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No defiendas a la Junta Militar Birmana

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Artículo tomado de Birmania por la paz y tratado de el original de Benedict Rogers.

Después del Ciclón Nargis, las cosas no han hecho más que empeorar en Birmania. Pero el Internacional Crisis Group dice que hay que cooperar con la Junta.

Burma, Birmania esta gobernada por uno de los regímenes más brutales, responsables no solamente de acallar a la democracia sino de causar la peor crisis humanitaria mundial. En respuesta a esto, el International Crisis Group (ICG) ha roto una lanza en favor de la Junta Militar.
Al principio de este año el ciclón Nargis asoló Birmania. Nadie más que un régimen totalitario insensible habria actuado de manera tan irresponsable, rechazando inicialmente la ayuda, restringiendo el paso de los cooperantes internacionales. La ayuda fue secuestrada por el régimen (pdf [en]). Aquellos birmanos que intentaron enviar ayuda, fueron arrestados. La poca ayuda que inicialmente fue distribuida se utilizó políticamente como propaganda política. Al menos 140.000 murieron, y más de 2, 5 millones de personas perdieron sus hogares y quedaron deliberadamente al desamparo negligente del régimen.

Después del ciclón otra crisis humanitaria hace tiempo que azota el oeste de Birmania (pdf [en]). El estado Chin (pdf [en]) ha sufrido de hambruna causada, principalmente, por una plaga de ratas que se han multiplicado debido al florecimiento del bambú, un fenómeno natural que ocurre cada 50 años. La respuesta del régimen es no hacer nada, no anticipar ninguna propuesta contra el hambre y obstruir activamente los esfuerzos. Oficiales que dicen ser del Programa Mundial de Alimentos, afirman que no hay ninguna hambruna. Mientras que el PMA revisa su posición, el régimen continua bloqueando la ayuda al pueblo Chin.

El regimen militar birmano continúa su ofensiva contra las minorías étnicas de Birmania, causando más hambre y miseria. Desde 1996 más de 3.200 pueblos han sido destruidos y más de 2 millones de civiles han sido desplazados, secuestrados, violados o, simplemente, condenados a trabajos forzados, como desminadores . Los niños siguen estando en las calles y son forzados a luchar, en el ejercito de niños soldados más grande del mundo.

Más de 2.100 presos politicos languidecen en las cárceles birmanas, el doble desde el levantamiento de septiembre del 2007. Aung San Suu Kyi, la líder birmana del movimiento pro-democratico y Premio Nobel de la Paz, lleva 13 años en arresto domiciliario.

Pero el International Crisis Group dice que todo esto son las mejores noticias que nunca se han tenido sobre el proceso birmanos. Las palabras nos vienen de una organización que hasta ahora creíamos responsable y respetable. El ICG está enviando un mensaje de defensa de la Junta Militar hacia la comunidad internacional y politizando la ayuda humanitaría. Afirma que el regimen ha dado ayuda a todo aquel que se lo ha solicitado, que no existen los campos de trabajos forzados, y que debido a la presión a la que se ha sometido a la Junta Militar Birmana, no han tenido más remedio que matar, torturar y encarcelar a personas, por seguridad. Acusan a los Media de falsarios, según el ICG, por mostrar imágenes de cuerpos muertos, mientras los pobres generales luchaban por salvar la vida de los birmanos en el Delta.

Ignorando las causas raiz del conflicto que son politicas, el ICG parece negar que la solución tiene que pasar por el ambito politico tambien. El informe de 45 paginas, pide más ayuda para Birmania, para construcción de sociedad civil y ayuda humanitarian. Estoy de acuerdo. Las historias y las estadisticas hablan por si mismas. Pero hay un punto que el ICG ignora, perpetuando la mentira de la Junta -ignora la lucha del movimiento pro-democratico y activista. La ayuda debe de ir a ellos, no a la Junta Militar.

Han sido los grupos de apoyo internacional como Burma Campaign UK o Christian Solidarity Worldwide quienes en Inglaterra han solicitado durante años que haya más ayuda y con éxito se ha conseguido. Hemos solicitado juntos en la Comisión más fondos para proyectos de sociedad civil y apoyo a los grupos pro-democraticos, para cruzar la frontera y llevar la ayuda humanitaria, y colaborar más activamente con la ONU (pdf [en]). Muchos de nuestros esfuerzos han sido para que los generales tengan un díalogo con la ONU y los grupos étnicos (pdf [en]). Lo que tenemos en contra del informe del ICG, es que su llamada de ayuda, y el dinero resultante vaya a los bolsillos de los generales- por la simple razon- de que estos la van a usar para financiar y expandir su ejército, para comprar más armas y matar a más civiles. Era verdad que ICG era un grupo que trabajaba resolución de conflictos. Ahora parece que está protegiendo al regimen.

Benedict Rogers es defensor de los derechos humanos en el Sudeste Asiatico como Christian Solidarity Worldwide autor de A Land Without Evil: Stopping the Genocide of Burma's Karen People. Es diputado del Conservative Party Human Rights Commission. Ha visitado Birmania más de 24 veces, y en este momento prepara otro libro sobre el país.


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