Vamos a resumir las noticias que hemos leído sobre el ciclón Nargis y sus catastróficas consecuencias.
El Nargis [en] ha sido un ciclón tropical de categoría 4 sobre 5 según la escala SSHS. La última vez que un ciclón asoló la zona fue en 2006, cuando el Mala [en] causó 22 muertos.
Las primeras noticias aparecieron el 29 de abril, si bien el ciclón se empezó a desarrollar el 27 en la Bahía de Bengala. Para el 29 de abril su fuerza descendió un poco, y el 1 de mayo tenía velocidades sostenidas de 90 km/h, velocidades punta de 115 km/h, por lo que se le consideraba un ciclón de categoría SSHS 1; los daños no serían tan graves:
Olas de entre 1.2 y 1.5 metros por encima de lo normal; ningún daño en estructuras edificadas; daños en casa móviles, árboles y arbustos; algún daño en señales de tráfico; riesgo de pequeñas inundaciones debido a las fuertes lluvias.
Aún no estaba clara la dirección que tomaría, si se dirigiría a Bangladesh o a Birmania.
El ciclón no parecía peligroso; algunos incluso fantaseaban con la idea de que el ciclón fuese contra Nay Pyi Taw, la nueva capital.
Finalmente el 2 de mayo la dirección del ciclón se vio clara hacia Birmania y ya alcanzó vientos de hasta 165 km/h en los extremos y de hasta 215 en el ojo.
A primera hora del día 3 de mayo ya se empezaban a ver las consecuencias. Pronto se anunció que fallaba la electricidad en Rangún, la antigua capital. Los primeros informes hablaban únicamente de daños materiales: coches destrozados, árboles caídos, señales arrancadas. Posteriores informes ya alertaban de casas hundidas y algunos muertos. A media tarde ya se informaba sin reparos: Rangún ha sido devastado.
El domingo 4 ya se contaban cientos de muertos y las regiones afectadas habían sido declaradas como zona catastrófica. Las cifras de variaban entre 240 y 350 muertos. En toda la zona estaba cortado el suministro de luz, agua, teléfono y, por supuesto, internet. La gente reclamaba la presencia de los militares: ¿dónde están esos soldados uniformados que tan rápidamente acuden a sofocar cualquier protesta pacífica?
El lunes 5 ya se hacía evidente la verdadera dimensión de la catástrofe. Empiezan a aparecer cuerpos en las calles. Las cifras de muertos y desaparecidos se disparan llegando a los 10.000 muertos y 15.000 desaparecidos. 100.000 personas han perdido todo lo que tenían.
Incluso la Junta dictatorial pidió ayuda a la ONU. Pero a pesar de todo han decidido seguir adelante con el proceso constitucional que debe concluir el próximo sábado 10 con la aprobación de su constitución: lo primero es lo primero; aunque no todo el mundo tenga las mismas prioridades. Hay quien se pregunta si el desencanto por esta actitud supondrá un nuevo levantamiento de la población.
A pesar de que el ejército se ha movilizado y empiezan a ayudar, son los monjes los que encabezan las tareas de desescombro y reconstrucción. Se producen motines en las prisiones, como en la de Insein.
Actualización de última hora:
Las últimas informaciones hablan ya de 15.000, 20.000 e incluso 50.000 muertos y un millón de personas que han perdido sus casas.
La Junta ha accedido a posponer el referéndum en los sitios arrasados hasta el 24 de mayo.
El Nargis [en] ha sido un ciclón tropical de categoría 4 sobre 5 según la escala SSHS. La última vez que un ciclón asoló la zona fue en 2006, cuando el Mala [en] causó 22 muertos.
Las primeras noticias aparecieron el 29 de abril, si bien el ciclón se empezó a desarrollar el 27 en la Bahía de Bengala. Para el 29 de abril su fuerza descendió un poco, y el 1 de mayo tenía velocidades sostenidas de 90 km/h, velocidades punta de 115 km/h, por lo que se le consideraba un ciclón de categoría SSHS 1; los daños no serían tan graves:
Olas de entre 1.2 y 1.5 metros por encima de lo normal; ningún daño en estructuras edificadas; daños en casa móviles, árboles y arbustos; algún daño en señales de tráfico; riesgo de pequeñas inundaciones debido a las fuertes lluvias.
Aún no estaba clara la dirección que tomaría, si se dirigiría a Bangladesh o a Birmania.
El ciclón no parecía peligroso; algunos incluso fantaseaban con la idea de que el ciclón fuese contra Nay Pyi Taw, la nueva capital.
Finalmente el 2 de mayo la dirección del ciclón se vio clara hacia Birmania y ya alcanzó vientos de hasta 165 km/h en los extremos y de hasta 215 en el ojo.
A primera hora del día 3 de mayo ya se empezaban a ver las consecuencias. Pronto se anunció que fallaba la electricidad en Rangún, la antigua capital. Los primeros informes hablaban únicamente de daños materiales: coches destrozados, árboles caídos, señales arrancadas. Posteriores informes ya alertaban de casas hundidas y algunos muertos. A media tarde ya se informaba sin reparos: Rangún ha sido devastado.
El domingo 4 ya se contaban cientos de muertos y las regiones afectadas habían sido declaradas como zona catastrófica. Las cifras de variaban entre 240 y 350 muertos. En toda la zona estaba cortado el suministro de luz, agua, teléfono y, por supuesto, internet. La gente reclamaba la presencia de los militares: ¿dónde están esos soldados uniformados que tan rápidamente acuden a sofocar cualquier protesta pacífica?
El lunes 5 ya se hacía evidente la verdadera dimensión de la catástrofe. Empiezan a aparecer cuerpos en las calles. Las cifras de muertos y desaparecidos se disparan llegando a los 10.000 muertos y 15.000 desaparecidos. 100.000 personas han perdido todo lo que tenían.
Toca empezar a cubrir las primeras necesidades: agua y mantas. El precio de los alimentos, ya de por sí alto por las últimas subidas, se multiplicó, en particular el de los alimentos básicos.
Empieza a llegar la primera ayuda: India envía barcos con productos de primeros auxilios. También EEUU, tras conseguir el permiso de la Junta, envía ayuda humanitaria.Incluso la Junta dictatorial pidió ayuda a la ONU. Pero a pesar de todo han decidido seguir adelante con el proceso constitucional que debe concluir el próximo sábado 10 con la aprobación de su constitución: lo primero es lo primero; aunque no todo el mundo tenga las mismas prioridades. Hay quien se pregunta si el desencanto por esta actitud supondrá un nuevo levantamiento de la población.
A pesar de que el ejército se ha movilizado y empiezan a ayudar, son los monjes los que encabezan las tareas de desescombro y reconstrucción. Se producen motines en las prisiones, como en la de Insein.
Actualización de última hora:
Las últimas informaciones hablan ya de 15.000, 20.000 e incluso 50.000 muertos y un millón de personas que han perdido sus casas.
La Junta ha accedido a posponer el referéndum en los sitios arrasados hasta el 24 de mayo.
0 comentarios:
Publicar un comentario