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Se recrudece la Guerra Civil birmana con bombardeos aéreos de la aviación gubernamental

lunes, 16 de febrero de 2015

El general Min Aung Hlaing (centro), con otros militares a su llegada al monasterio de Lashio (EFE)
El general Min Aung Hlaing (centro),
con otros militares a su llegada
al monasterio de Lashio

Decenas de soldados e insurgentes birmanos han muerto en el último rebrote de la guerra civil que afecta a ese país asiático desde hace décadas, en una escalada que ha propiciado incluso repetidos bombardeos aéreos de la aviación gubernamental.

Los combates comenzaron el pasado día 9 en el estado norteño de Shan y constituyen el regreso efectivo de la guerrilla Kokang, una insurgencia creada en torno a la minoría de origen chino que vive en esa zona fronteriza y que parecía abocada a la desaparición tras el descalabro militar que sufrió en el 2009 a manos del ejército.

Según un diario estatal, las fuerzas rebeldes lanzaron un asalto coordinado para intentar capturar la principal ciudad de la zona, Laukkai, que dejó 47 soldados muertos y 73 heridos, y exigió la intervención de helicópteros y aviones de la fuerza aérea para frenar la acometida.

Un portavoz de la Alianza Democrática Militar de Myanmar (ADMM) -así se llama la agrupación rebelde- negó tal extremo y dijo que fueron los militares del presidente Thein Sein los que atacaron sus posiciones.

El secretario general del ADMM, Htun Myat, aseguró que miles de residentes de Laukkai y de las aldeas circundantes han cruzado la frontera y se han refugiado en China ante la virulencia de los combates.

"Casi todos ha huido. Las ciudades y aldeas están vacías después de que los birmanos usaran los aviones para bombardear", señaló Myat, a la prensa local. Cientos de ellos han escapado a la cercana región de Lashio, donde se han instalado en campos de acogida improvisados y hasta monasterios.

Este domingo los medios oficialistas indicaron que los soldados birmanos habían recuperado los cadáveres de 13 insurgentes -los apodan 'renegados'-, al tiempo que los rebeldes proclamaban que continúan los ataques de los helicópteros.

Colapso absoluto de las negociaciones de paz
El gobierno birmano sostiene que la ofensiva de casi un millar de guerrilleros Konang cuenta con el apoyo directo de otras dos pequeñas facciones étnicas y el respaldo tácito de la veterana y aguerrida milicia del Ejército de la Independencia Kachin (KIA).

Los nuevos enfrentamientos confirman el colapso absoluto de las negociaciones de paz que mantiene el ejecutivo y los grupos alzados, que deberían haber firmado un alto el fuego el pasado día 12, algo que sólo hicieron cuatro pequeñas milicias de la casi veintena que siguen enfrentadas con el ejército leal a Thein Sein.

El diálogo se empantanó a finales del 2014 ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo sobre el sistema federal que reclaman los insurgentes y quedó abocado al fracaso después del bombardeo de un campo de entrenamiento del KIA en 19 de noviembre, en el que murieron 23 miembros de esa fuerza paramilitar.

La reactivación de la guerra supone asimismo un nuevo varapalo para el ya frágil proceso de transición que impusieron los militares en el 2011 y que cada vez suscita más resquemores entre la oposición y la propia comunidad internacional.

Los renovados combates han recuperado para la escena política birmana a uno de los personajes más truculentos del norte del país, Pheung Kya Shin, el jefe de filas del ADMM, que a sus 85 años se ganó durante décadas una triste fama por sus vínculos con el tráfico de opio y heroína en lo que antaño se llamaba el 'Triángulo de Oro'.

Shin llegó consiguió entremezclar los reclamos políticos de la comunidad Kokang con sus propios intereses financieros relacionados con el trasiego de drogas, donde llegó a estar asociado con quien fuera considerado el 'padrino' de la mafia del Triángulo de Oro, el fallecido Lo Hsing Han, también de la misma etnia Kokang.

Tras firmar un pacto con la junta militar en 1989, el señor de la guerra fue un fiel aliado de los golpistas hasta la refriega del 2009, que la prensa local achacó a más a los vínculos de Shin con el comercio de droga que a motivaciones políticas.

En diciembre, en la primera entrevista que concedía en años, Shin pareció adelantar los presentes encontronazos armados al explicar al diario chino 'Global Times' que regresaba a Kokang para combatir contra las tropas birmanas. "Seguiremos luchando contra el gobierno de Birmania hasta que recuperemos Kokang", dijo.

Visto en El mundo.

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