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U Win Tin liberado

miércoles, 24 de septiembre de 2008

La noticia saltaba ayer: los dictadores birmanos habían decidido excarcelar a 9.002 presos (ni uno más, ni uno menos), entre los que se encontraba U Win Tin. Hoy tenemos más datos.

Las primeras informaciones indicaban que entre los liberados no había ningún preso político, pero este punto pronto se desmintió pues, entre otros, se había liberado al periodista U Win Tin. La noticia ha tenido gran repercusión en la prensa mundial; no en vano Win Tin es uno de los periodistas más famosos de Birmania y llevaba encerrado 19 años.

Ha salido del centro de detención de Insein vestido con el traje de preso, tras conseguir que la Junta Militar decidiera su libertad anticipada antes de las elecciones, previstas para 2010.

En palabras de Reporteros sin Fronteras y la Burma Media Association , “Diecinueve años de cárcel por defender pacíficamente los valores democráticos es inaceptable. Su libertad representa un momento histórico que, esperamos, anticipe la libertad de otros periodistas y opositores. Esperamos que U Win Tin pueda continuar su combate pacífico por la libertad de prensa y la instauración de la democracia en Birmania”.

Justo después de su puesta en libertad, a las 16 horas, U Win Tin ha respondido en su domicilio a preguntas de los periodistas. Entre otras cosas ha dicho: “Voy a seguir haciendo política porque soy un político. Y no he firmado el documento 401 que me obligaría a abandonar este rol. A partir de ahora voy a seguir apoyando a Aung San Suu Kyi y a la Liga Nacional para la Democracia. Pronto cumpliré 80 años, pero no voy a pararme. Lo supe esta mañana, por un oficial, aunque no me lo creía. La última vez me hicieron la misma promesa, y luego no me pusieron en libertad. Por eso me he negado a quitarme el traje de preso”.

Este mismo día, el diario oficial New Light of Myanmar anunciaba que iban a salir en libertad 9.002 presos, para que puedan participar en las elecciones de 2010. Un puñado de presos políticos ha aprovechado la decisión, que se ha producido un año después de la sangrienta represión de las manifestaciones democráticas.

Al periodista U Win Tin primero le cayó una sentencia de tres años por "distribuir propaganda antigubernamental" el 4 de julio de 1989. Justo un año antes de que la Liga Nacional de la Democracia, dirigida por la Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, ganara unas elecciones que la junta militar que dirige Birmania con puño de hierro desde 1962 nunca reconoció.

Al término de esos tres años, la Junta decidió que pasaría otros diez más en la cárcel. Y en 1996, Win Tin se llevó otros siete años más, además algunas palizas cuando se descubrió que había filtrado información a Naciones Unidas.

Fue redactor jefe del diario Hanthawathi, Vicepresidente de la Asociación de Escritores de Birmania y mentor político de Aung San Suu Kyi. En el transcurso de sus veinte años de detención ha padecido malos tratos, sobre todo en 1997, cuando las autoridades descubrieron que había pasado información a Naciones Unidas. Pero su estatuto internacional le ha permitido estar en una celda especial y tener acceso a algunos cuidados médicos.

En 2001 fue galardonado con el premio Golden Pen of Freedom Prize (Premio de la Libertad Pluma de Oro) de la Asociación Mundial de Periódicos (WAN). Francia le concedió en 1998 el Premio de Derechos Humanos de la República Francesa.

A propósito de U Win Tin, Aung San Suu Kyi escribió: “Era natural que quienes creen en la libertad intelectual y la justicia fueran los primeros comprometido en el movimiento democrático de 1988. Desde el principio, U Win Tin tuvo un papel activo en la Unión de Escritores, que se creó en las primeras semanas del movimiento. Su innegable habilidad y su fuerza de convicción hicieron de U Win Tin un objeto privilegiado de quienes de oponen a la causa democrática”.

En Birmania sigue habiendo ocho periodistas encarcelados, entre ellos Zaw Thet Htwe por distribuir ayuda entre los supervivientes del ciclón "Nargis" sin autorización, actualmente juzgado en el interior de la cárcel de Insein. Además quedan otros 2.130 prisioneros políticos aún encerrados; aún queda mucho por hacer.

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