Miembros de los "Soldados por la libertad de Birmania" distribuyen medicamentos a los Karen, un grupo étnico ubicado en zona fronteriza entre Birmania y Tailandia. Foto: GlobalPost |
Un exoficial de las fuerzas especiales de EEUU se comprometió hace tiempo a ayudar a los pobladores de Kayin, región fronteriza con Tailandia. Hoy es el líder de los “Soldados por la libertad de Birmania”. Los miembros de su "ejército" arriesgan sus vidas a diario para ayudar a los habitantes de las áreas destrozadas por la guerra. Ésta es su historia.
Cuando un soldado estadounidense se retira del campo de batalla, él o ella habitualmente opta por una vida tranquila: una casa agradable, quizás el mar, o una buena oportunidad para echar raíces.
No para el “Padre del Mono Blanco”, como le llaman los karen, un grupo étnico de 7,5 millones de personas ubicado en la franja montañosa de las tierras fronterizas con Tailandia.
Este ex oficial de operaciones especiales, que pidió permanecer en el anonimato debido a lo delicado que era su trabajo, está ahora en los 40 años.
Pero, lejos de tomárselo con calma, vive y trabaja en el estado de Kayin (Birmania), donde existe una situación de guerra civil desde 1949, lo que la convierte en una de las más largas en el mundo.
El Padre del Mono Blanco, o Tha U Wa A Pa, como es conocido en Kayin, se ha prometido a sí mismo ayudar a los karen en su lucha por su condición de Estado.
Junto con un equipo de 50 personas camina y trepa por las montañas de Kayin, plagadas de minas, día tras día, distribuyendo ayuda y entrenando a un cuerpo al que se conoce con el nombre de Free Burma Rangers (Soldados por la libertad de Birmania)
Cuando dejó el ejército estadounidense, Tha U Wa A Pa fue a visitar a su padre, un famoso misionero cristiano que vive en Tailandia, donde empezó a interesarse por la lucha por la democracia en Birmania.
En ese tiempo, el icono de la democracia birmana y líder de la oposición Daw Aung San Suu Kyi, acababa de salir de su arresto domiciliario, aunque más tarde fue puesta de nuevo bajo arresto domiciliario hasta que en noviembre de 2010 fue liberada de nuevo.
“Daw Suu Kyi acababa de ser liberada y mi hermana me sugirió que fuera a verla para que me orientara sobre la forma en la que podía ayudar”, nos explica Tha U Wa A Pa sentado alrededor de una improvisada mesa en la sede temporal de su organización ubicada entre bosques de bambú en las profundidades de la selva karen.
“Me quedé impresionado por su humildad, su fortaleza y su amor por su gente. Me pidió que ayudara a su gente, uniera a las etnias y rezara; eso es lo que he estado intentando hacer”.
Después del encuentro secreto con Suu Kyi, viajó a la frontera entre Tailandia-Birmania, donde el ejército del régimen había lanzado una gran ofensiva contra el Ejército de Liberación Nacional del Kayin (KNLA), que es la mayor fuerza étnica de rebeldes luchando por su independencia del resto de Birmania.
Los montañeses de Kayin han mantenido vínculos con los cristianos occidentales – especialmente con los Baptistas Americanos – desde que los misioneros llegaron a la región en el siglo XIX.
Los cristianos extranjeros establecieron una red de escuelas e iglesias, que finalmente ayudó a que las distintas tribus karen se unieran en una lucha común por el estado Kayin.
Al llegar, Tha U Wa A Pa llenó su coche con suministros médicos y se dirigió hasta el lugar, donde recuerda que cientos de miles de refugiados huían de los intensos combates.
Allí conoció a Eliya Sampson. Como los refugiados karen, literalmente salió como fugada de Tailandia. Tha U Wa A Pa dice que recuerda a un soldado saltando de los arbustos con un lanzagranadas y un pendiente rojo.
“Era como un hombre, parecía un pirata y me dijo que su nombre era Eliyai y que era médico y preguntó si podía ayudarme”, explica Tha U Wa A Pa.
Juntos fueron a distribuir la ayuda en la frontera en lo que fue el inicio de los Free Burma Rangers (FBR).
“No tenía armas, poco dinero y no tenía poder pero pensé que si podía ayudar a una persona entonces serían felices, y yo sería feliz”.
A pesar de su modesta ambición, Tha-U-Wa-A-Pa y Eliya fueron a ayudar a cientos de aldeanos mientras trepaban por los montes entre las montañas destrozadas por la guerra en Kayin.
“Viajábamos con cuatro o cinco personas, llenábamos nuestras mochilas con medicinas. Éramos como hormigas”, cuenta. “Cuando las medicinas se habían acabado regresábamos a la frontera, almacenábamos y de vuelta de nuevo, enviando informes cada vez que podíamos”.
Desde un equipo inicial de soldados, el FBR se ha ampliado en los últimos 13 años hasta 53 y el número continúa creciendo.
Tha-U-Wa-A-Pa está más que orgulloso al señalar que más de 250 miembros del personal local que arriesgan sus vidas a diario para ayudar a los habitantes de las áreas destrozadas por la guerra, hacen el grueso del trabajo.
El pueblo Tha Da Der es el primer destino después de dos meses de intenso entrenamiento multiétnico dentro del estado de Kayin de 10 nuevos equipos y siete ya existentes. Los médicos vienen de distintos grupos étnicos de Birmania y son elegidos por sus líderes.
“Solía ser un soldado pero quería ser capaz de ayudar a mi gente de un modo más directo. FBR te da la oportunidad de hacerlo”, destaca Saw Tu, un médico de Kayin mientras extrae el diente de un paciente en la clínica temporal de emergencia levantada en los campos de arroz junto a Tha Da Der.
El pasado mes de junio las tropas del régimen avanzaron sobre el pueblo de Tha Da Der e incendiaron la iglesia, la escuela y unas 35 casas. También quemaron su ganado, parte de una brutal política de cuatro cortes que pretende desconectar la base operativa de los rebeldes. Afortunadamente, los aldeanos fueron avisados y los soldados karen pudieron recuperar el pueblo.
“Todavía recuerdo el olor de nuestro ganado a la deriva por el valle y regresar a mi casa ardiendo”, comenta Sierra Plo, un hombre mayor, de pie con un marco de madera quemado de lo que antes era su hogar.
“Fue muy difícil para nosotros reconstruir nuestras vidas, pero con la ayuda de los rangers pudimos hacerlo”.
Próximo a la clínica, los FBR han organizado el “club de la buena vida” para los niños. Diseñado por la esposa de Tha U Wa A Pa - que también es estadounidense y que vive en la selva con él y con sus tres hijos pequeños –el programa se ha diseñado para educar y apoyar a los niños en áreas de conflicto.
Además de proporcionar ayuda y un programa para la comunidad, los rangers también se dedican a documentar todos los abusos contra los derechos humanos de los que son testigos.
Con las unidades de seguridad de voluntarios, cada equipo tiene un agente de documentación que registra todos los sucesos, a menudo corriendo riesgos al filmar los abusos generalizados que se cometen contra los civiles.
Los FBR tienen unos fuertes cimientos cristianos. Tha U Wa A Pa cree que él mismo es un embajador de Jesús pero el FBR también ayuda y da la bienvenida a gente de todas las religiones, asegura.
Los FBR han sido una gran ayuda, de acuerdo con Gen.Baw Kyaw, del Ejército de Liberación Nacional de Kayin.
“Los FBR han traído la tecnología a la gente de Kayin y nos permite decirle al mundo lo que está pasado”, declara el general desde su escondite secreto de la selva, donde controla la mayoría de los comandos del ejército del norte.
“Si no hubieran venido, habríamos tenido que hacer frente a muchos más abusos de los derechos humanos”, afirma.
Tha-U-Wa-A-Pa se muestra cauto sobre las operaciones de los FBR.
“Somos diminutos”, destacó. “Realmente somos más bien una desorganización. Tan sólo somos una organización que nace de la necesidad. Espero que estemos encendiendo pequeñas llamas de esperanza y de amor a lo largo de Birmania”.
A pesar de su humildad, el FBR suministró medicinas a unos 100.000 pacientes el año pasado. Es más, los rangers están sentando las bases para la cooperación entre los grupos étnicos, que muchos esperan beneficiará a las zonas étnicas de Birmania en los próximos años.
Mientras los médicos empaquetaban sus equipos y se disponían a viajar a sus respectivas zonas de guerra el pasado mes de enero, el campamento bullía de agitación.
“Somos un pequeño grupo contra una poderosa fuerza maligna, pero tenemos el amor y la dedicación por la lucha”, aseguró Sunshini, un joven ranger Karen, antes de desaparecer por la selva.
Visto en La información vía Meneame.
1 comentarios:
Por lo que he entendido al leer el texto, el titular es erróneo, pues no es líder de la lucha armada. Aunque vayan armados, es solo para defenderse; no son una guerrilla, sino un grupo que suministra medicinas, alimento, ayuda.
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