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Los ataques del gobierno a las libertades ponen en peligro las elecciones

martes, 9 de noviembre de 2010

Los ataques del gobierno de Myanmar a la libertad de expresión, reunión pacífica y asociación ponen en peligro las primeras elecciones del país en 20 años, ha dicho hoy Amnistía Internacional.

Las autoridades myanmaras han introducido varias leyes y normativas nuevas en el periodo previo a las elecciones del 7 de noviembre, restringiendo con ello la libertad de expresión y de crítica al gobierno, prohibiendo que los partidos políticos boicoteen las elecciones y reprimiendo los llamamientos internos para que se ponga en libertad a los presos políticos del país, cuyo número se estima en unos 2.200.

Estas elecciones ofrecían a Myanmar la oportunidad de realizar verdaderos cambios en el ámbito de los derechos humanos a su manera, y bajo la atenta mirada del mundo”, ha dicho Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional. “Pero en lugar de hacerlo, a lo largo del periodo preelectoral el gobierno ha atacado los derechos necesarios para celebrar una elecciones significativas”.

Desde marzo de este año, cuando se promulgaron las restrictivas y represivas Leyes Electorales, las autoridades han violado sistemáticamente las libertades de expresión, reunión pacífica y asociación. Entre las últimas violaciones figuran:
  • El 14 de septiembre, la Comisión Electoral dio a conocer las estrictas restricciones que afectan a los discursos electorales que se emiten en los medios de comunicación estatales, con ambiguas disposiciones que de hecho prohíben las críticas al gobierno o la mención de los problemas del país, especialmente en lo que se refiere a las cuestiones étnicas.
  • El 18 de septiembre, el gobierno advirtió a Daw Aung San Suu Kyi y a su partido, la Liga Nacional para la Democracia –ganador de las elecciones de 1990– que castigaría a quien pidiera el boicot de las elecciones.
  • El 27 de septiembre, las autoridades condenaron a Ashin Okkanta, monje de etnia mon, a 15 años de cárcel por posesión de folletos en los que se pedía la libertad de todos los presos políticos de Myanmar.
  • * En la segunda quincena de septiembre, las autoridades detuvieron a 11 estudiantes, de los cuales al menos nueve continúan detenidos en Yangón por repartir octavillas instando a la abstención.
El hecho de que Myanmar aún mantenga encarcelados a más de 2.200 presos políticos pone de relieve el desprecio del gobierno por los derechos humanos en estas elecciones”, ha dicho Salil Shetty. “Da la impresión de que lo que las autoridades denominan ‘hoja de ruta hacia la democracia', uno de cuyos hitos son estas elecciones, sólo lleva a continuar la represión política”.

El gobierno myanmaro sostiene que en el país no hay presos políticos, a pesar del durísimo informe del relator especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Myanmar, publicado el 15 de septiembre de 2010.

Daw Aung San Suu Kyi, cuya Liga Nacional para la Democracia ganó las últimas elecciones en Myanmar el año 1990, ha pasado detenida casi 15 de los últimos 21 años.

El gobierno myanmaro también ha negado recientemente las denuncias de graves violaciones de derechos humanos durante el periodo preelectoral en las regiones del país con minorías étnicas, como los ataques contra la población civil durante las operaciones de contrainsurgencia que el ejército continúa llevando a cabo. En 2008, Amnistía Internacional halló que estos ataques equivalían a crímenes contra la humanidad. La organización ha pedido a la ONU que cree una Comisión de Investigación sobre las graves violaciones de derechos humanos que se cometen en Myanmar.

El historial myanmaro de violaciones de derechos humanos ha amenazado la estabilidad del país y de la región, y es hora de que la ONU, así como los vecinos de Myanmar en la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), digan basta”, ha dicho Salil Shetty. “Esta parodia de elecciones debería convencer hasta a China y a India para que dejen de apoyar como hasta ahora lo han hecho al gobierno myanmaro y se pongan del lado de la población del país”.

Las elecciones se celebran en un ambiente de represión política y violencia sistemática que no ha cesado desde que decenas de miles de manifestantes, encabezados por monjes budistas, se echaran a las calles en agosto y septiembre de 2007 exigiendo reformas políticas y económicas. Las pacíficas manifestaciones que tuvieron lugar por todo el país fueron reprimidas violentamente por las autoridades con un saldo de al menos 31 muertos (probablemente más de un centenar) y muchos más heridos, y de al menos 74 desaparecidos y miles de detenidos.

Negar la existencia de presos políticos y de graves delitos contra el derecho internacional no hará que estos problemas desaparezcan, ha dicho Salil Shetty. “Sólo poniendo en libertad a los presos y exigiendo responsabilidades a los autores de estos delitos podrá el gobierno comenzar a solucionar adecuadamente estos persistentes problemas de derechos humanos. No basta con celebrar elecciones.”

Independientemente de los resultados electorales, Amnistía Internacional pide a la ASEAN y al resto de los vecinos asiáticos de Myanmar que exijan la libertad de los presos políticos y consigan que se haga realidad la creación de una Comisión de Investigación en Myanmar.

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