La grave crisis humanitaria que padece un millón de desplazados tras más de seis décadas de conflicto entre la minoría étnica de los karen y el Ejército de Birmania (Myanmar) es retratada en el documental "Breaking the Silence" ("Rompiendo el silencio"), presentado hoy en Bangkok.
El periodista canadiense Pierre Mignault, director de la cinta, y su esposa, Helene Magny, penetraron el año pasado en las selvas del suroeste de Birmania durante una semana y vivieron varios meses en la frontera de Tailandia para documentar uno de los conflictos más longevos y olvidados por la comunidad internacional.
"Nos adentramos en la jungla birmana con un grupo de rebeldes karen y de médicos voluntarios, cuya misión era prestar ayuda humanitaria a las víctimas de la represión ejercida por el Ejército", explicó Mignault, tras la proyección en el Club de Corresponsales Extranjeros.
Además de la malaria, el grupo estuvo expuesto a las minas antipersona durante su viaje al interior de las zonas en conflicto.
Los soldados birmanos siempre han recurrido a los trabajos forzados, la quema de poblados, la tortura y la violación para someter a las minorías étnicas, pero en 2009 intensificaron la violencia en un intento de acabar con la resistencia armada al régimen militar antes de las elecciones parlamentarias que convocarán este año, las primeras en dos décadas.
"Las víctimas son los campesinos, quienes tienen que estar continuamente huyendo, con sus enseres e hijos a cuestas, por lugares intransitables llenos de minas antipersona", dijo Mignault.
"Por los testimonios que escuchamos en la selva, no hay duda de que el Gobierno está cometiendo un genocidio contra los karen, pero también descubrimos su determinación por luchar por preservar su libertad y por la democracia", agregó el canadiense.
Se trata de la primera vez que se proyecta la versión en inglés de la cinta, si bien la francesa fue presentada en el Festival Internacional de Documentales de Montreal a finales de 2009.
A lo largo de 72 minutos, se muestra la labor de grupos de resistencia y humanitarios que trabajan en la frontera birmano-tailandesa, así como la precaria supervivencia de los desplazados en la selva o de los cientos de miles de refugiados e inmigrantes ilegales huidos a Tailandia.
"Rompiendo el silencio" incluye las masivas manifestaciones a favor de la democracia ocurridas en 1988 y en 2007 en Birmania.
Al menos 3.000 personas murieron en 1988 cuando el Ejército abrió fuego contra los manifestantes, el número de víctimas mortales en 2007, la llamada "revolución azafrán", porque estaba liderada por monjes budistas, fue bastante más bajo.
Imágenes cedidas por el grupo humanitario Free Burma Rangers, que realizan incursiones en Birmania para llevar ayuda médica y material, describen con crudeza las consecuencias de las minas antipersona y los poblados incinerados por los soldados.
"Los soldados mataron a golpes a mi marido y yo tenía que realizar trabajos forzados para el Ejército, nuestra vida era un infierno allí y decidí emigrar a Tailandia junto con mis tres hijos", relata en el documental una inmigrante ilegal birmana, que sobrevive de escarbar basura en la ciudad fronteriza de Mae Sot.
"Estoy muy deprimida, pero odio Birmania y cualquier cosa es mejor que volver allí", añade.
En declaraciones a Efe, Mignault sostuvo que los grupos opositores birmanos en el exilio y en el país "no son muy optimistas" con los comicios anunciados.
"Los campesinos karen en el interior del país ni siquiera saben que hay elecciones, están demasiado ocupados en ir de un lugar a otro para huir del Ejército", manifestó el periodista.
Denunció que el Ejército cuenta con más de 500.000 efectivos, más que las fuerzas armadas de su vecino rico, Tailandia, lo que únicamente se justifica en la "represión de su propio pueblo".
"Los dos poblados karen que grabamos en el interior de Birmania ya han sido reducidos a cenizas por los soldados", apostilló Mignault.
Birmania está bajo un régimen militar desde 1962.
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