La aplastante victoria electoral de Aung San Suu Kyi de la semana pasada demostró al mundo que Birmania sigue avanzando hacia una reforma democrática. Junto con otros importantes logros de libertad de prensa durante el año pasado (al menos 10 periodistas encarcelados fueron liberados, se levantaron algunas prohibiciones sobre temas tabú, y se otorgaron visas a importantes periodistas en el exilio para volver a su patria por primera vez en décadas) uno pensaría que la situación de la libertad de medios sería floreciente.
Pero, como los miembros de IFEX apuntan con prontitud, hay otras señales de que, en palabras del Committee to Protect Journalists (Comité por la Protección de los Periodistas, CPJ), "El compromiso del presidente Thein Sein con una mayor libertad de prensa sigue siendo más retórica que realidad".
Aquí hay cinco:
i. El proyecto de ley de medios no tiene un aspecto prometedor.
El Gobierno está redactando una nueva ley de medios que busca reemplazar el antiguo organismo de censura antes del final del año. Las autoridades gubernamentales coorganizaron dos notables conferencias en enero y marzo acerca de las reformas de los medios propuestas, a las que asistieron Mizzima News, ARTICLE 19 y otros miembros y socios de IFEX.
Pero los participantes salieron de la reunión con sentimientos ambivalentes acerca de las intenciones del Gobierno. CPJ expresó inquietud de que la nueva legislación de medios se limitará a emplear diferentes herramientas de supresión, "similares a las restricciones legales a la prensa en países vecinos como Malasia, Singapur y Vietnam".
¿Impedirá la ley las amenazas a los medios o permitirá a cualquiera publicar sobre temas delicados? El contenido real de los medios sigue estando abierto a la especulación: el texto completo no se ha dado a conocer al público. "El compromiso constructivo con estos textos de parte de diversos actores sólo puede reforzar el texto y, lo que es más importante, su legitimidad", sostuvo ARTICLE 19.
No es claro si el Parlamento, el cual está constituido en cerca de 85 por ciento por miembros del partido gobernante, simplemente aprobará el documento o si buscará una consulta más amplia. Hay que tener en mente también que las recientes victorias de Suu Kyi y su partido, la Liga Nacional para la Democracia (NLD), sólo le han ganado cerca 6 de por ciento de los escaños en el Parlamento.
ii. Las leyes que penalizan el disenso siguen en los códigos.
No ha habido una indicación de que el régimen busque derogar las diversas leyes represivas que hay en los códigos, muchas de las cuales se redactaron en los tiempos coloniales, dicen ARTICLE 19 y el CPJ.
Algunos de los infractores clave:
La Ley de Electrónica permite penas de cárcel para cualquiera que envíe información no autorizada vía Internet. Las autoridades han usado la ley con frecuencia para reprimir y encarcelar a periodistas, dice el CPJ.
El artículo 122 del Código Penal de Birmania de 1957 prohíbe cualquier crítica al Gobierno o al Estado.
La Ley de Registro de Impresores y Editores de 1962 crea el polémico brazo de censura del Gobierno, la División de Escrutinio y Registro de Prensa (PSRD), y la junta de censura de difusión, que aprueba todo el contenido de prensa, televisión, radio y cine antes de que se pueda publicar.
Además, hay enormes problemas con el sistema en general. Por ejemplo, el sistema judicial todavía no actúa en forma independiente ni protege el estado de derecho, y Birmania aún no ha ratificado el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que podría ofrecer más legitimidad internacional y nacional, dice ARTICLE 19.
iii. La censura impera.
Aunque es cierto que la censura previa a la publicación se ha relajado en los últimos meses (especialmente alrededor de noticias más vacuas de estilo de vida y espectáculos), un reciente informe de Apoyo a Medios Internacionales (IMS) encontró que la junta de censura de Birmania todavía ordena la eliminación de 20 a 25 por ciento de los artículos enviados por periódicos y revistas que cubren los asuntos de actualidad.
Según el CPJ, las inquietudes de censura fueron subrayadas irónicamente cuando la PSRD prohibió un comentario crítico sobre la conferencia de reforma de los medios escrito por el veterano periodista Ludu Sein Win. El artículo proscrito fue publicado más tarde por "The Irrawaddy", una revista y sitio web operados por exiliados.
iv. Las infracciones a la libertad de prensa cundieron alrededor de las elecciones.
Las elecciones especiales estuvieron sujetas a restricciones a los medios. Antes de las elecciones, la PSRD emitió una lista de "cosas que hacer y que no hacer para los medios que cubren las elecciones especiales", informa el International Press Institute (Instituto Internacional de Prensa, IPI), entre ellas la prohibición de tomar fotografías o celebrar entrevistas a menos de 500 metros de una casilla electoral.
La publicación "D-Wave" de la Liga Nacional por la Democracia recibió una advertencia por publicar una caricatura política que mostraba a la PSRD como una cadena que impedía que una nueva publicación llamada "Libertad de prensa" llegara a las nubes rotuladas con la leyenda "Cielo democrático". Los funcionarios la calificaron de ""severa, ofensiva y grosera", dijo Mizzima, y los redactores fueron obligados a firmar una promesa de cuidar sus palabras en el futuro.
La revista del Partido para el Desarrollo de Nacionalidades Rakhine (RNDP) fue reprendida por publicar el 29 de febrero un artículo titulado "De un gobierno con uniforme verde militar a una democracia con falda amarilla", que se burlaba de la reciente transición de un Gobierno militar a uno casi civil.
Incluso Suu Kyi se quejó de que unos funcionarios gubernamentales habían censurado un pasaje de uno de sus discursos de campaña antes de que fuera transmitido en los medios controlados por el Estado. El pasaje proscrito criticaba el abuso por parte de la anterior junta militar de las leyes para reprimir al pueblo, e infringía una lista de temas de campaña prohibidos preparada por la Comisión Electoral.
"La lista de nueve puntos de temas prohibidos silenció de hecho el debate crítico a lo largo de la ruta de campaña y en consecuencia amortiguó la cobertura noticiosa impactante antes del periodo electoral", afirmó el CPJ.
En una conferencia de prensa del 30 de marzo, Suu Kyi llegó a decir que las irregularidades fueron "más allá de lo aceptable para unas elecciones democráticas".
v. Birmania aún tiene prisioneros políticos.
En enero, Birmania liberó a más de 300 prisioneros políticos en una amnistía presidencial, entre ellos al notorio bloguero Nay Phone Latt y todos los periodistas encarcelados de la Democratic voice of Burma (Voz democrática de Birmania). El número de prisioneros políticos documentados antes de la liberación oscila entre 500 y 1,500, afirma ARTICLE 19.
Según Reporteros sin Fronteras (RSF), al menos cinco de los que siguen encerrados son periodistas y blogueros (Zaw Tun, Win Saing, Ne Min, Aung Htun y Kaung Myat Hlaing, a quien también se le conoce como Nat Soe).
"Por desgracia, sin una prensa libre ni libertad de palabra, no sabemos cuántos prisioneros políticos siguen languideciendo en las cárceles birmanas. Instamos a la comunidad internacional a recordar que sin libre expresión, Birmania nunca puede ser verdaderamente libre", dijo ARTICLE 19.
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