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La 'no fiesta' de cumpleaños de Aung San Suu Kyi

domingo, 20 de junio de 2010

El budismo reza que nada permanece eternamente. Algo que Aung San Suu Kyi traslada a su particular infierno. La líder opositora birmana, en arresto domiciliario durante 15 de los últimos 21 años de su vida, dice que la Junta Militar que gobierna su país no podrá permanecer en el poder para siempre.

Pero la vida pasa, y esta mujer va cumpliendo años. Encerrada en su casa.

Ni la lluvia ni la humedad empañarán la llama de las velas que miles de personas encenderán hoy en las pagodas de Birmania. En estricto silencio, los birmanos celebrarán secretamente el 65 cumpleaños de Aung San Suu Kyi.

"Nadie puede celebrar su cumpleaños oficialmente", nos cuenta Kyaw Min Swe, periodista birmano, desde su oficina en Rangún. "Sólo su partido [Liga Nacional para la Democracia, NDL, por sus siglas en inglés] puede hacerlo, pero ha sido destruido automáticamente desde que le negaron poder participar en las próximas elecciones. Así que quizás ni sus compañeros de partido puedan celebrarlo este año".

Aunque ellos esperan poder hacerlo. La dirigente del NLD May Hnin Kyi ha cocinado pollo al curry con arroz para los 500 invitados que espera acudan a la 'fiesta' que ha preparado en su casa. "Comer, charlar y reir. Es nuestra forma de señalar su cumpleaños" cuenta Nyan Win, su consejero y portavoz del extinto partido, a 'The Independent'.

¿Y ella? Es una paradoja: pese a la soledad que la rodea jamás está sola. Perdió a su marido (Michael Aris, británico) en 1999 y sus dos hijos viven en Reino Unido sin posibilidad de lograr un visado para visitar a su madre. Sin familia, con amigos 'prohibidos' por el régimen, la compañía de Suu Kyi son los militares que la custodian.

Mejor volvamos al budismo. Al budismo de Aung San Suu Kyi: "Ser libre es ser capaz de hacer lo que crees que es lo correcto. En ese sentido, me siento muy libre, incluso bajo arresto. Porque fue mi decisión. Me puedo ir en cualquier momento, sólo tengo que decir: 'Dejo la política'. Pero me involucré en el movimiento por la democracia, fue mi opción. Así que me siento totalmente libre".

Será desde esa libertad interior que la mujer convertida en símbolo celebrará su 'no fiesta' de cumpleaños. Acaso contemplando el lago Inya y meditando, como le gusta, desde la serenidad.

Visto en El mundo.

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