En Myanmar (Birmania), en cercanías de Mingun, emerge en medio de un paisaje un tanto desolado un curioso montículo con aspiraciones de ser un templo. Las ruinas de hoy, son los restos de una obra calificada como una locura propia de un rey, que evidentemente, no reprimía sus impulsos mesiánicos. El inacabado templo de Mingun, fue una obra pretenciosa, que para la posteridad, terminó convertida en una vistosa montaña de ladrillo.
El templo Mingun, comienza a construirse en el año 1790, bajo las indicaciones del rey Bodawpaya. Por supuesto, el rey no imaginaría que el destino de su proyecto, era convertirse en una enorme pila de ladrillos que muchos aseguran, puede quedarse con el título de la montaña de ladrillos más grande del planeta. Por una razón u otra, la obra inacabada del templo Mingun, nos deja sin la que hubiese sido la estupa budista más grande del mundo.
El fallido templo de Mingun, funciona actualmente con un pequeño altar en su interior, con la imagen de Buda, que sirve como lugar de meditación. Para más testimonios de la llamada “locura de Bodawpaya”, ha quedado para la posteridad una gigantesca campana, de unas 90 toneladas de peso, que nos acerca a la escala del tan mentado templo.
La campana (campana Mingun), tiene una altura total de 3,65 metros con una circunferencia en su parte más ancha de 15,46 metros. Rescatada y reubicada tras el terremoto cerca del templo, produjo hasta el año 2000 el sonido de campanada más estremecedor del planeta, una marca recién superada por la campana del Templo Foquan, en China.
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