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La ex líder Suu Kyi es trasladada de prisión a arresto domiciliario mientras la crisis humanitaria se agrava en Birmania

jueves, 18 de abril de 2024

Un portavoz militar explicó que su traslado se debía a que el Gobierno quería prevenir "golpes de calor en presos de edad avanzada" debido al "clima extremadamente caluroso" en la prisión.

Aung San Suu Kyi, ex líder de Myanmar, trasladada a arresto domiciliario.FRANCK ROBICHON | POOL | EFE
Aung San Suu Kyi, ex líder de Myanmar,
trasladada a arresto domiciliario.
FRANCK ROBICHON | POOL | EFE

Aung San Suu Kyi (78 años) pasó 15 años bajo arresto domiciliario durante la anterior dictadura militar (1962-2011) en Birmania. Tras el golpe de Estado de febrero de 2021, la que era líder de facto del país asiático volvió a la oscuridad del presidio del hogar antes de ser sentenciada a condenas de prisión que sumaban un total de 27 años. La Premio Nobel de la Paz fue enviada entonces a la cárcel de Naypyidaw, la capital birmana. Este miércoles, la Junta militar golpista ha anunciado que Suu Kyi regresaría a régimen de arresto domiciliario.

Un portavoz militar explicó que el traslado de Suu Kyi se debía a que el Gobierno quería prevenir "golpes de calor en presos de edad avanzada" debido al "clima extremadamente caluroso" que hay dentro de la prisión.

Junto a la ex líder que logró devolver a su país a un sistema muy parecido al de una democracia, pero que toleró la represión contra la minoría rohingya por parte de los mismos militares que la habían encerrado en el pasado, también ha pasado a arresto domiciliario el presidente derrocado, Win Myint, de 72 años.

Se desconoce el lugar concreto donde han sido trasladados. Ambos llevan detenidos desde el golpe militar que sumió a Birmania en una devastadora guerra civil. Según los activistas birmanos que forman la Asociación de Asistencia a Presos Políticos de Birmania (AAPP), ya son más de 20.350 las personas que han sido arrestadas en los últimos tres años por el ejército.

"Si nuestros dos líderes sufren algún daño, los generales de la Junta asumirán la responsabilidad directa y tendrán que rendir cuentas ante el pueblo de Birmania", ha asegurado el doctor Sasa, el rostro más visible del Gobierno de Unidad Nacional (NUG), el Ejecutivo en el exilio, del que ejerce como ministro de Cooperación Internacional.

La ONU denunciaba en un informe reciente que más de 2,8 millones de personas han sido desplazadas en Birmania como consecuencia de los combates entre el ejército -acusado de abusos generalizados, incluidos ataques aéreos contra civiles e incendios de aldeas- y los grupos rebeldes, mientras que más de 18 millones de personas necesitan urgentemente asistencia humanitaria.

La actual ofensiva rebelde, bautizada como "Operación 1027" -comenzó el pasado 27 de octubre-, liderada por grupos étnicos bien armados, continúa desplazando a los militares de varias ciudades y puestos de avanzada que controlaban en el norte del país. Estos grupos, unidos bajo la bandera de la Alianza de las Tres Hermandades, están recuperando importantes cruces fronterizos que representan hasta un 40% del comercio terrestre con países vecinos como China e India.

Pero los conflictos están dejando al pueblo birmano en una situación cada vez es más pobre y vulnerable. Birmania ha pasado de ser uno de los mercados emergentes más prometedores de Asia (después de décadas de aislamiento, comenzó a abrirse en 2011 a la inversión extranjera, llegando a ser en 2016 la economía de más rápido crecimiento en el mundo, según el FMI) a estar al borde de una gran hambruna. Los investigadores de Naciones Unidas aseguran que casi la mitad de la población vive por debajo del umbral nacional de pobreza.

Desde UNICEF también han difundido un informe esta semana sobre cómo el ejército birmano está inundando de minas terrestres "casi todos los estados y regiones" del país, a excepción de la capital.

"El número de personas muertas como resultado de minas terrestres y artefactos explosivos se triplicó el año pasado, y los niños representan el 20% de las víctimas", aseguran. "Birmania ya se encuentra entre los países más contaminados del mundo con minas terrestres y artefactos explosivos a pesar de ser uno de los signatarios de la convención de la ONU que prohíbe las minas antipersona".

Reportaje de Lucas de la Cal para El mundo.

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El Ejército de Myanmar arrastra al país asiático a una guerra civil

domingo, 4 de abril de 2021

Nota de los editores de BirmaniaLibre.com: Como es sabido, el pasado 1 de febrero se produjo el enésimo Golpe de Estado en Birmania. Más de 500 civiles han sido asesinados por los golpistas desde entonces.
Lamentablemente, nuestra situación personal nos impide publicar artículos en el blog. Apenas sí sacamos algo de tiempo para poder leer y retuitear noticias en nuestro Twitter.

Por favor, si queréis seguir bien informados sobre lo que está pasando en Birmania, seguid la cuenta de Twitter de Carlos Sardiña Galache, a nuestro entender, el periodista de habla hispana más y mejor informado sobre el laberinto birmano, y autor del artículo que publicamos a continuación.

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Documental: Vivir sin país (Living without a country)

jueves, 10 de diciembre de 2020

La productora Pauxa Films está preparando un documental sobre el exilio Rohingya en Birmania. Para ello están realizando un crowdfunding (micromecenazgo) en la plataforma Goteo.org. Aquí os dejamos la presentación que han hecho:

ALBERTO MARTOS / LIVING WITHOUT A COUNTRY from PAUXA FILMS on Vimeo.

TRAILER | VIVIR SIN PAÍS, EL EXILIO ROHINGYA from PAUXA FILMS on Vimeo.

 Visto en Goteo.org

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La caída del mito Aung San Suu Kyi

sábado, 2 de noviembre de 2019

Galardonada con el premio Nobel de la Paz en 1991 y comparada a mitos de la no violencia como Gandhi o Mandela, Aung San Suu Kyi fue durante años la musa de la democracia a ojos de la comunidad internacional. No obstante, la ONU acusa a la "Dama de Rangún” de complicidad por su pasividad frente a la limpieza étnica perpetrada por el ejército birmano contra la minoría musulmana de los rohinyás

Un documental de investigación de Karen Stokkendal Poulsen.

Realización : Karen Stokkendal Poulsen
Productor(a) : Bullitt Film y Little Big Story
País : Francia y Dinamarca
Año : 2018

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Confirman la pena de 7 años de cárcel para dos periodistas que desvelaron una masacre rohingya

viernes, 11 de enero de 2019

Uno de los periodistas encarcelados,
Wa Lone, durante el juicio,
en septiembre de 2018
El Tribunal Superior de Rangún desestimó hoy el recurso de apelación presentado por los periodistas birmanos Wa Lone y Kyaw Soe Oo de la agencia Reuters contra la pena de siete años de prisión que cumplen.

"No hay evidencias suficientes para liberar a los culpables", señaló el magistrado que lleva el caso al hacer público el veredicto contra el recurso, en una vista donde los acusados no estuvieron presentes.

Ambos reporteros, detenidos mientras investigaban una masacre de rohingyas, fueron hallados culpables en septiembre de 2018 de vulnerar la Ley de Secretos Oficiales, una norma de la era colonial, al estar en posesión de unos documentos confidenciales que les acababan de entregar dos policías.

Los condenados, de 32 y 28 años, alegan que fue una encerrona la reunión en la noche del 12 de diciembre de 2017 con los agentes y los documentos recibidos, cuyo contenido no llegaron a conocer porque fueron arrestados nada más recibirlos.

Los abogados de los dos periodistas, que siempre se han declarado inocentes, cuentan todavía con una última oportunidad de revocar la condena ante el Tribunal Supremo de Birmania, cuya decisión dejará el caso en firme.

En el momento de su detención los reporteros seguían la pista de la muerte de diez rohingyas en una aldea en el estado Rakhine (oeste) en el marco de una operación militar en respuesta a una serie de ataques de un grupo insurgente rohingya a puestos policiales el 25 de agosto de 2017.

La investigación posterior de la muerte de los diez rohingyas determinó que siete soldados fuesen juzgados y condenados a diez años de prisión cada uno.

El informe de una comisión especial de la ONU, presentado el pasado septiembre, halló pruebas de genocidio en la campaña militar desarrollada en Rakhine en 2017 y que causó el éxodo de 723.000 rohingyas a Bangladesh.

El Gobierno y el Ejército birmanos rechazaron las conclusiones de Naciones Unidas.

Los rohingyas son una comunidad de mayoría musulmana a las que las autoridades birmanas niegan la ciudadanía y viven en una especie de "apartheid" en Rakhine.

El pasado 11 de diciembre, los reporteros de Reuters fueron designados por la revista Time como Personas del Año junto con el periodista saudí asesinado Jamal Khashoggi, la reportera filipina Maria Ressa y el periódico estadounidense Capital Gazette, donde cinco trabajadores murieron en un tiroteo el pasado junio.

Visto en El mundo.

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Los militares que usaron Facebook para incentivar un genocidio

lunes, 22 de octubre de 2018


Un centro de repatriación de rohinyás que regresaron a Birmania
después de haber huido por una ola de violencia
Credit Adam Dean para The New York Times
NAIPIDYÓ, Birmania – Se hicieron pasar por fanáticos de estrellas del pop y de héroes nacionales mientras inundaban Facebook con su odio. Uno de ellos dijo que el islam representaba una amenaza mundial para el budismo. Otro más compartió una historia falsa acerca de un hombre musulmán que violó a una mujer budista.

Estas publicaciones en Facebook no fueron hechas por usuarios típicos de internet, sino por el personal militar birmano. El ejército convirtió así a la red social en una herramienta para llevar a cabo una limpieza étnica, de acuerdo con exmilitares, investigadores y funcionarios civiles del país asiático.

De acuerdo con las fuentes, los miembros del ejército birmano fueron los principales actores detrás de una campaña sistemática en Facebook que duró cinco años y cuyo blanco eran los rohinyás, un grupo minoritario compuesto en su mayoría por musulmanes. El ejército aprovechó el amplio alcance de Facebook en Birmania; ahí su uso es tan común que muchos de los 18 millones de usuarios de la web en el país creen que la plataforma es todo el internet.

Varios grupos de defensa de los derechos humanos culpan a la propaganda contraria a los rohinyás de incitar asesinatos, violaciones y la migración humana masiva más grande de la historia reciente.

En agosto, ante los cuestionamientos de The New York Times, Facebook desactivó las cuentas oficiales de los dirigentes de alto rango del ejército birmano; en ese momento aún no quedaban claros el alcance ni los detalles de la campaña propagandística, oculta detrás de nombres falsos y cuentas ficticias. La campaña, descrita por cinco personas que solicitaron mantener el anonimato por temor a arriesgar su integridad física, incluía a cientos de militares que crearon perfiles, páginas de figuras famosas y noticias falsas en Facebook y luego los llenaron de comentarios y publicaciones incendiarios publicados en horas pico de audiencia.

Las fuentes afirman que los militares trabajaban por turnos en bases atestadas al lado de colinas cercanas a la capital política, Naipyidó, y que también se les pidió que recabaran información de cuentas de figuras famosas y publicaciones con críticas desfavorables hacia el ejército. Las operaciones se hicieron con tal secretismo que a la entrada todos tenían que ser sometidos a una revisión de su teléfono, a excepción de los altos mandos.

Capturas de pantalla de la cuenta
oficial del comandante jefe
del ejército birmano.
Las páginas fueron eliminadas
por Facebook en agosto.
Facebook confirmó la mayoría de los detalles acerca de la sospechosa campaña ejecutada por el ejército. El director de política de ciberseguridad de la empresa, Nathaniel Gleicher, aseguró que había descubierto “intentos evidentes y deliberados de difundir, de manera encubierta, propaganda relacionada directamente con el ejército birmano”.

Estas acciones del ejército birmano son uno de los ejemplos más claros de cómo un gobierno autoritario aprovecha las redes sociales en contra de sus propios ciudadanos. Se trata de otra faceta de las campañas de desinformación que se desarrollan en el sitio. Por ejemplo, rusos e iraníes que, apoyados por el gobierno, han difundido mensajes incendiarios a través de Facebook al público de otros países. En Estados Unidos, algunos grupos locales han adoptado tácticas similares antes de las elecciones intermedias del 6 de noviembre próximo.

El ejército se ha beneficiado mucho de Facebook”, dijo Thet Swe Win, fundador de Synergy, un grupo que se enfoca en fomentar la armonía social en Birmania. “Yo no diría que Facebook está involucrado directamente en la limpieza étnica, pero sí tienen cierta responsabilidad de tomar acciones que eviten que la plataforma se convierta en una instigadora del genocidio”.

Para agosto, cuando Facebook reconoció que había demorado en actuar después de meses de reportes de propaganda en contra de los rohinyá en la plataforma, más de 700.000 integrantes de la minoría habían tenido que huir del país, un hecho que funcionarios de la ONU llamaron “un ejemplo básico de limpieza étnica”. La empresa ha afirmado que está redoblando esfuerzos para detener esos abusos.

El comité de información del ejército de Birmania no respondió a las múltiples solicitudes de comentarios a este reportaje.

En las fotos de la publicación
se muestran presuntos actos
violentos de rohinyás en los
cuarenta, pero en realidad
son imágenes de la guerra de
independencia de Bangladés,
en 1971.
La operación de la milicia birmana en Facebook comenzó hace varios años, de acuerdo con personas que saben cómo funcionaba. Según ellas, el ejército destinó muchos recursos y puso a trabajar hasta setecientas personas en esta tarea.

Comenzaron por crear lo que parecían ser páginas de noticias y perfiles en Facebook dedicados a cantantes de pop, modelos y otras celebridades birmanas, como una reina de belleza. Esas páginas se convirtieron en canales de distribución de fotografías morbosas, noticias falsas y publicaciones incendiarias, a menudo en contra de los musulmanes birmanos, según las fuentes. Las cuentas falsas administradas por el ejército contribuyeron a difundir el contenido, a acallar las críticas y a fomentar discusiones entre quienes hacían comentarios para encolerizarlos. Una de las fuentes señaló que con frecuencia publicaban fotografías simuladas de cadáveres que decían que eran evidencia de supuestas masacres perpetradas por los rohinyás.

En 2017, surgió una de las campañas más peligrosas, de acuerdo con dos de las fuentes. Valiéndose de la conmemoración del 11 de septiembre de 2001, el departamento de inteligencia militar difundió rumores en los grupos de Facebook con muchos seguidores en los que aseguraba que se llevarían a cabo “ataques yihadistas”. En tanto, a los grupos con seguidores musulmanes les pusieron un mensaje distinto, en el que se afirmaba que los monjes budistas del país estaban organizando protestas en su contra.
Un asentamiento de rohinyás que huyeron hacia Bangladés;
se estima que más de 700.000 personas dejaron su hogar en Birmania
por lo que la ONU calificó como una campaña de "limpieza étnica".
Credit Adam Dean para The New York Times
Los investigadores que dieron seguimiento a las tácticas aseguraron que el propósito de la campaña que puso al país en alerta era crear un ambiente generalizado de vulnerabilidad y temor que solo pudiera ser apaciguado con la protección militar.

Facebook afirmó haber encontrado pruebas de que los mensajes se difundían de forma intencional desde cuentas no verificadas y desactivó algunas de ellas en su momento, pero no investigó ninguna relación con los militares.

El ejército aprovechó su amplia historia de hacer guerra con herramientas psicológicas, que desarrolló durante las décadas en las que Birmania estaba bajo control de una junta militar que dejó el poder en 2011. Antes, el objetivo de las campañas era desacreditar las emisiones radiofónicas de medios extranjeros. Un veterano de la época afirmó que les enseñaban una regla de oro para las noticias falsas: si una cuarta parte de la información es real, el resto parece factible.

Wai Moe colaboró con el reportaje desde Rangún, Birmania.
Reportaje de Paul Mozur para The New York Times.

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Suu Kyi defiende la condena a prisión de dos periodistas en Birmania

jueves, 13 de septiembre de 2018

Suu Kyi ofrece un discurso en la apertura del Foro Económico Mundial. EFE

La líder de facto del gobierno birmano, Aung San Suu Kyi, ha defendido este jueves la condena a siete años de cárcel a dos periodistas de la agencia de noticias 'Reuters', acusados de espionaje mientras investigaban una matanza de musulmanes rohingya.

"Si alguien cree que ha habido un error judicial me gustaría que me lo señalaran", ha dicho Suu Kyi durante el Foro Económico Mundial para el Sudeste Asiático que concluye este jueves en Hanoi.

"(La sentencia) no tiene nada que ver con la libertad de expresión sino con la Ley de Secretos Oficiales", añadió la Nobel de la Paz, que retó a los críticos a leerse el fallo.

"No se les condenó por ser periodistas sino porque la corte decidió que violaron la Ley de Secretos Oficiales", concluyó.

Suu Kyi instó a respetar el funcionamiento del estado de derecho y ha asegurado que los dos periodistas tienen derecho a apelar la sentencia.

Los reporteros Wa Lone y Kyaw Soe Oo fueron detenidos la noche del 12 de diciembre tras reunirse con dos policías que, según los acusados, les entregaron documentos supuestamente confidenciales.

Los reporteros, condenados a principios de mes, investigaban una masacre de miembros de la minoría musulmana rohinyá en la aldea de Inn Dinn, en el estado Rakáin, en el oeste del país.

Las autoridades les acusaron de haber obtenido documentos secretos sobre la operación militar en Rakáin, que el Ejército birmano lanzó hace un año tras una serie de asaltos de un grupo insurgente rohingya a puestos fronterizos.

Más de 700.000 rohinyás huyeron a Bangladesh a raíz de esta ofensiva militar en la que investigadores de la ONU encontraron elementos de "genocidio intencional".

Durante su intervención en el Foro, a preguntas del presentador, Suu Kyi ha admitido que "a posteriori" su gobierno podría haber gestionado mejor la crisis en Rakáin.

"Por supuesto que hay cosas en las que, a posteriori, la situación podría haberse manejado mejor", ha dicho Suu Kyi.

"Pero creemos que para garantizar la seguridad y la estabilidad a largo plazo debemos ser justos con todas las partes, y el estado de derecho debe aplicarse a todos. No podemos elegir quién debería ser protegido por el estado de derecho", ha añadido la consejera de Estado de Birmania.

Birmania no reconoce la ciudadanía a los rohinyá, a los que considera inmigrantes bengalíes, y les somete a una discriminación creciente, incluidas restricciones a la libertad de movimientos.


Artículo de EFE, visto en El mundo.

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