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Birmania condena a 20 años de cárcel a una periodista crítica

jueves, 7 de enero de 2010

Organizaciones de derechos humanos y de prensa condenaron la sentencia a 20 años de cárcel que el régimen militar de Birmania (Myanmar) ha impuesto a una reportera gráfica que trabajaba para un medio de comunicación de la oposición.

"Esperábamos signos de aperturismo y gestos de buena voluntad por parte de la Junta Militar en este año electoral, pero la sentencia extremadamente severa a una reportera gráfica de 25 años y las recientes amenazas del jefe de la Junta hacen difícil creer en unas elecciones libres", dijeron Reporteros Sin Fronteras y la Asociación de la Prensa Birmana a través de una nota difundida hoy en Bangkok.

"La ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) y el resto de la comunidad internacional deberían poner la libertad de prensa como una de las condiciones para reconocer los comicios de 2010", añadieron ambas organizaciones.

Hla Hla Win, que cumplía una pena de siete años de prisión impuesta en octubre, fue condenada a otros 20 años más el pasado 31 de diciembre en un tribunal de justicia de la localidad de Pakokku.

El medio Voz Democrática de Birmania, la emisora de radio de la oposición para la que trabajaba Hla Hla Win, señaló que el único delito que cometió la condenada fue recabar información de la situación en Birmania.

Junto a ella fue arrestado Myint Naing, quien ha sido condenado a 25 años de prisión. La reportera y su anfitrión fueron arrestados en Pakokku el 11 de septiembre pasado después de visitar Pakokku Sasana Wapuula Yama Pali Tekkatho (Ah Nauk Tike), el monasterio budista que protagonizó una sonada protesta contra el régimen en 2007 y que precedió en días a lo que se ha dado en llamar la "revolución azafrán". Fueron condenados el 6 de octubre a 7 años según el artículo 51 de la Ley de Importación-Exportación por usar una motocicleta importada ilegalmente. A esta condena se ha sumado la nueva impuesta el 31 de diciembre por incumplir la Ley Electrónica, y por un caso político del que aún no se ha informado.

El régimen militar que controla con firmeza el veterano general Than Shwe ha arrestado a más de un millar de personas desde la "revolución azafrán", incluidos periodistas y monjes, y ha condenado a muchos de los detenidos a altas penas de cárcel.

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Un doctor por cada 7.314 presos

martes, 5 de enero de 2010

“¡Guardia! ¡ Guardia!” grita un prisionero en medio de la noche.

El grito significa que el prisionero tiene un problema de salud, una emergencia sanitaria, y que necesita ayuda con urgencia -normalmente se trata de un preso político, puesto que los presos comunes no se atreverían a gritar a un guardia.

Normalmente, al poco, aparece un guardia con un aparato para medir la presión sanguínea del preso y, si hay suerte, le deja algo de medicación básica. No importa cuan serio sea el problema, la rutina es siempre la misma.

Bo Bo Oo, un antiguo preso político liberado el pasado septiembre tras más de 20 años en prisión, recuerda como llamaba a gritos a los guardias cuando alguno de sus compañeros presos tenía problemas de salud.

Luchó contra el asma en la prisión durante 1990 y 1991. Tras indicarle sus problemas de respiración al doctor de la prisión, lo único que recibió fue un examen superficial y unas tabletas de paracetamol que no aliviaron su asma.

Para el dolor de cabeza, la fiebre, el dolor de estómago... la única medicina que daban a los presos era paracetamol,” dice. “Cuando los presos tenían problemas de vista, no recibían gotas para los ojos y tenían que proteger sus ojos con pieles de plátanos.”

La semana pasada, una presa política de 38 años de edad murió por un ataque al corazón en la infame prisión de Insein, atrayendo la atención sobre el pésimo servicio de salud de las prisiones en Birmania.

El departamento de prisiones de Birmania tiene 34 doctores, 19 asistentes médicos y 22 enfermeras para un total de 248.664 presos y detenidos en 42 prisiones y 109 campos de trabajo, según el director de prisiones Zaw Win, quien proporcionó estos datos durante una reunión de trabajo sobre salud en las prisiones el pasado noviembre. Según estos datos, hay un doctor para cada 7.314 presos.

Con este porcentaje de presos y personal médico, no todo el mundo puedo recibir atención médica,” dijo un doctor de Rangún al oír las estadísticas.

Otro oficial de prisiones ha confirmado que hay una seria escasez de personal médico entrenado y que muchos guardias solo han recibido un entrenamiento médico básico para su trabajo en el servicio de salud de las prisiones. Normalmente reciben un cursillo sobre como poner inyecciones y como dar medicinas básicas, pero no están preparados para dar cuidados profesionales.

Todo lo que pueden hacer es tratar algunos problemas de salud y dolencias menores. No pueden hacer más,” dice el doctor de Rangún.

Muchos presos se deciden por la medicina tradicional y por remedios de hierbas, dice un antiguo preso político arrestado durante las manifestaciones de 2007.

Durante las visitas familiares, muchos pasan paquetes llenos de medicinas tradicionales. Nos hemos tratado los unos a los otros con esas medicinas,” dijo.

Según un antiguo preso político, el servicio de salud fue mucho peor hasta finales de 1999, cuando el Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC) recibió permiso para visitar las prisiones birmanas. El ICRC comenzó proveyendo gran cantidad de medicinas a los hospitales de las prisiones, haciendo así posible a los doctores el dar la medicina adecuada para cada enfermedad. Pero ese tiempo fue corto, pues se denegó el acceso del ICRC al sistema de prisiones en 2005 cuando al parecer el gobierno pidió a los oficiales del ICRC que fuesen acompañados de miembros de organizaciones del gobierno durante sus visitas a prisión.

El ICRC dejó de proporcionar medicinas a las prisiones, pero aún proporciona apoyo financiero a los familiares, según la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos en Birmania (AAPP).

Como con muchos otros problemas en Birmania, es difícil conseguir una imagen correcta del tema de la salud en las prisiones. Las condiciones difieren de una prisión a otra y de un superintendente de prisión a otro, según Bo Kyi, el secretario adjunto de la AAPP. “Las emociones y personalidades de los jefes de prisión importan más que las políticas,” dijo.

Bo Kyi dijo que los presos políticos generalmente reciben mejor tratamiento de salud en prisión que los presos comunes, pero puede ser un desafío mayor para ellos el conseguir el tratamiento si se trata de un problema de salud serio. Normalmente los presos pueden sobornar a los oficiales y así conseguir un tratamiento del exterior, pero la decisión de que un preso político consiga tratamiento exterior puede requerir la aprobación de un militar oficial de alto rango y este proceso puede ser lento y frustrante.

Un preso político, Hla Myo Naung, perdió la vista en un ojo,” dijo Bo Kyi.

Cuando su familia pidió posteriores tratamientos médicos para su otro ojo, que estaba empeorando, se le negó este tratamiento y fue transferido a la prisión de Myitkyina, a 1.470 km de Rangún.”

Según la AAPP, la tuberculosis, la malaria, la diarrea, el VIH y los problemas de corazón son las enfermedades más comunes entre los presos. No hay medidas de prevención de cara a reducir las infecciones entre los presos. Los presos comunes que no tienen medios se llevan la peor parte de este servicio médico. Muchos nunca reciben visitas de miembros de su familia, no reciben suficiente comida y realizan trabajos forzados aún estando enfermos.

En el año 2000 la Organización Mundial de la Salud situó a Birmania en el puesto 190 de 191 países miembros con peores servicios médicos -esto es, el segundo peor país del mundo. En 2006 el gobierno militar gastó el 2,3% del producto interior bruto en el sistema nacional de salud.

Con una atención tan pobre cada vez habrá más presos en Birmania que griten enfermos pidiendo a los guardias que les alivien sus dolencias -casi siempre en vano.

Visto en The Irrawaddy.
Fotografía: varios presos liberados a su salida de la prisión de Insein.

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62 Día de la Independencia

El 4 de enero se conmemora el Día de la Independencia de Birmania del Imperio Británico, obtenida en 1948. En birmano este día es llamado el Luut le yai, el día de la libertad.

En la foto se ve a Aung San Suu Kyi, líder del partido de oposición a la junta militar y Premio Nobel de la Paz, junto a la foto de su padre Aung San, padre de la independencia, Comandante del Ejército Independiente Birmano y presidente de la Liga Antifascista por la libertad de los pueblos.

En este 2010 se celebraran elecciones donde se le está negando la posibilidad de participar a Suu Kyi, quien en 1990 ganó las elecciones y el régimen militar se negó a reconocer y desde entonces la mantiene bajo arresto domiciliario, sanción que se le ha extendido por estas fechas para evitar su participación y nuevamente logre la victoria electoral, su caso esta siendo revisado por el tribunal supremo como ultima instancia para declararla inocente de los cargos que se le imputan de violar las reglas de su arresto.

Mantenemos la esperanza en que pueda participar a la cabeza de su partido Liga Nacional para la Democracia y llegue al fin la tan ansiada libertad para el pueblo birmano que desde 1962 esta bajo la bota militar de una junta de mafiosos y asesinos.




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Feliz año nuevo


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Burma: un problema de China y Rusia

domingo, 3 de enero de 2010

U Han Li explica en dos minutos de manera muy clara qué países y por qué se aprovechan del pueblo birmano y protegen al régimen birmano militar.



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Cargos contra Nyi Nyi Aung

La corte especial que juzga a Kyaw Zaw Lwin (conocido como Nyi Nyi Aung), el ciudadano estadounidense de origen birmano detenido el pasado septiembre a su llegada al aeropuerto de Rangún, por fin ha presentado sus cargos contra él.

Aunque en un principio se le acusaba de fomentar una rebelión contra los militares, finalmente se le va a acusar de falsificar su tarjeta de identidad, a pesar de tener pasaporte y visado estadounidenses en regla, y de no haber declarado monedas a su entrada en el país, a pesar de haber sido detenido antes de pasar el control de aduanas, según dijo su abogado, Nyan Win, quien aclaró que por estos delitos podría ser condenado a 7 y 3 años de prisión, respectivamente.

Según su abogado, Nyi Nyi Aung ha abandonado la huelga de hambre de 12 días que mantuvo en protesta por la situación de los presos políticos y "parece que está mejor y de buen ánimo".

Visto en Burma Digest.

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El Supremo de Birmania examina el 18 de enero el recurso de Suu Kyi contra su arresto

El Tribunal Supremo de Birmania (Myanmar) examinará el 18 de enero el recurso presentado por la principal opositora del país y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, contra el año y medio de arresto domiciliario que cumple, informó hoy una emisora de radio de la disidencia.

Suu Kyi, de 64 años, estaba pendiente de saber cuando la máxima magistratura del país celebraría la vista, después de que aprobase a trámite el recurso el pasado 21 de diciembre.

Una nota con la fecha de la vista fue colocada el viernes en el tablón de anuncios del alto tribunal.

La defensa argumenta que la activista fue juzgada y condenada con una legislación contenida en la Constitución de 1974, que fue anulada por la Carta Magna que se aprobó en referéndum el año pasado.

Por su parte, los abogados del Estado afirman que los artículos referentes a la seguridad nacional aplicados con Suu Kyi siguen en vigor.

La Nobel de la Paz en 1991 ha pasado 14 de los últimos 20 años bajo arresto domiciliario por pedir de manera pacífica reformas democráticas en su país, donde es popularmente conocida como "La Dama".

Birmania es una dictadura militar desde 1962 y no celebra elecciones democráticas desde 1990, cuando Suu Kyi y su partido, la Liga Nacional para la Democracia, ganaron con el 82 por ciento de los votos, aunque el resultado jamás fue acatado por los generales.

El régimen de los generales planea celebrar comicios legislativos este año con la nueva Constitución, que impide a Suu Kyi postulare a la jefatura del Estado.

La comunidad internacional pide a la Junta Militar que para legitimar la convocatoria antes tiene que liberar a todos los presos políticos, incluida Suu Kyi.

Por otro lado, el estadounidense de origen birmano Kyaw Zaw Lwin fue acusado formalmente el viernes de falsificación de documento oficial y otro delito fiscal, en lugar del cargo de rebelión que le imputaron tras su detención el mes pasado.

La pena máxima por falsificación del documento de identidad son siete años de cárcel y tres años más por la otra ofensa, en el caso de ser hallado culpable.

Birmania tiene unos 2.200 presos políticos, según organizaciones no gubernamentales.

Visto en Público.

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