerían a la esfera cultural india. Hay quienes dicen que el Islam comenzó a introducirse en Arakan ya en ese siglo por intermedio de comerciantes y náufragos árabes, en un proceso paulatino similar al que más tarde se produciría en Indonesia.

A mí me cuesta asumir una fecha tan temprana para la aparición del Islam en Arakan. En el siglo XIV Ibn Battuta visitó Bengala y habló de sus gobernantes y población musulmanas. En cambio, no hizo ninguna mención de la vecina Arakan. Es cierto que no la visitó, pero dado el interés que tenía por las comunidades musulmanas de las regiones por las que pasaba, sorprende que se le hubiera olvidado referirse a la situación del Islam en Arakan. Lo más probable es que no hablase de ello porque en ese momento no hubiese comunidades musulmanas significativas en Arakan.

Desde el siglo X Arakan empezó a sufrir la presión de etnias tibeto-birmanas que venían del norte. A mediados del siglo XI el rey Anawarattha creó un reino unificado de predominio birmano en el valle del Irrawaddy. A partir de ese momento se produce la integración de Arakan, que hasta entonces había mirado más hacia la India y hacia Bengala, en la órbita cultural, religiosa y étnica birmana. Con la decadencia del reino de Pagan en el siglo XIII, Arakan recuperó su independencia. El Arakan que recuperó su independencia ya estaba muy influido culturalmente por Pagan y ya practicaba el budismo theravada.

A comienzos del siglo XV los birmanos ocuparon Arakan. Su rey, Min Saw Mun, acudió a su vecino del oeste, el Sultanato de Gaur, en busca de ayuda. Min Saw Mun recuperó el trono con ayuda de las tropas de Gaur y fundó la capital de Mrauk-U. El Arakan restaurado se vio sometido a un cierto vasallaje con respecto a Bengala. Los reyes eran budistas, pero utilizaban también títulos musulmanes. Posiblemente en aquellos momentos ya hubiese comunidades musulmanas en Arakan. La nueva situación política haría que el Islam creciera en prestigio y en número de seguidores. Culturalmente Arakan adoptó elementos procedentes de Bengala. Este vasallaje terminó a mediados del siglo XVI, cuando el Sultanato de Gaur entró en decadencia.

Dos grupos de musulmanes aparecieron en este período en Arakan: los kaman y los myay-du. Los Kaman eran descendientes de los mercenarios de origen afghano, persa y mogul que estaban al servicio de los reyes de Arakan. Los myay-du eran descendientes de esclavos bengalíes llevados a Arakan para trabajar en obras públicas. Por cierto que ninguno de estos dos grupos se identifica como rohingya.

Entre la mitad del siglo XVI y la mitad del siglo XVII, Arakan conoció su edad de oro. Su armada controlaba el golfo de Bengala y sus rutas comerciales. Después, la intrusión de los holandeses en la región y el ascenso de los birmanos fueron debilitándolo, hasta que en 1784 el rey birmano Bodawpaya lo conquistó definitivamente. Por cierto que más de la mitad de la población de la región optó por huir de los birmanos y se instaló en la zona de Chittagong, bajo el control de la India británica. Es de suponer que la mayor parte de los refugiados serían musulmanes.

Primera parte de un extenso e interesante artículo de Tiburcio Samsa en su blog, Asia, Buda y rollitos de primavera.
También hemos publicado la segunda y tercera partes.

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En Sittwe no se duerme, pero se sueña con la paz

Sorteando la brecha generacional
en el  campamento para los
desplazados internos de Ma Gyi
Myaing, en Sittwe, Myanmar
occidental.
Hace seis meses Misho, de 55 años, se planteaba una jubilación anticipada. Hoy, todo lo que pide es un techo sobre su cabeza. Ella es una de las decenas de miles de personas cuyas vidas dieron un vuelco cuando, el junio pasado, estalló la violencia entre las comunidades del Estado de Rakhine en Myanmar occidental.

Esa tarde, estaba cocinando y de repente la gente empezó a gritar ¡Fuego! ¡Fuego!” cuenta sobre aquél fatídico día. “Salí corriendo descalza y me corté al cruzar un terreno donde había trozos de cristal. Pasamos la noche en la mezquita. Pensé que me iba a morir de miedo”.

En una noche, esta viuda musulmana perdió el que había sido su trabajo durante ocho años: cocinera y encargada de la limpieza en la casa de una familia de Rakhine. También perdió el puesto de comida que tenía a un lado de la casa, y las gallinas ponedoras que criaba. Hoy en día, todas sus pertenencias se limitan a una manta y una esterilla para dormir, y su nuevo hogar es una tienda de campaña que comparte con su hija en el campamento The Chaung a las afueras de la capital del estado, Sittwe.

Por la noche pasamos frío y no tengo más ropa que ésta”, cuenta Misho antes de reconocer que “tuvimos la suerte de llegar aquí pronto, porque después ya no quedaba más espacio”.

Entre los últimos que han ido llegando se encuentran los que huyeron de las revueltas retomadas en octubre, así como los desplazados internos que habían estado viviendo con familias de acogida que ya no podían seguir manteniéndolos. Los que no han podido entrar en los campamentos existentes han construido refugios improvisados en los bordes de las carreteras.

Como principal organización para la protección, la acogida, la coordinación y la gestión de campamentos en el marco de la respuesta interinstitucional, el ACNUR ha estado trabajando junto con el Gobierno para encontrar terrenos adecuados donde estos grupos puedan construir sus refugios.

La principal prioridad es asegurarse de que todo el mundo tiene dónde cobijarse”, afirmó Maeve Murphy, jefe de la Oficina del ACNUR en Sittwe. “Y mientras se erigen estos campamentos, estamos trabajando con las autoridades para intentar y asegurar que se respetan las normas internacionales, sobre todo en lo referente al alojamiento”.

Además de las tiendas de campaña situadas en Sittwe, este año el ACNUR también está construyendo 263 refugios temporales con paredes de bambú y techos de chapa ondulada. Cada vivienda, a modo de casa comunal, puede albergar a ocho familias.

Kyaw Hla, de 58 años, es el administrador del campamento de Hpwe Yar Kone y vive en una casa comunal, construida por el Gobierno, junto con 20 de sus familiares. Si bien el alojamiento es adecuado, hay otros servicios que escasean en este campamento situado a 45 minutos en coche de Sittwe. A Kywa Ha le gustaría que las raciones de comida se distribuyesen más cerca del campamento, y lamenta que su familia no haya comido carne o pescado desde junio.

Las mujeres de este campamento sostienen que necesitan zonas de aseo adecuadas, material higiénico y ollas para cocinar, pues actualmente toda la comunidad las comparte.

Consciente de que algunos empleados de las ONG muestran reticencias a la hora de trabajar en determinados lugares, dadas las continuas tensiones entre comunidades, Murphy, el representante del ACNUR, afirmó que “solicitamos constantemente mejores suministros de agua, más instalaciones sanitarias con casetas de ducha individuales para las mujeres, así como clínicas móviles para la asistencia sanitaria”.

En otro campamento con alojamientos comunales, llamado Ma Gyi Myaing, se cuenta con los servicios básicos pero a Ngine Saw Htet, un hombre de 61 años, aún le cuesta conciliar el sueño. Se lamenta por su casa carbonizada, de la que tan solo quedan cuatro pilares, y por la pérdida de su comercio dedicado a la recarga de baterías, al que acudían tanto clientes musulmanes como indígenas de Rakhine.

Los primeros diez días no podía dormir”, contaba con el ceño fruncido. “Poco a poco me voy recuperando, pero todavía tengo miedo cuando todo está en silencio. Y me preocupa el futuro. No tengo trabajo, no tengo ingresos. Sin una ayuda financiera no puedo empezar un negocio. Mi familia depende completamente de la asistencia”.

En el campamento de The Chaung, Misho comparte sus mismas preocupaciones. “Paso la mayor parte del tiempo rezando”, dice. “Rezo por regresar a casa lo antes posible, por tener una casa de verdad, segura, por poder trabajar otra vez. Rezo por la paz entre las personas de Rakhine, y vivir en paz con mis vecinos

Artículo de Vivian Tan escrito en Sittwe, Birmania, traducido por la voluntario de UNV Online Mariana La Greca, y visto en la web de ACNUR.

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Sonrisas de Birmania: compartiendo alegría y felicidad

domingo, 23 de diciembre de 2012

El pasado jueves 13 de diciembre, por fin se operó de nuevo a nuestra princesita en Mandalay. Desde que conocimos el orfanato en 2007 su operación fue una de nuestras prioridades, pero hasta el 2010 no se pudo realizar. Nuestro amigo Thurein nos puso en contacto con un cirujano de Yangon y el monje nos dio permiso para ello. La niña se trasladó con una enfermera desde Sittwe, y aunque la operación fue un éxito, nuestra princesa había perdido ya la visión de un ojo. Tras su recuperación la trasladaron a Mandalay. En el 2011, nos llegaron malas noticias: el tumor se había vuelto a reproducir y había que quitarlo. Ésta vez ha sido May quien nos ha ayudado con la operación.  Muchas han sido las comunicaciones con ella, buscando quien la podía operar en Mandalay y viajando a Naypyidaw para pedir los permisos necesarios. Nunca nos cansaremos de darle las gracias por todo lo que está haciendo por los niños.

Se ha tardado más de un año, pero al final entre todos lo hemos conseguido.

GRACIAS a todos, de corazón, por ayudarnos a cumplir un sueño: mejorar la calidad de vida de nuestra princesita.

Os dejamos el enlace a la galería donde podéis ver más fotos: pinchad aquí.

Visto en el blog de Sonrisas de Birmania.

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Escolaridad Solidaria: fin del Tercer Proyecto de donación de material escolar a Birmania

Estimados amigos,

Afortunadamente estamos terminando el 3ª Proyecto de Donaciones de Material Escolar en Birmania.

Debido a circunstancias externas a nuestra organización, como os comente en el correo anterior, este curso escolar hemos empezado con un poco de retraso, pero con la misma fuerza e ilusión de siempre para ayudar a estos niños.

Entre los días 23 a 28 de noviembre se llevó a cabo la entrega del material escolar a los siguientes Colegios:

-Escuela Aye YaitTha (nº 7 del cuadrante) el día 23 de noviembre de 2012. Compuesta por 197 alumnos/as.

-Escuela Man Pyay (nº 8 del cuadrante) el día 26 de noviembre de 2012. La que hemos construido este año con tanta satisfacción para todos. Compuesta por 221 alumnos/as.

-Escuela Zabu Oak Shang (nº 6 del cuadrante) el día 28-11-2012. Compuesta por 603 alumnos/as, de los cuales unas 200 niñas son huérfanas, que van vestidas con el hábito color rosa.

-Escuela Shwezedi, Sittwe de Rakine State (nº 10 del cuadrante) compuesta por 614 alumnos, se le ha enviado todo el material a través de barco-barcaza, debido a la gran distancia que se encuentra de la capital Yangon y ser el medio de transporte más barato. En unos días nos enviarán las fotos de la entrega del material a sus niños. Como sabéis en este estado es donde desde junio se están produciendo disturbios en la población, y aunque existen problemas, nuestros Colaboradores locales lo tienen todo previsto para que todo se desarrolle perfectamente.

Como podéis ver, con el esfuerzo de todos y entre todos los que formamos Escolaridad Solidria ONG, los proyectos de ayuda a los niños salen adelante según lo previsto.

Esperamos que al ver la cara de estos niños y niñas y saber que estamos ofreciéndoles la posibilidad de que tengan un futuro mejor, os animéis a formar parte de esta ONG de ayuda en la educación infantil de niños muy necesitados, integrada solo por voluntarios.

Gracias a todos y espero que estas fotos que adjunto sean de vuestro agrado.

Escolaridad Solidaria ONG
Carlos Capilla Palmero








Visto en la web de Escolaridad Solidaria.

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60 soldados del ejército birmano muertos en una ofensiva en el Estado Kachin

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Al menos 60 soldados del Ejército de Birmania perdieron la vida el viernes durante una ofensiva de los militares contra puestos de las tropas rebeldes en el Estado Kachin, noreste de Birmania (Myanmar), indican hoy medios locales.

Miembros del Frente Democrático de Todos los Estudiantes, un grupo armado que lucha en el estado Kachin, indicaron al diario Irrawadi que al menos 60 miembros de las tropas gubernamentales murieron, un número indeterminado resultó herido y otros siete, capturados durante el ataque.

El pasado viernes, unos 400 efectivos del Ejército birmano apoyados por cinco helicópteros abrieron fuego contra las posiciones de los disidentes en la región de Lajayang, a unos 10 kilómetros de la ciudad de Laiza, cuartel general de Ejército de Independencia Kachin (KIA).

Oficiales de KIA también reclamaron haber dañado un helicóptero Mi-8 del Ejército durante la batalla, que tuvo una duración cercana a las 12 horas.

Fuentes de la disidencia indicaron que dos de sus soldados murieron durante el combate y otros tres resultaron heridos de gravedad.

La guerrilla kachin, formada por unos 8.000 combatientes, rompió en 2010 el alto el fuego firmado en 1994 con el Gobierno, al negarse a integrarse como un fuerza fronteriza bajo el mando del Ejército birmano.

El pasado junio, el Ejército gubernamental intensificó sus ataques a posiciones rebeldes y desde entonces los enfrentamientos han causado cerca de 100.000 desplazados que se refugian en los campos controlados por el KIA.


Miembros del brazo político del KIA, la Organización para la Independencia Kachin (KIO), y del Gobierno se han reunido en varias ocasiones con el objetivo de acercar posturas de paz, sin un resultado tangible.

Visto en Te interesa.

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