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Un fotógrafo español se adentra en la Birmania prohibida

domingo, 1 de agosto de 2010

Las tribus de las zonas prohibidas del Triángulo de Oro de Birmania, una región controlada por las guerrillas y las bandas de narcotraficantes, han sido retratadas por el fotógrafo español Xavier Comas en la exposición Off Limits, que se exhibirá el próximo agosto en la capital tailandesa.

La muestra, inaugurada en la galería Eight Thonglor, recoge 18 instantáneas de las minorías étnicas Samtao, Akha y Eng, con las que Comas convivió durante dos semanas a lo largo de un tortuoso viaje por las remotas selvas de la región este de Birmania. "En una atmósfera evocadora, las fotografías retratan a las personas que me acogieron durante mi viaje en sus humildes poblados, donde vivían en humildes cabañas y sólo tenían fuego como combustible para cocinar o iluminar", explicó este barcelonés de 39 años. Al desconocer el idioma de las tribus, Comas contó cómo tuvo que comunicarse de una forma básica, mediante gestos y dibujos.

En las imágenes se puede ver en la intimidad a una madre que duerme mientras su bebé no deja de mamar, la mirada curiosa e inocente de una niña al objetivo o un monje que camina en un monasterio en medio de la jungla.

Off Limits (Fuera de los límites, en español) hace referencia a las áreas del estado Shan controladas por la guerrilla Wa, responsable de la mayor parte del tráfico de metanfetaminas del Sudeste Asiático. "Estos territorios están restringidos, pero conseguí subirme en un autobús y me adentré en lugares donde no habían visto a un extranjero en 30 años", relató Comas.

Aunque su aventura ocurrió en 2003, es la primera vez que se exhiben al público estas fotografías, que realizó con una cámara manual para evitar el uso de baterías. El fotógrafo catalán también pasó por la ciudad de Mong La, conocida entonces como la Las Vegas del Sudeste Asiático por sus numerosos casinos y burdeles y fundada con dinero procedente del narcotráfico. "Casi todos los clientes eran chinos que cruzaban la frontera a escasos kilómetros, utilizaban yuanes y hasta los móviles dependían de servidores de China", señaló Comas, quien ha participado en varias exposiciones en Bangkok, Singapur y Hong Kong.

Tras dos semanas de viaje por la jungla, las autoridades birmanas descubrieron al español y lo interrogaron durante dos días, hasta que fue "invitado" por un militar a abandonar el país. "Me trataron bastante bien; hasta me enseñaron una escuela y me dieron una vuelta por la ciudad en jeep con un traductor que debía trabajar para la ONU", dijo Comas.

Visto en Birmania Free.

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