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El proceso politico birmano o cuidar de la democracia

jueves, 5 de noviembre de 2009

Hasta las elecciones del 2010, no debemos olvidar que Birmania sigue estando bajo una dictadura brutal y totalitaria. Aunque hoy veamos a nuestra amada Suu Kyi caminando libre, sabemos que el gobierno de la Junta Militar no garantiza, hoy por hoy, que las elecciones serán libres, justas y con una constitución consensuada.

Birmania se enfrenta con un triple gran desafio: político, humanitario y civil, el peor desde que Suu Kyi ganó legítimamente las elecciones [nota: 1990]. La Junta está encontrado cada vez más manos tendidas pero también más presión por los países de la zona. La población civil birmana en Birmania y en sus fronteras, principalmente Tailandia, India y Bangladesh conocen muy bien lo que significan los cambios políticos de la Junta.

Es fundamental trabajar en equipo por solventar la crisis humanitaria, pactar muy bien qué proceso de transición es posible hacer en Birmania y con qué garantías. ¿Qué hará el ejército cuando la Junta Militar no este?. ¿Cómo harán frente al gran desafió económico?. ¿Qué sinergía tendrán con India, China y ASEAN?. Estas son algunas de las cuestiones que planteo para reflexionar.

El pronóstico de Birmania no es independiente del de sus presos políticos; ayer moría Win Aung con 65 años en la terrible prisión de Insein. Esta muerte que está rodeada también por un continuo flujo de detenciones de opositores. Solo en octubre han caído 50 ( periodistas, estudiantes, activistas). Todavía hay 2.168 presos políticos que podrían constituir los líderes birmanos de transición hacia la democracia, pero a los que se les prohíbe ejercer sus derechos políticos y se les trata como delincuentes.

¿Qué futuro tendrán las minorías étnicas que huyen de la persecución de la Junta? Chins, Karens, Rohingyas, Shans, acosados en las fronteras de Tailandia, India, Bangladesh o China. Para inspirarnos en algunas cifras: 100.000 cristianos chin que han huido hacia la india, más de 6.000 rohynghas tirados al mar en los famosos barcos de la muerte, miles de desplazados en la frontera de Bangladesh y China. Examinemos la enorme y variada complejidad relacionar que existe entre el concepto de un estado totalitario frente a un gobierno comunitario. ¿Cómo se puede negociar paradigmas tan diversos?. Además ¿reconoce la Junta Militar la autoridad política de las minorías y su control de las fronteras?

Hay que trabajar mucho, casi no tendremos tiempo ni para dormir en este proximo año que se avecina. Estos patrones de relación a explorar son un desafió tremendo: cómo devolver el poder a las nacionalidades étnicas, qué hacer con los militares que han ocupado los territorios de las etnias, cómo se puede coexistir (en los diferentes modelos de cooperación, reconciliación y entendimiento) durante este proceso.

Para comprender toda esta amalgama política tan compleja tendríamos que emplear un poco más de tiempo, en hacer llegar a la opinión publica el concepto de "paradigma emergente en un entorno político incierto y totalitario". Hacer comprender a los dirigentes mundiales que el empoderamiento de la sociedad civil birmana y un trabajo con las empresas (legales e ilegales) que operan en Birmania, líderes tradicionales étnicos, autoridades religiosas, refugiados en la diáspora, comunidades emergentes, partidos políticos y otras organizaciones... Todos estos actores tienen un papel en este proceso, son recursos para la resolución -creo en ella profundamente- y por ello hay proveer protección y garantías de orden moral universal, y no confundir las hojas con la raíz.

Las líneas de resolución del conflicto birmano y su proceso hacia la democracia, están trazadas. Estamos trabajando, solo hay que ver la perspectiva, reconocer la complejidad política, no actuar de manera simplista y trabajar por la paz de todos: cuidar de la democracia.

Artículo de Concha Pinós publicado en Birmania por la paz.

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