Más de 29 millones de electores están llamados a votar hoy en los comicios en Myanmar, nombre oficial de la antigua Birmania. Dicha cita con las urnas es la primera en veinte años en esta paupérrima nación del Sureste Asiático, pero en realidad se trata de una farsa electoral.
En el poder desde 1990, cuando anuló la aplastante victoria de la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, la Junta militar que controla con puño de hierro el país se ha reservado el 25 por ciento de los 1.163 escaños del Parlamento y su «hombre fuerte», el general Than Shwe, será investido presidente a sus 77 años sin presentarse siquiera como candidato.
Reforzadas por el miedo y la represión que imperan desde el golpe de Estado de 1962, esto es lo que tienen las «democracias orgánicas»: son tan previsibles que se conocen los resultados antes incluso de que abran los colegios electorales. Aunque 37 partidos concurren a los comicios, 24 son pequeñas formaciones étnicas y sólo cuatro aspiran a pintar algo en el Parlamento. A pesar del odio de los birmanos a la Junta, arrasará el oficialista Partido de la Solidaridad y el Desarrollo de la Unión, que dirige el primer ministro Thein Sein y presenta candidatos para todos los escaños.
Trabas a la oposición
También se espera un buen resultado del Partido de Unidad Nacional, otra fuerza alineada con el poder y heredera de la «vía birmana al socialismo» del general Ne Win, quien en 1962 instauró una calamitosa dictadura militar que hundió al que era uno de los países más prósperos de Asia hasta su independencia de los británicos en 1948.
Para minar su papel, la Junta ha impuesto numerosas trabas a la oposición, cuya cabecilla, la «mártir de la democracia» Aung San Suu Kyi, sigue confinada en su casa hasta el próximo día 13, cuando en teoría concluye la prórroga de su arresto domiciliario. Con su partido, la Liga Nacional para la Democracia, disuelto y boicoteando las elecciones, algunos miembros escindidos han constituido la Fuerza Democrática Nacional, que lideran Khin Maung Swe y Than Nyei y presenta 163 candidatos.
El Partido Demócrata y el de la etnia Shan también podrían plantar cierta cara al régimen, que no sólo ha prohibido la participación de los disidentes políticos y vetado a los 400.000 monjes budistas, sino que ha impuesto una inscripción de 500.000 kyat (350 euros) por candidato para impedir que la oposición concurra a la mayoría de las circunscripciones. Y es que dicha cuota es una auténtica fortuna en Birmania, donde el 70 por ciento de sus 57 millones de habitantes malviven en el campo con menos de dos euros al día.
Balcanización étnica
Con 135 tribus y ocho grandes etnias que se dividen el territorio, Birmania es un avispero más enrevesado que Los Balcanes. Los Bamar (birmanos) son el grupo hegemónico, pero las minorías suman un 40 por ciento de la población. Algunas etnias, como los Shan (9%), Kayin (7%), Wa (4,5%), Mon (2%) y Kachin (1,5%), mantienen desde hace décadas guerrillas financiadas por el narcotráfico del «Triángulo Dorado» y han erigido auténticos Estados independientes que permanecen al margen de la Junta y sufren el brutal asedio del Ejército birmano.
Como el régimen ha vetado las elecciones en 3.400 pueblos de zonas étnicas, seis de estos grupos armados han sellado una alianza temiendo que los soldados lancen una ofensiva. El fantasma de una guerra civil se cierne sobre Birmania, cuya Junta militar se mantiene en el poder expoliando sus abundantes y valiosos recursos naturales, como gas natural, petróleo, minerales, madera de teca, jade y piedras preciosas.
A cambio de contratos multimillonarios para construir puertos, oleoductos y refinerías, China, la India, Tailandia, Singapur y Corea del Sur mantienen al régimen de los generales pese al embargo de EE.UU. y la U.E. Con esta farsa electoral, una de las dictaduras más largas de Asia intenta lavarse la cara, pero sigue imponiendo el miedo y manteniendo entre rejas a 2.000 presos políticos.
Excelente artículo visto en ABC.
Tan solo se ha olvidado de mencionar a las empresas europeas, estadounidenses y rusas (no solo chinas e indias) que negocian con los dictadores birmanos. Pequeño detalle...
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