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13 años en casa

viernes, 24 de octubre de 2008

Artículo traducido de BurmaNet News

El día de hoy [23 de octubre de 2008] marca el 13 aniversario del arresto de Aung San Suu Kyi, la única Premio Nobel [de la Paz] que vive prisionera y líder de la democracia Birmana.

Luchadora incansable en su búsqueda de la libertada para su pueblo, el injusto arresto de La Dama [como cariñosamente la conocen los birmanos] es un poderoso recuerdo de un breve momento de libertad conseguido por el pueblo birmano y el sueño que aún queda incompleto.

Aunque algunos gobiernos encuentran conveniente el tratar los síntomas de la malversación de este régimen -los terribles desafíos humanitarios que encara su pueblo- la verdadera causa de estos problemas es el no obligar a rendir cuentas a sus dictadores militares quienes gobiernan con puño de hierro.

El reciente compromiso de Birmania con la comunidad internacional tras la estela del ciclon Nargis, es otra cortina de humo habilidosamente tejida por el régimen diseñada para posponer cualquier significativa discusión sobre reformas políticas.

No obstante, la liberación de Suu Kyi y del resto de presos políticos de Birmania es la única forma en la que se puede medir la seriedad de las reformas políticas.

Suu Kyi
guió a la Liga Nacional para la Democracia [NLD] hacia una abrumadora victoria en 1990. La NLD y sus aliados consiguieron el 82% del total de votos en las que han sido las últimas elecciones libres y limpias en Birmania. Los militares, en el poder desde el golpe de estado de 1962, se negaron a reconocer los resultados y anularon el parlamento.

La Coalición Nacional de Gobierno de la Unión de Birmania se compone de aquellos que fueron elegidos oficialmente y a los que nunca se les permitió tomar asiento, lo cuales están en el exilio.

Suu Kyi ha permanecido en arresto domiciliario de forma intermitente durante la mayoría de los últimos 19 años, incluso antes de aquellas elecciones [de 1990]. Desde 2003 ha permanecido de forma ininterrumpida, tras un mitín en Depayin donde, en un intento de acabar con su vida, los matones del régimen asesinaros a más de 70 activistas por la democracia. Suu Kyi salió con heridas menores.

La liberación de Suu Kyi se ha pedido desde fuentes tan diversas como la primera dama de Estados Unidos, Laura Bush, el financiero y filántropo George Soros, varios premios Nobel de la Paz como Desmond Tutu o Lech Walesa y personajes como Bono o Jim Carrey.

En mayo del año pasado [2007] 59 ex-presidentes y primeros ministros, incluyendo a Margaret Tatcher, Bill Clinton, Vaclav Havel, George Bush padre y Benazir Bhutto, firmaron un manifiesto pidiendo su libertad. Todos indicaron que la democracia en Birmania permanecerá como un sueño lejano hasta que Suu Kyi, junto con los otros 2.000 presos políticos del país, sea liberada y que se abra un diálogo tripartido que incluya a todos: NLD, grupos étnicos y la Junta militar.

Esto ha vuelto a ser confirmado en un reciente informe de el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, quien hizo notar su frustración con la falta de voluntad de la junta para establecer conversaciones con Suu Kyi.

"Ha llegado el momento", dijo, "de que los militares y la NLD encuentren caminos para hablar entre ellos y trabajar juntos en el interés de la nación".

El hecho de que una de las más valientes y duraderas sirvientes de los derechos humanos y la justicia de nuestra generación, aún permanezca bajo arresto deja en muy mal lugar eso que se conoce como la comunidad global.

Que todos los esfuerzos puestos en campañas para su liberación hayan fracasado es una victoria de la opresión y un fallo del sistema político internacional.

Sin embargo, la realidad del régimen birmano expone una debilidad intrínseca en su administración. Esto lo puso de relieve Suu Kyi en su famoso discurso "Freedom from Fear" [Libres del miedo], pronunciado en su ausencia en Estrasburgo en 1991, cuando fue galardonada por el Parlamento Europeo con el Premio Sajarov.

En su discurso, Suu Kyi dijo que "en un sistema que deniega la existencia de los derechos humanos básicos, el miedo tiende a estar a la orden del día... una aún más insidiosa forma de miedo es aquella que se enmascara como sentido común o incluso sabiduría."

Dijo que "el miedo no es el estado natural de un hombre civilizado." En Birmania, la dictadura va contra natura.

Por todo esto, en nombre de toda una generación, pedimos la inmediata liberación de Suu Kyi y sus compañeros presos políticos. Urgimos a la comunidad internacional, y en particular a Ban Ki-moon y el Consejo de Seguridad de la ONU, que acabe con una de los más antiguos, corrosivos y regímenes de nuestra era y apoyar el inicio del fin de décadas de opresión en Birmania.

De este modo, pedimos la restauración de la democracia en Birmania y la vuelta de Birmania a su estado natural, de paz, tolerancia y sociedad próspera, para que florezca de nuevo.

Debe quedar claro que nada de esto ocurrirá en tanto que Suu Kyi y sus colegas permanezcan en prisión.

Firman Sein Win, como Primer Ministro de la Coalición Nacional de Gobierno de la Unión de Birmania, y Jared Genser como Presidente de Freedom Now [Libertad ya] y abogado de Aung San Suu Kyi.

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