Ishi es un niño de 10 años que junto a su hermana Noa y sus padres Angel y Diana están dando la vuelta al mundo (Si queréis conocer más sobre este apasionante viaje familiar podéis entrar en www.vueltaalmundoenfamilia.com). Ya llevan 15 meses viajando y hace unas pocas semanas llegaron a Mae Sot para ver con sus ojos la situación birmana en la otra parte de la frontera. La familia se alojó en la escuela Km 42, uno de los colegios que mantiene Colabora Birmania. Ishi nos ha dedicado unas palabras de su experiencia de convivir con los niños birmanos.
"Marc Comas es un amigo de mis papas, lo conozco desde hace mucho tiempo, antes de empezar nuestro viaje, es muy simpático. Un día fuimos a la escuela donde trabaja Marc y nos íbamos a quedar a dormir. Nos quedamos tirados en una subida, pues el coche se calentó, pero otro coche nos ayudo a subir y después ya se solucionó el problema del calentón. Al llegar nos presentó a las profesoras y nos enseñó las clases, las habitaciones donde nos íbamos a quedar a dormir. Era la hora de comer y todo olía a pollo y arroz, yo tenía muchísima hambre y el pollo estaba delicioso. Después de comer jugué con los niños al bádminton y entonces nos encontramos una mantis y nos pusimos a jugar con ella, pero entonces se fue a un árbol. Le empezamos a tirar piedras, pero seguía en el árbol, entonces se nos ocurrió coger los tirachinas y la matamos a tirachinazos, fuimos un poco brutos. Luego nos fuimos a practicar puntería y después tocó la campana e hicimos clase en birmano, pues la escuela es de niños birmanos. Se hizo de noche y yo me fui con mis amigos al comedor del colegio donde escalamos por las barandillas del tejado me enseñaron y cogimos toda clase de insectos, arañas, bichos voladores y todo tipo de animales escondidos entre las barandillas del tejado de la escuela.
Hay demasiadas diferencias entre mi escuela y la de Mae Sot, una es que en este país hace tanto calor, que las aulas son abiertas y puedes escuchar todas las clases, otra es que hay niños que viven en la escuela, son niños birmanos, algunos son huérfanos, la escuela es grande y vienen mas de 400 alumnos cada día. Noa y yo con los niños nos comunicábamos con gestos. Un día aita (papá) dio clase de matemáticas, hicimos los cuadrados mágicos, yo les enseñé juegos tradicionales en español y ellos me enseñaron otros juegos típicos de su país.
Una vez pusimos pintura, bueno agua con barro en nuestras manos y dibujamos el mundo y pusimos nuestras manos en el papel, mostrando como estamos dando la vuelta al mundo. También Rebeca, una voluntaria de Colabora Birmania, les enseño una bola del mundo, canciones españolas y nos mostró donde está España y donde esta Myanmar, Birmania. Fue muy divertido quedarnos a dormir en la escuela. Dormimos en la escuela con edredón y nos cubría una gran mosquitera, se oían muchos ruidos durante la noche."
0 comentarios:
Publicar un comentario