Myanmar // Birmania // Burma

Pages

Educación y represión en la ex Birmania

jueves, 14 de enero de 2010

La realidad educativa de un país bajo un gobierno autoritario

Contra las versiones oficiales de la Junta militar, la situación actual de la educación en Myanmar refleja una manipulación del sistema educativo y represión estudiantil.

La realidad educativa de la actual Myanmar sólo puede descubrirse yendo más allá de los informes "oficiales" presentados por el gobierno autoritario, ya que su sitio web oficial presenta únicamente políticas educativas "doradas".

En él se menciona una "tierra de oro con oportunidades de oro", donde se provee a los ciudadanos de fundaciones para un aprendizaje de por vida, en busca de un desarrollo de recursos humanos de excelencia.

Panorama educativo desde la oposición
En contrapartida, la oposición presenta un panorama educativo que dista mucho del de una "tierra dorada". Básicamente, los estudiantes birmanos han sido sistemáticamente privados de su derecho a la educación por la Junta militar que rige el país.

Según los movimientos estudiantiles, dicha Junta ha respondido con el cierre de todas las instituciones educativas en cada ocasión en que se ha enfrentado con demandas legítimas por una educación de calidad y derechos estudiantiles.

Entre las vías de control utilizadas por la Junta, se destaca la cruda represión no sólo hacia lo estudiantes, sino también hacia sus padres y docentes, produciendo una violación sistemática de los derechos estudiantiles desde los comienzos del régimen.

El hecho de que los padres de estudiantes sean forzados a firmar un documento garantizando que sus hijos no se adherirán a ninguna organización política o estudiantil es una rutina. La educación ha sido utilizada, desde entonces, como un instrumento para sus propios propósitos: permanecer en el poder a cualquier costo.

El cierre de las universidades
En estas condiciones -en que por ejemplo entre 1988 y 1998 las universidades permanecieron cerradas por siete de diez años-, miles de jóvenes birmanos han visto frustradas las esperanzas de mejorar su calidad de vida, al no poder completar sus estudios.

Además, el hecho de que la existencia de instituciones educativas independientes no esté permitida hace imposible estudiar fuera del sistema vigente. Únicamente los ricos y poderosos poseen acceso a una educación de calidad, mayormente en universidades extranjeras.

Control sobre la población estudiantil
Por otra parte, no sólo las uniones estudiantiles y cualquier tipo de actividad estudiantil han sido prohibidas, sino que otras agrupaciones, como organizaciones culturales y artísticas, asociaciones étnicas, religiosas y de todo tipo han sido abolidas.

La represión llega al extremo de que cualquier paper, artículo o discusión incluyendo críticas constructivas al sistema educativo actual no sólo sea prohibido sino que sus autores sean víctimas de severas condenas.

Es evidente que el nivel de control efectuado por el régimen sobre la población estudiantil requiere un gran despliegue de fuerzas humanas y recursos. Sorprendentemente, la política de separación y aislamiento de los estudiantes para que no puedan contactarse entre sí ha llegado al extremo de la construcción de vallas de acero alrededor de la Universidad de Rangún, como así también de grandes puertas de control de acceso en éste y otros campus, y la separación de estudiantes por disciplinas en diferentes áreas incomunicadas entre sí.

Incluso se recurre a la infiltración de informantes para la milicia, ya sean hijos de autoridades militares a cambio de puestos prominentes entre los cuerpos estudiantiles, o estudiantes pobres a cambio de dinero.

Manipulación del sistema educativo
El régimen autoritario se vale de la manipulación del sistema educativo para su perpetuación. Como afirma Joan-Eugeni Sánchez, éste tiene como función desarrollar institucionalmente la sociabilización ética y moral de todos los individuos para conseguir su conformación social a las normas, valores y patrones de comportamiento de que se dota toda sociedad. En los primeros niveles educativos se trata de conseguir la conformación social, a través del aprendizaje y la adhesión a un conjunto de normas y valores que permitan reproducir y perpetuar la estructura social.

Cuando no se consigue la conformación social, debe recurrirse a otro tipo de mecanismos que garanticen la perpetuación del modelo social. Es entonces cuando se aplican el conjunto de mecanismos de sumisión por la fuerza de que cada sociedad se dota, usando la violencia corporal, psíquica o social, como coacción.

Mientras consolida su monopolio del sistema educativo, obligando por ejemplo a los alumnos a estudiar exclusivamente determinadas materias, o a los docentes a implementar los mecanismos que les son impuestos, a controlar a los estudiantes y a dar información de sus movimientos, el régimen consolida un sistema que le permitirá perpetuarse mediante un estándar educativo creado por la Junta militar de acuerdo a sus intereses de obediencia del pueblo birmano.

Reclamos del movimiento estudiantil
Ante esta situación el movimiento estudiantil busca:
  • La eliminación de un sistema de educación que promueve el monismo político.
  • El reconocimiento legal de las uniones y asociaciones independientes estudiantiles que serán fundamentales para promover el pluralismo político y la sociedad civil.
  • En cuanto a derechos humanos solicitan la reapertura inmediata e incondicional de todas las escuelas y universidades, la liberación de Min Ko Naing, presidente de la ABFSU (Unión Federal de Todos los Estudiantes Birmanos) y de los demás estudiantes prisioneros, y el reconocimiento oficial de todas las uniones de estudiantes independientes.

Perspectivas actuales
La ABFSU brinda una lista de estudiantes muertos en prisión, expulsados y/o detenidos bajo el régimen militar a partir de que las universidades fueron reabiertas en 1991. Sin embargo esta apertura fue breve, ya que los campus fueron cerrados de nuevo luego de celebraciones en la Universidad de Rangún por el otorgamiento del Premio Nóbel de la Paz a Aung San Suu Kyi.

Lamentablemente las perspectivas no son favorables, ya que en el año 2007 dicho listado constaba de aproximadamente 900-1000 estudiantes expulsados y más de 3000 sentenciados a prisión, sin mencionar a quienes se asesinó, arrestó o expulsó durante las luchas democráticas de fines de los '80, ni a aquellos que luego de 1991 fueron arrestados, interrogados y liberados durante protestas estudiantiles o actividades políticas.

La realidad es aún más gris; tampoco incluyen a estudiantes que debieron abandonar las instituciones por la presión de autoridades locales o inteligencia militar a firmar documentos en los que acordaran no involucrarse en el movimiento estudiantil.

Así, las esperanzas de mejoras a corto plazo resultan difíciles de sostener.

Visto en Suite101.

Si te ha interesado este artículo, compártelo.


votar

0 comentarios:

Publicar un comentario