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País fantasma [y tercera parte]

viernes, 8 de agosto de 2008

El primer día en Mandalay fue bastante poco productivo, el principal objetivo era recuperar las horas de sueño y sanar los moretones producidos por el viaje en bus de la noche anterior. Empecé a analizar en mi cabeza (parece que el shaking del bus le hizo bien a mis neuronas) que era poco factible que sobreviviera (moral, espiritual y físicamente) dos semanas completas en Myanmar. Al día siguiente hicimos un lindo paseo por los alrededores de Mandalay a ver templos antiguos y modernos. Fue muy bonito pero 100% agotador. El paseo fue en un autillo que también traqueteaba su poco, la parte que no fue en auto fue en carreta (más saltos) y además está el factor adicional de la dosis de dura realidad que implica hacer estos paseos... ver a los birmanos.
La pobreza que hay en este país da rabia, uno ve que las ciudades en algún momento fueron grandes y bonitas (hay bonitas ruinas de edificios y las calles, cuando hubo, eran anchas y ordenadas). Es verdaderamente un país fantasma... se nota que en algún momento hubo vida y color, pero no ahora. Este año ha sido especialmente duro para los birmanos, entre las marchas de los monjes el año pasado y el tifón que hubo en el sur este año, el turismo se ha disminuido a su mínima potencia. Normalmente hay 5000 turistas en Mandalay, ahora había 40, por lo tanto era bastante fácil sentir la desesperación que tenían al ver a algún farang (occidental) y tratar de vendernos algo... lo que no hace el paseo más fácil para nosotros. Los birmanos son una gente increíble, son demasiado amables y cooperadores con los turistas (uno llega a creer que tienen una intención oculta), y tienen una fuerza y ganas de surgir tremendas: en las zonas turísticas aparecen muchos jóvenes y también adultos que quieren practicar su inglés.
En fin, pueden ver que ya he escrito como una plana sobre solo 4 días de estancia en Myanmar. Así de intenso y agotador es el país... todo es difícil! Por lo tanto después de mi segundo día en Mandalay concluí que era mejor despedirse de Myanmar por el momento. Recordando sabios dichos populares tales como "soldado que arranca sirve para otra guerra" y "huir no es cobardía", fui ayer a la agencia a analizar mis opciones. Resultado, hoy les escribo desde Bangkok (no se iban a imaginar que iba a opinar tan libremente desde un computador birmano!) y esta noche me marcho a las paradisíacas islas del sur. A un merecido descanso.
No crean que irme fue tan fácil. Tome un avión de Mandalay a Yangón ayer en la tarde y hoy en la mañana un avión de Yangón a Bangkok. Tuve la experiencia de conocer el elefante blanco más grande del mundo: el aeropuerto de Mandalay. Grande y siniestro,
Imagínense Pudahuel vacío y con la luz cortada (y vacío, sin gente, sin carteles, etc. etc... solo el "inmueble"). Era así de grande!!!! Además el horario del avión era absolutamente incierto... Algunos tenían en su pasaje que salía a las 18 y otros a las 20... Para colmo en la pantalla que funcionaba del aeropuerto salía el vuelo en los dos horarios... plop! Al final salimos como a las 7:30 pm, bastante más tarde de lo que tenía presupuestado pero en fin... salimos! Dormí en un hotel en Yangón y en la mañana volví al aeropuerto a tomar el avión de rescate.

Tristemente he abandonado a mi partner en Myanmar... recen porque este bien, porque pueda algún día leer este mail (y no ser arrestado por sus contenidos), y también que salga sano, salvo y a tiempo (en el avión que tiene programado) de Myanmar para seguir viajando (si todavía le queda espíritu de aventura).

Saludos a todos

Lili

PD: me falto contarles (si, todavía hay más anécdotas) que acá a los milicos (y por ende al gobierno) les dicen los tigres. Y ellos hacen mucho énfasis en que no hay que alimentar a los tigres porque muerden la mano del que les de comer. Por eso, los birmanos tienen toda una conspiración para evitar que los turistas paguen las entradas oficiales a los sitios... solo una pequeña complicación más!
Tercera y última parte de "País fantasma", de "No direction home";
Gracias Lilí.

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