El tribunal especial que juzga a la líder del movimiento democrático birmano, Aung San Suu Kyi, aplazó hasta el próximo 11 de agosto su veredicto.
Al menos una docena de diplomáticos extranjeros, entre ellos el cónsul de Estados Unidos y el representante de la Embajada de Reino Unido, recibieron autorización para asistir a la vista, que comenzó a las diez de la mañana hora local en el penal de máxima seguridad de Insein.
Las fuerzas de seguridad de Rangún habían reforzado la presencia policial en las cercanías de la cárcel y solicitado el cierre de los comercios de la zona, ante el inminente veredicto, que finalmente no se dará a conocer. Fuentes de la Liga Nacional para la Democracia aseguraron que la Policía detuvo a varias decenas de activistas en distintos barrios de Rangún, la antigua capital.
La Nobel de la Paz, detenida por primera vez en 1989 y que ha pasado catorce de los últimos veinte años en cautividad, fue acusada de infligir el arresto domiciliario al cobijar en su casa durante dos noches a un estadounidense que se coló en su domicilio tras burlar la seguridad.
Una 'farsa' de juicio
El juicio quedó visto para sentencia el pasado martes, después de un oscuro proceso en el que sólo se ha permitido declarar a un testigo de la defensa y que ha sido tachado de "farsa" por la comunidad internacional y la oposición. Suu Kyi se enfrenta a una pena máxima de cinco años por violar las condiciones del arresto domiciliario que cumplía desde 2003, lo que la dejaría fuera de la arena política de cara a los comicios que la dictadura militar ha anunciado para 2010.
En este sentido, Estados Unidos renovó su llamada a la liberación de la presa política más famosa de Birmania. "Creemos que debe ser inmediata e incondicionalmente puesta en libertad, junto a los otros 2.100 prisioneros políticos", dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly.
Las dos mujeres que cuidaban de Suu Kyi en su confinamiento y el estadounidense John Willian Yettaw, que se coló en su casa, son juzgados junto a la jefa de la LND, detenida por vez primera en 1989 tras convertirse en la figura más visible de la oposición durante las protestas multitudinarias del verano del 88. El abogado Nyan Win ya ha anunciado que apelará una posible sentencia de culpabilidad.
Según ha dicho uno de los diplomáticos asistentes, al oír la noticia del aplazamiento, Suu Kyi se puso en pie se giró hacia los diplomáticos que estaban en la sala y dijo "discúlpenme por darles más trabajo".
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