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Par Par Lay «La Junta militar de Birmania no tiene gracia»

lunes, 8 de noviembre de 2010

La farsa electoral de hoy en Birmania es una broma pesada para Par Par Lay, un cómico de los Moustache Brothers encerrado seis años por sus chistes.

En mis sueños, el general Than Shwe, el «hombre fuerte» de la Junta militar birmana, muere de sida por las drogas. Luego se convierte en un gran pez que surca el océano y, cuando ve que un nuevo «tsunami» se acerca hasta las costas de nuestro país, detiene la ola y le dice: «Llegas tarde. Ahí ya lo he arrasado yo todo».

Como la Junta militar de Birmania no tiene sentido del humor, chistes como éste me han costado más de seis años entre rejas. Eso ha convertido a los Moustache Brothers en los cómicos más famosos de Asia, pero también los más perseguidos. Ya ni siquiera podemos actuar en birmano ante nuestros compatriotas, sino sólo en inglés para los turistas extranjeros que acuden a nuestra casa, en la calle 39 de Mandalay y donde cada noche representamos una función de «a-nyeint».

Así se llama el teatro tradicional que combina vodevil, sátira, danza y música con escenas de humor sacadas de la vida cotidiana. Con más de tres décadas de experiencia en el mundo de la farándula y tres generaciones de cómicos en la familia, mi hermano Lu Maw, mi primo Lu Zaw y yo, los tres miembros principales de la «troupe», empezamos a tener problemas en 1996.

Para celebrar el Día de la Independencia, actuamos en Yangón (Rangún) ante más de 2.000 personas, entre ellas la líder opositora Aung San Suu Kyi, que no estaba entonces bajo arresto domiciliario. En 1990, después de que los militares anularan las elecciones, yo ya había pasado seis meses a la sombra. Pero, tras la representación ante la Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, mártir de la lucha por la democracia, no me esperaban seis meses en prisión, sino siete años. Condenado por «subversión contra el Estado», fui enviado a un campo de trabajos forzados en el remoto estado de Kachin, al norte del país.

Picando piedra de sol a sol con grilletes en los tobillos, sometido a las más brutales torturas, expuesto a enfermedades como la malaria y subsistiendo a base de bazofia y agua turbia, los militares creían que la sentencia me iba a servir para tomarme las cosas un poco más en serio. Pero ni las vejaciones ni las muertes de otros presos consiguieron arrebatarme la sonrisa y seguí actuando ante mis compañeros para hacerles más pasajero aquel infierno.

A los cinco años y siete meses, fui liberado en julio de 2001 y volví a actuar con los Moustache Brothers. Nuestras bromas repasan la actualidad birmana, desde la inflación hasta las apagones pasando por la corrupción del general Than Shwe.

Podríamos ir de nuevo al «talego», pero ahora somos celebridades porque aparecemos en la guía de viajes «Lonely Planet» y mi caso se menciona en la película «Un niño grande», con Hugh Grant. Durante la «Revuelta Azafrán», en septiembre de 2007, estuve preso dos semanas por unirme a las protestas de los monjes budistas, pero seguiré con mis chistes sin perder el sentido del humor.

Artículo de ABC, Transcrito por Pablo M. Díez, enviado especial a Mandalay (Birmania)

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