La líder pro democracia Aung San Suu Kyi llamó el domingo a la libertad de expresión en Myanmar, un país gobernado por militares, e instó a miles de sus seguidores a defender sus derechos, señalando que podría pedir a Occidente que levante las sanciones contra la ex Birmania.
El primer gran discurso de Suu Kyi desde que fue liberada el sábado tras siete años de arresto domiciliario dejó pocas dudas de que la premio Nobel de la Paz asumirá un rol influyente en la política de uno de los países más aislados y opresivos del mundo.
"La base de la libertad democrática es la libertad de expresión", manifestó ante los aplausos de cientos de sus seguidores en una calle acordonada frente a las oficina de su partido. "Incluso si no eres un ser político, la política vendrá a tí", agregó.
La activista de 65 años, quien no ha perdido la capacidad para convocar y fascinar a multitudes, ofreció una rama de olivo a la junta militar, señalando que no tenía resentimientos hacia aquellos que la mantuvieron detenida por 15 de los últimos 21 años.
Consultada por un periodista sobre el mensaje que guardaba para el líder supremo de Myanmar, el general Than Shwe, ella respondió: "Reunámonos y hablemos".
El discurso, ofrecido en un estilo informal en contraste con las serias alocuciones del Ejército que dominan la prensa estatal, ilustró la fortaleza de la voz pro democracia de Suu Kyi en momentos clave, una semana después de unas elecciones generales ampliamente condenadas por mantener el poder de los militares tras la fachada de un Gobierno civil.
"Uno tiene que defender lo que es correcto", dijo Suu Kyi, exhortando a sus partidarios a ser más enérgicos en la ex colonia británica conocida antiguamente como Birmania, donde el Ejército controla casi cada faceta de la vida.
POSTURA SOBRE SANCIONES
Más tarde, hablando con periodistas, se negó a comentar directamente sobre si instará a Occidente a levantar las sanciones que según muchos perjudican a la población al permitir que la junta militar monopolice la economía de la nación rica en recursos.
"Si la gente realmente quiere que las sanciones sean levantadas, yo tomaré esto en cuenta", dijo. "En este momento Birmania necesita ayuda. Le estamos pidiendo a todos que nos ayuden. Naciones de Occidente. Naciones de Oriente. A todo el mundo (...) Todo comienza con el diálogo", declaró.
Diplomáticos esperan que Suu Kyi trabaje con Occidente para poner fin a las sanciones que ella misma apoyó alguna vez, pero que ahora son vistas por muchos como una forma de contribuir a problemas económicos crónicos en el país de 50 millones de personas, donde un tercio de la población vive en la pobreza.
Suu Kyi hizo declaraciones en las oficinas de su partido Liga Nacional por la Democracia (NLD, por su sigla en inglés), parada sobre una silla, luego de saludar a un mar de partidarios, con su cabello adornado con flores al estilo birmano y vestida con ropas tradicionales.
Sus comentarios sobre la libertad de expresión resonaron en un país donde cada canción, libro, tira cómica o pieza de arte requiere de la aprobación de censores que eliminan los mensajes políticos y críticas contra el sistema autoritario de Myanmar.
Visto en Terra.
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