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Entrevista a Aung San Suu Kyi

domingo, 9 de enero de 2011

Después de años de arresto por el gobierno militar de Myanmar, la Premio Nobel habla de las sanciones, el karma y el futuro.

Usted pasó mucho de su tiempo en el arresto domiciliario escuchando radio. ¿Qué le gusta escuchar?
Escuchar programas políticos era un deber, un trabajo. Pero disfruto los programas culturales. Escucho mucho el BBC World Service, pero por alguna razón no parecen tener muchos programas musicales actualmente. Tal vez los transmitían en los momentos en que escuchaba la BBC en birmano y Radio Free Asia. Escucho al menos seis horas por día. Hubo muchas noticias horribles todo el tiempo. Parece haber demasiada violencia y desastres naturales por todo el mundo, no sólo aquí en Myanmar. Inundaciones, terremotos, ciclones...

¿Qué sintió al oír la noticia del levantamiento de los monjes [contra la junta birmana] en 2007?
Supe desde el principio que no iba a terminar bien, así que me entristecí mucho. Pero me parece que creó un cambio en las mentes de muchas personas, y eso es lo importante. Hubo mucha gente a la que no le importaba la política pero a quien conmocionó tan profundamente cómo se trató a los monjes que empezó a ver que no se puede ignorar lo que pasa en el país.

La critican por asumir una postura "terca" sobre las sanciones contra el régimen militar de Myanmar.
Algunas personas usan las sanciones económicas como una excusa para el desorden económico del país. Pero la mayoría de los economistas piensa que el principal problema es la política que impuso el régimen actual. Un cambio en la política del Gobierno traería un cambio en la situación económica. Y eso es lo que dicen organizaciones como el FMI, igual que los economistas.

¿Por qué no han cambiado?
Porque a algunas personas parece irles bien con ella. Quienes son cercanos a la gente en el poder no están especialmente interesados en el cambio.

¿Cómo puede evitar su partido que haya un vacío de liderazgo cuando la generación más vieja se marche?
Hay mucha gente joven dentro del país que es activa, alerta y está ansiosa por aprender. Tal vez no sepan tanto como sus contemporáneos en el extranjero, pero están aprendiendo. Tenemos que trabajar para evitar que algunos de los que están mejor educados salgan del país. No hay un vacío, sólo menos de los que nos gustaría tener.

¿Qué obstáculos enfrentan quienes eligen quedarse?
¡Demasiados! No creo que aquí pueda enumerarlos todos. Me pregunto si no podríamos encontrar una palabra más fuerte que "obstáculo".

Hay varias figuras políticas femeninas que parecen haber heredado de sus padres un deseo de trabajar por su país. ¿Esto le sucedió a usted?
Siempre vi a mi padre [el líder de la independencia birmana Aung San] como mi líder, además de como mi padre. Creo en él porque estudié su vida, su obra y su pensamiento político.

¿Piensa que éste fue su destino?
No creo en el destino de esa manera. Los birmanos gustan de hablar del karma. Sigo recordando a la gente que karma significa "hacer". Lo que siembras es lo que cosechas. Así, creas tu propio karma al hacer; tu karma son tus hechos. No creo en el destino como azar o fatalismo.

Conserva el sentido del humor a pesar de las penurias que ha presenciado.
¡Así lo espero!

Entrevista de Danielle Bernstein vista en Newsweek Argentina, traducido del original en Newsweek.

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