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Nyi Nyi Aung encerrado en Birmania

lunes, 22 de febrero de 2010

Wa Wa Kyaw, la prometida de Nyi Nyi Aung, el activista pro-democrático, estadounidense nacido birmano, que el pasado 10 de febrero fue condenado a 3 años de prisión, ha escrito una apasionada petición de ayuda al gobierno Estadounidense para que ayude a su pronta liberación.
Esta misiva ha sido publicada por The Wall Street Journal:
El pasado 10 de febrero un tribunal de la conocida prisión de Insein, en Birmania condenó a mi prometido, Nyi Nyi Aung, a tres años de trabajos forzados en prisión como castigo por su defensa de la democracia. La condena de un preso político en Birmania no es una sorpresa. Lo que es una sorpresa es la respuesta del Departamento de Estado de EE.UU..

Cuando obtuvimos la nacionalidad estadounidense, Nyi Nyi y yo hicimos el juramento de "apoyar y defender la Constitución y Leyes de los Estados Unidos de América contra todos sus enemigos, externos o internos." Y a pesar de eso para el gobierno de EE.UU. el Sr. Aung es tan solo uno de los otros 2.100 presos políticos que languidecen en las prisiones birmanas. Ha sido horriblemente torturado y repetidamente se le ha denegado el acceso tanto a los funcionarios del consulado estadounidense como a sus abogados.

Es más, tanto el Presidente, Barack Obama, como la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, aún guardan silencio. La única declaración del Departamento de Estado vino del Secretario Asistente, Philip Crowley, diciendo que esta encarcelación es "injustificada" y exigiendo su liberación.

El Sr. Aung fue arrestado por las autoridades birmanas en el aeropuerto de Rangún el 3 de septiembre de 2009. Viajaba a Birmania para visitar a su madre, quien padece cáncer. La junta la arrestó después de las protestas de 2007 por sus actividades pro-democráticas, y la deniegan el tratamiento médico. El Sr. Aung, también un activista democrático pacífico, fue acusado inicialmente de violar la Ley de Seguridad Nacional birmana porque se suponía que estaba "engendrando revueltas", sugiriendo que él estaba creando una nueva generación de activistas con intención de derrocar violentamente a la junta. La verdad es que él ha trabajado independientemente durante años como un activista no-violento apoyando numerosos grupos dentro y fuera de Birmania que se dedicaban a documentar y publicitar los abusos sobre los derechos humanos y defendiendo pacíficamente la reconciliación nacional entre la junta, la Liga Nacional para la Democracia, y los grupos étnicos.

La junta se percató pronto que ni la farsa de sus tribunales podría sostener semejante acusación, así que la obviaron y cambiaron añadiendo un montón de cargos menores contra Mr. Aung. Estos incluyen presuntos delitos como incorrecta renuncia de la nacionalidad birmana, algo que incluso funcionarios de la junta han admitido que nunca habían visto en más de 20 años de carrera, según un funcionario de la embajada estadounidense que pudo seguir el juicio. También se le ha acusado de importación ilegal de moneda, a pesar del hecho de que fue detenido incluso antes de haber podido declarar esa moneda en la frontera.

El Sr. Aung fue detenido durante 17 días sin que se permitiese al consulado entrevistarse con él. Durante la mayor parte de este tiempo la junta le negó comida y agua, forzaron vigilias denegándole el sueño y le golpearon repetidas veces. Después, durante 4 semanas entre diciembre y enero, la junta le mantuvo en confinamiento solitario en una celda, en la obscuridad, sin cama ni servicio, con perros ladrando a su alrededor. Mis abogados me dicen que estas son extraordinarias violaciones de las leyes birmanas e internacionales. Todo lo que yo sé es que no pudo creer que nadie sea tratado así, más aún un estadounidense.

Lamentablemente, esta no está siendo una experiencia nueva para Mr. Aung. Ya en 1988 siendo estudiante de instituto organizó y participó en las protestas pacíficas de grupos de estudiantes, por lo que entonces fue detenido y torturado por la junta militar. Separadamente huimos hasta los EE.UU. después de la violenta represión militar contra las manifestaciones estudiantiles en Birmania.

No podríamos estar más agradecidos a los EE.UU.. Al menos éramos ciudadanos de un país que apreciaba la democracia, la libertad y los derechos humanos — todo contra lo que lucha la junta birmana. Vivimos nuestro sueño americano; Mr. Aung se licenció en Ingeniería Informática en la Universiad de Purdue y trabajó en la oficina de patentes de EE.UU. Yo trabajé como enfermera en un hospicio. Allí nos enamoramos y comprometimos.

Pero durante los últimos cinco meses nuestro gobierno nos ha traicionado. Importantes miembros del Congreso, tanto Demócratas como Republicanos, han pedido repetidas veces a la Secretaria Clinton que contactase al Ministro de Exteriores birmano antes del veredicto, pero ella obvió estas peticiones. Es la misma administración que ha dejado pasar un año sin designar un embajador para la política birmana, a pesar de que así lo exige la ley.

Así pues me veo en la obligación de hablar en nombre de Mr. Aung, ya que él ha hablado tantas veces en nombre de otros. Presidente Obama, Secretaria Clinton: mi mensaje es simple. Ni sus palabras ni sus acciones muestran que se tomen en serio la condena a mi prometido. Les ruego que dejen de ignorara su situación apremiante, y que le ayuden para conseguir su liberación de esta injusta e ilegal encarcelación. Tal y como Nyi Nyi está a la altura del juramento que hizo de defender a EE.UU., por favor, estén ustedes a la altura de la promesa que EE.UU. hizo de defendernos.
La Sra. Kyaw es enfermera en un hospicio en Maryland.

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