La líder birmana Aung San Suu Kyi ha dicho que no ve ninguna razón para que los países occidentales levanten las sanciones contra el Gobierno militar que dirige el país. Suu Kyi ha asegurado que apoya las sanciones pero que cree que debe haber conversaciones para modificarlas desde un punto de vista más flexible.
"Levantar o no levantar las sanciones es algo que tiene que ser decidido después de las conversaciones", ha señalado Suu Kyi. "En este momento, no veo ninguna razón por la que haya que levantarlas", ha agregado.
Birmania, liderada por los militares desde el golpe de Estado de 1962, celebró sus primeras elecciones en las últimas dos décadas el año pasado, tras lo que las autoridades liberaron a Suu Kyi, que se encontraba bajo arresto domiciliario. Pese a ello, los militares no han disminuido su control sobre el país.
La Liga Nacional para la Democracia (NLD), liderada por Suu Kyi, ganó las anteriores elecciones de 1990 pero no se le permitió gobernar y fue disuelta oficialmente por negarse a participar en las elecciones del pasado noviembre. El voto, como era esperado, respaldó masivamente al partido favorable al Ejército.
La NLD, que ha apoyado desde hace año las sanciones para presionar a los militares, recalcó el martes que la liberación de los aproximadamente 2.100 prisioneros políticos que hay en el país es un "requisito fundamental" para el fin de las medidas internacionales.
Pese a las sanciones, China, Tailandia, India y Singapur son actualmente grandes inversores en Birmania. Las compañías chinas inyectaron 8.000 millones de dólares (5.905 millones de euros) al país durante el año pasado, la mayoría en proyectos energéticos.
Visto en Europa press.
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