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ONGs alertan de limitación de acceso a asistencia sanitaria en el Estado Rakhine (Birmania)

miércoles, 18 de julio de 2012

Los trabajadores humanitarios están preocupados por la limitación del acceso a la asistencia sanitaria en el estado de Rakhine (Rajine), en el norte de Birmania, más de un mes después de que la violencia comunal dejara más de 50.000 personas desplazadas, ha informado IRIN, la agencia de noticias para asuntos humanitarios de Naciones Unidas.

La jefa adjunta de Médicos sin Fronteras en Birmania, Victoria Hawkins, ha dicho que incluso antes de los recientes disturbios, había un acceso restringido a los servicios de salud en la zona. "Ahora la situación se torna desesperada", ha alertado.

"El mayor desafío que afrontamos en la actualidad es el acceso. La tensión y la inseguridad impiden que seamos capaces de llegar a muchas personas que necesitan atención médica urgente", ha señalado Hawkins. "Son muy importantes todos los esfuerzos para asegurar que las organizaciones médicas puedan reanudar sus actividades y así llegar a todos los necesitados", ha añadido.

Un informe de 2012 elaborado por el Proyecto Arakan, un grupo de apoyo que trabaja con los rohingyas --una minoría étnica, religiosa y lingüística que suma alrededor de 800.000 personas en Rajine--, señala que los indicadores de salud son atroces.

En el distrito administrativo de Maungdaw, sólo el 30 por ciento de la población puede beneficiarse de los servicios de salud públicos y hay tres médicos para una población de 430.000 individuos, mientras que el municipio de Buthidaung tiene dos médicos por cada 280.000 personas, de acuerdo con IRIN. Casi la mitad de los habitantes de la zona no tiene acceso al agua potable.

Además, la temporada de lluvias, que se extiende desde mediados de mayo hasta finales de octubre, trae enfermedades estacionales, sobre todo a los desplazados más vulnerables. 

De acuerdo con la información más reciente de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), equipos médicos móviles de las Fuerzas Armadas, el Ministerio de Salud, la Asociación Médica de Birmania y el Fondo de Población de la ONU están proporcionando los servicios básicos de salud a la desplazados.

Las causas frecuentes de mortalidad en Rajine, según un informe de 2010 del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, incluyen malaria, diarrea, infecciones respiratorias y de la piel, parásitos intestinales y cólera, mientras que la tasa de mortalidad materna, que es de 380 por cada 100.000 nacidos vivos, es significativamente mayor que los 240 registrados en el resto del país.

LOS AFECTADOS
El Gobierno calcula que el número de personas desplazadas dentro del país es de unas 52.000, que viven en más de 60 lugares, pero los organismos internacionales estiman que el número real de personas afectadas es de 100.000. Los desplazados son, en su mayoría, rohingyas que desde hace mucho tiempo están perseguidos en el país. Bajo la ley birmana, los rohingyas son apátridas y se les considera inmigrantes ilegales bengalíes.

El pasado 8 de junio estalló una ola de violencia en Rajine a raíz de la violación y asesinato de una joven budista a finales de mayo, presuntamente a manos de tres musulmanes rohingyas. El 3 de junio, un ataque contra un autobús dejó diez musulmanes muertos, y las acciones de venganza que siguieron tuvieron como saldo decenas de fallecidos y miles de hogares quemados. El 10 de junio se declaró el estado de emergencia, que se mantiene vigente.

De particular preocupación son las personas que viven con VIH y tuberculosis. Thiha Kyaing, presidenta de la Asociación de Phoenix, una ONG local que ayuda a pacientes con VIH en colaboración con MSF, ha alertado de que la interrupción del acceso a las medicinas puede resultar en casos resistentes a los medicamentos y poner en peligro sus vidas y la salud en la zona.

Según el Grupo Birmania Positivo (MPG), una red de apoyo VIH, 669 pacientes (320 en Sittwe y 349 en las áreas de Buthidaung y Maungdaw) están en una lista de personas que necesitan medicamentos antirretrovirales de las clínicas administradas por MSF. Éstas se vieron obligadas a cerrar debido a preocupaciones de seguridad, lo que altera el sistema de administración de fármacos. La Asociación de Phoenix en Sittwe y MPG han estado tratando de establecer contacto con las personas de la lista, pero no han podido ubicarlas a todas.

Visto en Europa Press.

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