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[Personal] Nuevo parón en el blog

martes, 2 de abril de 2013

Buenos días a todos.

Como habéis podido comprobar en el último mes apenas he tenido tiempo de escribir nada en el blog. Apenas copiar alguna noticia, artículo y, sobre todo, acción de alguna de las ONG que conocemos.

En este mes han vuelto a estallar los conflictos étnicos en Birmania. Nuevamente los bamar budistas vuelven a cargar contra los rohingya musulmanes. Además, el conflicto con los kachin, cristianos, sigue latente.

Al parecer Aung San Suu Kyi y la Liga Nacional para la Democracia en el mejor de los casos no están haciendo gran cosa por evitar estos ataques (matanzas, genocidios); en el peor, hay miembros de la NLD que los amparan.

El resto del mundo simplemente obvia estas informaciones: a nadie le importa lo más mínimo.

Yo tengo que dejar el blog durante un tiempo; no sé cuánto, pero puede que sea bastante. Meses, en cualquier caso. Los estudios y el día a día vuelven a fagocitarme.

Si queréis seguir informados sobre Birmania (y Asia en general) podéis leer a Carlos Sardiña Galache, Laura Villadiego (y su blog El mundo desencajado), Zigor Aldama y David Jiménez (de El mundo).
También os recomiendo que leáis el blog de Tiburcio Samsa, Asia, Buda y rollitos de primavera, que escribe sobre todos los temas (religión, literatura, política, economía, etc.) artículos relacionados con Asia. Artículos laaaaargos e infumables, pero muy, muy interesantes (y divertidos).

Finalmente, y lo más importante: hay gente, españolitos de a pie, trabajando en Birmania y Tailandia, ayudando principalmente a los niños de Birmania. No os olvidéis de ellos:



LLegados a este punto solo me queda deciros una última cosa: si alguien quiere y puede seguir adelante con el blog, por favor, que contacte conmigo. La labor es tan sencilla como buscar información sobre Birmania y copiarla aquí; solo requiere de algo de manejo con la herramienta (blogger) y, sobre todo... mucho tiempo.

Un abrazo.
Hasta pronto.

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Los karen (y 6)

Admiro el numantinismo de la KNU, pero les acabó pasando factura. Desde la segunda mitad de la década de los noventa se multiplicó el número de karens que cruzaron la frontera para acogerse a los campos de refugiados en territorio thailandés. La autoridad de Bo Mya empezó a ser contestada y surgieron divisiones en la KNU. Paulatinamente el liderazgo fue pasando a Saw Thin Sein, al que se veía como un líder más hábil, diplomático y flexible que Bo Mya. El traspaso de poderes se oficializó en el 12º Congreso que la KNU celebró en enero de 2000, cuando se nombró a Saw Thin Sein Presidente de la KNU. Saw Thin Sein hizo de la colaboración entre todas las facciones karen su principal objetivo y señaló que sus prioridades estarían en lo político, no en lo militar. Tal vez fuera que cada vez le quedaban menos soldados que mandar.

A finales de 2003, la junta militar hizo una propuesta negociadora a la KNU por medio de Bo Mya. Eran los tiempos en los que Khin Nyunt fue Primer Ministro y en los que se especulaba con que quería liberalizar el régimen. Las negociaciones arrancaron bien. Parecía que el régimen tenía una voluntad real de llegar a un acuerdo en el que tal vez a cambio del alto el fuego concedería a la KNU una pequeña autonomía. Incluso el régimen estaba dispuesto a concertar un acuerdo temporal para que durante dos años la KNU viese como funcionaba, antes de llegar al definitivo. La KNU por su parte era consciente de que, dada la relación de fuerzas, a lo más que podía aspirar era a un estado federado dentro de una Birmania federal. Un punto importante de fricción eran los contactos que la KNU tenía con los grupos prodemocráticos en el exilio. El régimen se sentía más cómodo tratando con las insurgencias étnicas cuando lo único a dilucidar era la situación de las minorías, no el régimen político del país. Otra rémora en las negociaciones era la postura del sector más duro de la KNU. Algunos componentes de ese sector todavía recordaban las malas experiencias sufridas en otras negociaciones con los militares.

En octubre de 2004 Khin Nyunt fue defenestrado. En mayo de 2005 tuvo lugar un extraño incidente en el que en la muy controlada Rangún estallaron sendas bombas en dos supermercados y un centro de convenciones, matando a 19 personas e hiriendo a 162. El régimen se apresuró a culpar a las insurgencias étnicas, a Thailandia y a la CIA. No culparon a Lee Harvey Oswald porque en el último momento alguien les sopló que llevaba treinta años muerto, que si no...

Todo eso condujo al fracaso de unas negociaciones que tal vez fueran las que más cerca estuvieron de triunfar en más de 30 años. Tras el final de las negociaciones, la situación todavía se complicó más. La 7ª brigada de la KNU, que mandaba Htain Maung, realizó una aproximación a las autoridades birmanas, justo en el momento en el que las FFAA birmanas habían reiniciado la ofensiva militar contra la KNU. Acabaron alcanzando un acuerdo con la junta de Rangún a comienzos de 2007. En diciembre de 2006 murió Bo Mya. Aunque ya controlase poco del día a día, seguía siendo un símbolo y estaba cargado de autoridad moral. En febrero de 2008 el Secretario General de la KNU, Mahn Shar, fue asesinado, posiblemente por miembros del DKBA a instigación de la junta militar. En mayo de 2008 murió Saw Thin Sein por causas naturales. Estas muertes de los líderes de la vieja generación agravaron los problemas de la KNU, toda vez que con su carisma y estatura habían impedido que surgiesen líderes más jóvenes que renovasen el movimiento.

Y es entonces, cuando la situación aparecía más negra para la KNU, que Thein Sein llegó al poder y, dentro de las reformas que impulsa, hizo de las negociaciones con las minorías étnicas una prioridad. A finales de 2011 la KNU y el Gobierno birmano reiniciaron las negociaciones, que continúan en estos momentos. Por primera vez en más de cincuenta años parece que la paz para los karen es finalmente una posibilidad.

Anteriores artículos sobre los karen: IIIIIIIV y V.

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Los karen (5)

El 2 de mayo de 1962 el General Ne Win dio un golpe de estado e instauró una de las dictaduras más ominosas y largas que ha conocido Asia. En junio de 1963 propuso a los grupos insurgentes negociaciones de paz. Las negociaciones respondieron al espíritu de los nuevos tiempos. Más que diálogo, lo que Ne Win ofreció fue un trágala. Esencialmente lo que pidió a los grupos insurgentes fue que no salieran de su territorio ni llevasen a cabo ningún tipo de actividades en él y que colaborasen con el gobierno. A cambio les ofrecía un alto el fuego y una amnistía. Era inevitable que las negociaciones fracasasen. Ne Win, en una nueva muestra de la ignominia que era su rasgo de personalidad más destacado, violó las condiciones del alto el fuego y trató de capturar a los líderes insurgentes que habían acudido a Rangún de buena fe. Falló por un pelo. En noviembre los combates se reiniciaron.

Entre los karen las negociaciones sirvieron para ahondar la brecha que separaba al KNUP del Consejo Revolucionario Karen que presidía Tha Hmwe. Gracias a sus servicios de inteligencia, Ne Win supo de esas divisiones y cuando en la estación seca de 1964 se reanudaron las operaciones militares contra las insurgencias, evitó atacar al KRC.

Tha Hmwe acabó negociando un acuerdo con Ne Win por el que sus hombres podrían retener sus armas y permanecer pacíficamente en el distrito de Thaton que controlaban. El gobierno les proporcionaría alguna asistencia en forma de arroz y dinero. El acuerdo incluía algunas concesiones políticas importantes: a cambio de que renunciase a ejercer su derecho a la secesión, el régimen redenominaría al estado karen con su nombre nacionalista de Kawthoolei” y ampliaría su territorio para incorporarle los distritos de mayoría karen de Irrawaddy y Tenasserim; además los miembros del KRC recibirían responsabilidades de policía y administración en sus distritos y el KRC participaría en la redacción de la nueva constitución. El artero Ne Win nunca respetó la parte política del acuerdo. Dicen que apenas un año después del acuerdo y cuando ya estaba prácticamente prisionero en Rangún, Tha Hmwe lamentó profundamente su ingenuidad.

Si le quitamos la parte política, tenemos que el acuerdo es semejante al que la dictadura de Ne Win iría ofreciendo a las demás insurgencias. Básicamente consistía en que los grupos insurgentes aceptasen abandonar la lucha armada y que sus reivindicaciones políticas quedasen en el limbo a cambio de algo de ayuda, que acabarían quedándose sus dirigentes, y de un alto el fuego. No era una rendición incondicional, pero se le parecía. El efecto último de todos estos acuerdos fue debilitar a los grupos que los firmaban e introducir una fisura entre las élites, que podían obtener ciertos beneficios de ellos, y las masas, cuya suerte solía empeorar después de su firma.

Los sesenta marcan el inicio del declive militar de la KNU. La defección del KRC ya supuso un duro golpe, pero peor sería la adopción por el Ejército birmano de la estrategia de “los cuatro cortes. Los cuatro cortes aludían a que se privaría a los insurgentes de alimentos, fondos, inteligencia y reclutas. Los distritos se dividieron en tres categorías: gubernamentales, insurgentes y contestados. En las zonas que se quería limpiar de insurgentes se relocalizaba a los campesinos en poblados estratégicos con una guarnición militar y se les encuadraba en milicias populares, no tanto para promover sus capacidades de autodefensa como para tenerlos mejor controlados. Además se construían torres de vigilancia en puntos estratégicos y el área se patrullaba fuertemente. Todo campesino que se saliese de las zonas marcadas era hombre muerto. La nueva estrategia resultó devastadora.

Desde finales de los sesenta la influencia del KNUP y de los elementos izquierdistas empezó a declinar. Por un lado estaba la pérdida paulatina de territorio en el Delta, justo en la zona donde los simpatizantes marxistas eran más numerosos. Por otra, la salida del escenario de Tha Hmwe propició el ascenso en la KNU del carismático Bo Mya, cuyo objetivo era recentrar al movimiento en sus ideales nacionalistas originarios, olvidarse de las pamemas marxistas y, si posible, recuperar el apoyo de Occidente.

En 1966 Bo Mya logró expulsar a Mahn Ba Zan y Saw Ler Taw de la KNUP y se convirtió en el líder indiscutible del movimiento karen en la zona oriental. El ala militar de la KNU se convirtió en el Ejército de Liberación Nacional Karen (KNLA). En 1974 Bo Mya celebró un congreso de la KNU en el que quedaron consagrados los cambios que había venido impulsando y la ideología socialista se echó por el retrete. Al año siguiente, lo que quedaba del KNUP, cada vez más acogotado, se replegó al territorio de la KNU, en cuya organización quedó integrado.

A mediados de los setenta Bo Mya consiguió una cierta relevancia política. La creciente presión del régimen de Ne Win llevó a que varias insurgencias étnicas se coligasen con los karen; fueron los kachín, los chin, los rakhin y los mon. Entre todos formaron un Frente Democrático Nacional cuyo objetivo era el establecimiento de una Birmania federal. Al Frente se sumó incluso el ex-Primer Ministro U Nu, que estaba intentando crear una plataforma democrática de oposición a Ne Win. Además Thailandia descubrió las ventajas de tener al anticomunista Bo Mya cubriendo una parte de su frontera con Birmania, en el momento en el que se enfrentaba a la guerrilla del Partido Comunista Thailandés. Aunque sus bazas políticas eran importantes, no bastaron para contrapesar la creciente superioridad militar de un Ne Win determinado a aplastar las insurgencias étnicas una por una. Ne Win se vería además ayudado por la tradicional tendencia birmana al faccionalismo y a las pequeñas rencillas.

Durante los ochenta la KNU tuvo que sufrir la presión constante de la estrategia de “los cuatro cortes” que iba mellando lentamente el territorio bajo su control e iba acompañado de grandes devastaciones. Los karen lograron algunos éxitos defensivos notables, pero en líneas generales territorio que perdían ya no lo recuperaban. A medida que avanzaba la década, la presión se intensificaba. Otras insurgencias étnicas comenzaron a firmar altos el fuego con el gobierno, lo que le permitió concentrar más y más medios contra los irreductibles karen. Para empeorar las cosas, la insurgencia más poderosa de todas, la del Partido Comunista Birmano, colapsó en 1989 liberando miles de soldados para redirigirlos contra las insurgencias étnicas que persistían.

Es a partir de estos años cuando el pueblo karen sufrió más. Para el régimen de Ne Win todo medio era lícito con tal de exterminar a los insurgentes. No había cortapisas ni consideraciones de derechos humanos para luchar contra una minoría que era considerada casi como inhumana.

Para comienzos de los 90, la KNU estaba fatalmente debilitada. Militarmente, la balanza se inclinaba cada vez más del lado del gobierno. Políticamente estaba cada vez más aislado. Cada vez eran más las insurgencias étnicas que pactaban con el gobierno. Por otro lado, aplastado el Partido Comunista de Thailandia, la utilidad de la KNU para el gobierno thailandés había desaparecido. Peor todavía, los ejércitos y los servicios de inteligencia thailandeses y birmanos estaban empezando a estrechar lazos.

El colmo fue que en 1994 unos 500 combatientes de la 7ª brigada de la KNU se escindieron bajo el liderazgo del monje U Thuzana para formar el Ejército Democrático Karen Budista (DKBA). La excusa para la escisión fue la discriminación a la que estaban sometidos los budistas por el liderazgo mayoritariamente cristiano de la KNU. Siempre se ha sospechado que la junta militar estuvo detrás de esta escisión y es muy probable que así fuera, porque la DKBA comenzó inmediatamente a colaborar con el Ejército birmano en ataques contra la KNU y jugó un papel importante en la captura de la base del KNU en Manerplaw en 1995 al mostrar a las fuerzas birmanas dónde estaban los campos minados que protegían la base.

El DKBA afirma que su objetivo es el establecimiento de una región semiautónoma para los karen y la promoción del budismo. En la práctica se ha comportado con bastante oportunismo tratando de aprovechar las oportunidades económicas que le proporcionaba su alianza informal con el gobierno. La búsqueda de reformas políticas en Birmania no parece que sea una de sus prioridades.

A finales de 1994 la junta militar birmana propuso a la KNU negociaciones para establecer un alto el fuego. Entre 1995 y finales de 1996 tuvieron lugar cuatro rondas negociadoras. Un aspecto interesante en estas negociaciones es que los karen las abordaron desde el punto de vista de que la cuestión karen sólo era uno de los problemas que afligían al país y que su resolución definitiva debería producirse dentro de la transformación política que era necesaria acometer en Birmania. Este planteamiento realista posiblemente se debiera al cansancio de tantos años de guerra y a la constatación de que en el equilibro de fuerzas presente un Estado karen independiente era un sueño inalcanzable. Aunque los karen iniciaron las negociaciones con expectativas moderadas, a medida que avanzaban, sus expectativas fueron reduciéndose a mantener el diálogo vivo simplemente porque mientras hablaran no caerían bombas. Por parte de la junta militar todo se reducía a un trágala y a que los karen aceptasen la subyugación como el resto de las minorías étnicas.

Apenas hubieron fracasado las negociaciones, el Ejército birmano reanudó la ofensiva contra la KNU y capturó su bastión de Kawmoorah, forzando a la KNU a crear un cuartel general volante, ante su incapacidad de asegurar la defensa de sus posiciones. Para finales de los 90, la KNU había quedado limitada a llevar una guerra de guerrilla en la franja de territorio que aún controlaba precariamente junto a la frontera con Thailandia.

Lo que resulta sorprendente es que a pesar del acoso militar y de que sus posibilidades de victoria eran nulas, la KNU se cerró en banda a todas las intimaciones que la junta militar le hizo para que aceptase un alto el fuego/rendición incondicional como el resto de las insurgencias étnicas. Sí, ya sé que la paz que ofrecía la junta era más una subyugación que una paz verdadera, pero cuando estás acogotado y en las últimas, hasta la patada en los huevos de la junta militar puede parecer el menor de los males. Pues no, en febrero de 1997 aún tuvieron los bemoles de emitir una declaración pidiendo un alto el fuego a nivel nacional y el inicio de un diálogo político sustantivo, algo que la junta militar no estaba haciendo ni con la mayoría birmana a la que tenía sometida. La respuesta de la junta fue renovar los ataques contra la KNU.

Anteriores artículos sobre los karen: IIIIII y IV.

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Los karen (4)

Por motivos de seguridad Saw Ba U Gyi y Saw Sankey habían trasladado la sede de la KNU al suburbio de Insein al norte de Rangún, donde los karen eran numerosos, y llevaron a miembros del KNDO como elementos de protección. Las tensiones se convirtieron en lucha abierta el 31 de enero de 1949. Según qué fuentes se manejen, lo que ocurrió ese día fue que la KNU pasó abiertamente a la insurgencia o simplemente que el acoso y los asesinatos cometidos por los sitwundans se hicieron más intenso y la KNU tuvo que autodefenderse. Sin negar que los sitwundans y su jefe eran unos cabrones con pintas, me quedo más bien con la primera hipótesis: fue la KNU quien inició la insurgencia, confiada, entre otras cosas, en que el amotinamiento de los tres batallones karen de infantería reforzaría su posición.

Aunque tuviese más fuerzas y el tiempo jugase a su favor, U Nu no las tenía todas consigo: los tres batallones karen se habían rebelado y pronto les seguirían los dos batallones chin. Se sabía que un número indeterminado de soldados y oficiales simpatizaban con los comunistas que se acababan de lanzar al maquis.

En esos primeros días críticos de febrero, lo que decidió la situación militar fue la emboscada que sufrió el segundo batallón karen en el puente de Wetkaw mientras convergía sobre Rangún. Aunque la resistencia de los karen en Insein prosiguió, la posibilidad de poner militarmente contra las cuerdas a U Nu, pasó.

A comienzos de abril, presionado por varias embajadas, por la Iglesia Anglicana y por la hija de San C. Po, Saw Ba U Gyi se avino a negociar. Se alcanzó un acuerdo preliminar por el que el gobierno concedía la amnistía a los insurrectos y les permitía conservar las armas para la autodefensa. Varios líderes del KNU estimaron que, dada la situación de debilidad del gobierno, habían conseguido demasiado poco y echaron un órdago. Renegaron de lo acordado y pidieron que se les permitiera retener los territorios conquistados en el ínterim. El gobierno consideró que las nuevas demandas eran inaceptables y reinició los combates.

Finalmente en mayo, después de 112 días de lucha, los karen se vieron forzados a abandonar Insein. Aunque la propaganda karen a posteriori haya presentado la batalla como una victoria por la resistencia que fueron capaces de presentar durante 112 días, lo cierto es que fue una derrota militar en toda la línea. Nunca los karen volverían a representar una amenaza militar tan fuerte como en esos primeros meses de 1949. Y lo peor es que echaron por la borda su momento de mayor fortaleza, aquél en el que el Gobierno birmano hubiera estado más dispuesto a realizar concesiones.

Durante los meses que siguieron a la batalla de Insein las fuerzas gubernamentales fueron limpiando el Delta de bastiones karen. Una prueba de la debilidad de los karen es que se vieron obligados a recurrir a tácticas de guerrilla. Saw Ba U Gyi consideró que debía galvanizar los ánimos de sus seguidores y en julio de 1950 convocó un congreso de la KNU.

A pesar de los reveses de los últimos meses, Saw Ba U Gyi no se apeó de su maximalismo: el objetivo era conseguir un estado nacional karen. Para conseguirlo sólo contemplaba la guerra, una guerra que preveía larga y mortífera. Apuntaba sobre todo a una guerra de desgaste en la que el gobierno birmano se viese obligado a claudicar. Saw Ba U Gyi no entendía que el momento de debilidad en el que el gobierno hubiera podido claudicar ya había pasado y que, habiendo superado la crisis de la primera mitad de 1949, el tiempo y los acontecimientos jugaban a favor de Rangún. Durante el congreso Saw Ba U Gyi apuntó que tenía una baza política en la manga. Nunca sabremos a qué se refería, porque pocos días después murió en una emboscada que le tendió el ejército birmano. Le sustituyeron al frente de la KNU Mahn Ba Zan y Saw Ler Taw

Mahn Ba Zan y Saw Ler Taw dieron al movimiento karen una deriva marxista-leninista, adoptaron una estrategia política nueva a la que denominaron la Segunda Vía y en 1953 crearon el Partido Unido Nacional Karen (KNUP) como vanguardia de la revolución socialista karen. Como buenos socialistas, se dedicaron a la centralización del movimiento y consagraron lo mejor de sus esfuerzos a la reforma agraria. La marxistización del movimiento tenía su lógica en el contexto de la época. El marxismo-leninismo era la ideología en alza en todos los movimientos de liberación nacional. Además permitía establecer vínculos ideológicos con el entonces fuerte Partido Comunista Birmano y con sus patronos chinos.

Sin embargo, visto en conjunto, la marxistización del movimiento fue un error estratégico. Les alienó las simpatías del países como EEUU, el Reino Unido y Thailandia, cuyo apoyo en el escenario internacional habría sido clave. Peor todavía, la marxistización introdujo fisuras entre los propios karen.

En 1956 los karen celebraron un congreso durante el que se eligió el Consejo Revolucionario Karen (KRC), una suerte de gobierno, frente al que estaba el KNUP como él encargado de la ideología y del adoctrinamiento político. Al frente del KRC estaba Saw Hunter Tha Hmwe, que no veía con simpatía esa deriva. No era el único. Tampoco la vieron con simpatía muchos karen budistas, cuyos monjes se sintieron ofendidos por la antirreligiosidad del KNUP. Las fisuras tenían además una traducción geográfica: el KNUP era más fuerte entre los karen del Delta, mejor educados y más acomodados, que entre los del interior más rurales.

En estos años también hubo karen que intentaron defender su causa colaborando con el gobierno. KYO se convirtió en un partido político, la Liga de la Unión Karen (UKL). Otros dos partidos karen en funcionamiento esos días eran la Organización Unida Karen (UKO) y el Congreso Karen (KC). En 1951 la Constitución fue enmendada y se creó un estado Karen a partir del distrito Salween y varias zonas adyacentes. A cambio se suprimieron los escaños reservados en el Parlamento a los karen. En general cabe decir que las vidas de los karen que permanecieron en las áreas controladas por el gobierno fueron mejores que las de aquéllos que permanecieron en las áreas liberadas. Pudieron prosperar ya fuera en el mundo de los negocios o en la administración y sus relaciones con los birmanos no fueron malas en su conjunto.

A partir de 1962 con la instauración de la dictadura de Ne Win sus condiciones de vida empeoraron... igual que las del resto de los birmanos.

En 1959 el KNUP se alió con el Partido Comunista de Birmania y el Nuevo Partido del Estado Mon, de ideología similar, creando el Frente Unido Democrático Nacional. La KNU de Hunter Tha Hmwe no quiso seguir ese camino. La alianza inquietó lo suficientemente al gobierno birmano como para que quisiera entablar negociaciones con los karen. El gobierno hizo una serie de ofrecimientos: reintegración de los combatientes karen en el Ejército birmano; se permitiría a los karen conservar sus armas, aunque se haría una ceremonia simbólica en la que entregarían unas pocas... Las negociaciones encallaron en la cuestión del Estado karen y el derecho a la autodeterminación. La postura gubernamental fue que la Constitución ya preveía un estado karen y que si querían más derechos que fuesen por la vía legal. La oferta pareció demasiado poco a los karen y las negociaciones fracasaron.

A toro pasado podemos verlo como una oportunidad perdida. Los karen se encontraban en una posición de relativa fuerza, aunque no tanta como la que habían tenido en 1949. Birmania todavía no era una dictadura y sí que existía alguna posibilidad de explorar algún nuevo marco legal que fuera más satisfactorio para los karen. Pero parece que relatar la historia de los karen es relatar una sucesión de oportunidades perdidas.

Anteriores artículos sobre los karen: I, II y III.

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