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El antes y el después de la guardería Chicken School

viernes, 6 de julio de 2012

Nuestra historia con esta guardería es como la de un amor a primera vista. Tang, una de las primeras personas que conocimos al llegar a Mae Sot, nos explicó el caso de un profesor birmano que por cuenta propia mantenía una guardería con 55 niños y niñas en Mae Kulum, una comunidad a unos 15 minutos de Mae Sot. Nos comentó que la situación de dicha guardería y sus pequeños era muy precaria. Hasta que no la vimos con nuestros propios ojos no fuimos conscientes del estado en que se encontraba. 

Los alumnos jugaban, estudiaban, comían y dormían en un mismo espacio: una cabaña de madera con una estructura muy básica, donde se respiraban todo tipo de olores mezclados con un calor infernal. Sin embargo, la imagen de la deteriorada cabaña contrastaba con la alegría y la complicidad que transmitían y te contagiaban esos niños y niñas... esto fue lo que nos hizo más firmes en la idea de ayudarles.

Cuando conocimos a sus familias y sus viviendas, descubrimos la situación de pobreza en la que viven y nos dimos cuenta de que los niños recibían su primera comida por la noche, cuando sus padres regresaban de trabajar. La mayoría de los padres trabajan en el campo y reciben un sueldo de 2€ al día al terminar su jornada de trabajo. Con este dinero van a la tienda a comprar lo que consumirá la familia ese mismo día: un puñado de arroz, un huevo, unas verduras y 3 cucharadas de aceite. Después de ver que Colabora Birmania empezaba a tener socios que apostaban por nuestra labor y empezábamos a recaudar dinero, alquilamos una casa más grande, contratamos a dos profesoras más y a una cocinera, dividimos a los niños en grupos por edades para impartir clases y comenzamos a darles el almuerzo cada día en la guardería

Cada lunes vamos al mercado a comprarles la comida que necesitan para toda la semana: 15kg de arroz, verduras, carne, pescado, fruta, huevos y leche. No sabríamos decir quién tiene más ganas de que llegue el lunes, si ellos que esperan deseosos ante la puerta de la guardería a que aparezcamos, ¡o nosotros de ver lo contentos y felices que se ponen al vernos llegar!

A día de hoy, son ya 85 los alumnos matriculados en la guardería. En poco más de dos años, estos pequeños han mejorado notablemente su calidad de vida. Además del almuerzo, les ofrecemos el desayuno cada mañana, cuentan con unas instalaciones adecuadas, duermen la siesta con esterillas y cojines, se lavan las manos y los dientes... han adoptado unos hábitos que para ellos era impensable de adaptar en su día a día.

!Os dejamos este vídeo que resume este antes y después. Seguro que coincidiréis con nosotros cuando os decimos que fue un amor a primera vista! :)


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